Tremendo desajuste
Se exige a los ciudadanos que se adapten a la digitalizaci¨®n, pero la adaptaci¨®n de la Administraci¨®n p¨²blica es ineficaz
?Por qu¨¦ funciona mal la atenci¨®n primaria en el sistema sanitario p¨²blico? Porque numerosas comunidades aut¨®nomas, especialmente la de Madrid, no han contratado el suficiente n¨²mero de m¨¦dicos de familia y pediatras, ofreci¨¦ndoles ...
?Por qu¨¦ funciona mal la atenci¨®n primaria en el sistema sanitario p¨²blico? Porque numerosas comunidades aut¨®nomas, especialmente la de Madrid, no han contratado el suficiente n¨²mero de m¨¦dicos de familia y pediatras, ofreci¨¦ndoles condiciones de trabajo atractivas, y porque los gobiernos centrales no han formado suficiente n¨²mero de profesionales en esas ¨¢reas espec¨ªficas. ?Por qu¨¦ funciona mal todo lo relacionado con la atenci¨®n a usuarios de la Seguridad Social y con el Servicio P¨²blico de Empleo? Porque no hay suficientes funcionarios que atiendan a los ciudadanos y porque los sistemas inform¨¢ticos que pretenden sustituir a esos funcionarios tampoco funcionan correctamente. ?Por qu¨¦ se conceden beneficios sociales a personas que no los necesitan? Porque eso resulta m¨¢s f¨¢cil que conseguir que los sistemas inform¨¢ticos no colapsen si tienen que procesar demasiadas variables.
?Por qu¨¦ no funciona ninguna de las tres cosas? Por una abrumadora falta de previsi¨®n y de an¨¢lisis. Por una dejadez que revuelve el est¨®mago, adoptada durante a?os por los responsables pol¨ªticos, incapaces de mirar, si quiera a medio plazo, lo que estaba sucediendo y lo que iba a suceder.
El ¨²ltimo informe del Defensor del Pueblo, presentado esta semana, es bastante revelador del tremendo desajuste que se est¨¢ produciendo en buena parte de la Administraci¨®n p¨²blica por una p¨¦sima adaptaci¨®n a los nuevos sistemas inform¨¢ticos en los sectores en los que precisamente se exige mayor trato directo con los ciudadanos (salvo, curiosamente, en Hacienda, el ¨²nico departamento con un sistema eficiente). Se exige a los ciudadanos que se adapten a una digitalizaci¨®n galopante, pero al mismo tiempo la adaptaci¨®n digital de la Administraci¨®n p¨²blica es defectuosa, lenta e ?ineficaz.
La desesperaci¨®n de los ciudadanos crece d¨ªa a d¨ªa. Unos, porque, aun teniendo habilidades digitales, no consiguen que esos sistemas funcionen. Y otros, generalmente los de mayor edad, porque no est¨¢n habituados al uso de sistemas inform¨¢ticos y no encuentran forma alguna de acceder a una cita presencial. Como denuncia el Defensor del Pueblo, ¡°cuando los ciudadanos se personan en alguna dependencia sin cita previa, el vigilante de seguridad privada que custodia la puerta les impide la entrada, facilit¨¢ndoles tan solo unos n¨²meros de tel¨¦fono¡± (donde no es posible obtener la cita porque nadie descuelga).
Seguramente, muchos responsables piensan que los problemas se deben a una aceleraci¨®n de los procesos digitales, no buscada, pero impuesta por las circunstancias, especialmente la pandemia, pero se trata de una excusa tramposa. Hace ya a?os que otras administraciones de pa¨ªses europeos iniciaron el camino de las nuevas tecnolog¨ªas. Hubiera bastado con observar y copiar, pero para eso hubiera hecho falta tambi¨¦n disponer de los presupuestos necesarios, y eso es lo que los gobiernos, especialmente el de Mariano Rajoy, de 2011 a 2018, no hicieron. Hubiera bastado con copiar y recordar que el art¨ªculo 103 de la Constituci¨®n obliga a que la Administraci¨®n p¨²blica ¡°sirva con objetividad los intereses generales¡± y a que act¨²e ¡°de acuerdo con los principios de eficacia¡±. Solo ahora se intenta legislar para mejorar esa eficiencia . Mejor tarde que nunca, pero no deja de ser tarde.
Durante muchos a?os se han ido dejando sin cubrir las plazas que quedaban vacantes mientras se alentaba la falsa idea de que en Espa?a sobraban funcionarios (cuando hay menos, proporcionalmente, que en la mayor¨ªa de los pa¨ªses de nuestro entorno). Al mismo tiempo, se han ido extendiendo f¨®rmulas para permitir que fueran empresas privadas las que se hicieran cargo de algunas de las funciones encomendadas a las administraciones p¨²blicas.
Hace ya 20 a?os que el Instituto Europeo de la Administraci¨®n P¨²blica public¨® una encuesta entre los pa¨ªses miembros de la Uni¨®n para saber qu¨¦ opinaban de la privatizaci¨®n total del servicio civil. Pa¨ªses como Francia, Alemania, B¨¦lgica o la propia Espa?a contestaron que esa privatizaci¨®n ¡°conducir¨ªa a una disminuci¨®n de la lealtad organizativa, m¨¢s problemas ¨¦ticos y m¨¢s politizaci¨®n¡±. Otros, como Italia o Dinamarca, se abrieron a privatizaciones puntuales. El m¨¢s curioso fue el Reino Unido, que tajantemente respondi¨® que semejante posibilidad era un disparate.
Los funcionarios son principalmente maestros de las soluciones a corto plazo, opinan algunos pol¨ªticos: para las soluciones a largo plazo est¨¢n ellos. Dada la demostrada inoperancia de algunos, ojal¨¢ les dejen intentar resolver este desastre a corto plazo.
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