M¨¢s presente, por favor
Los mensajes entre el presidente de la Audiencia Nacional y el ex secretario de Estado de Interior averg¨¹enzan
En la mayor¨ªa de las ocasiones, la mejor manera de preocuparse por el futuro y por las generaciones venideras consiste en solucionar los problemas del presente, sin m¨¢s. En Espa?a, donde cada d¨ªa se habla m¨¢s del necesario compromiso con el futuro de los j¨®venes y cada d¨ªa m¨¢s pol¨ªticos expresan su angustia por el legado econ¨®mico que van a heredar, resulta llamativa la cantidad de decisiones urgentes destinadas a mejorar el presente que se aplazan o guardan en cajones donde se apolillan. Decisiones que ayudar¨ªan a mejorar y fortalecer las instituciones que son, ellas s¨ª, el mejor y m¨¢s importante legado que se puede dejar a las generaciones posteriores. Instituciones democr¨¢ticas fuertes y solventes con las que ellos, llegado su momento, puedan hacer frente a sus problemas. La ¨²ltima semana ha sido pr¨®diga en noticias desagradables sobre esa capacidad de posponer lo que se debe hacer en el momento presente. Resulta que, en mayo de 2021, el Congreso de los Diputados aprob¨® una iniciativa socialista para que cualquier colectivo que quisiera reunirse con un parlamentario tuviera que inscribirse en un registro que fuera totalmente p¨²blico y transparente. Se trataba de una reforma del Reglamento del Congreso y la iniciativa fue aprobada con el voto en contra de Vox y la abstenci¨®n del PP, que propon¨ªa cambiar algunas cosas del texto.
La propuesta respond¨ªa a exigencias de la Comisi¨®n Europea sobre la presencia de lobbies en los Parlamentos nacionales y parec¨ªa algo elemental: qu¨¦ menos que saber con qui¨¦n se entrevistan los diputados y senadores, algo que existe en la gran mayor¨ªa de los parlamentos democr¨¢ticos. Sin embargo, en Espa?a ha sido imposible sacar adelante esa reforma. Los grupos parlamentarios no dejaron de poner trabas y la presidencia de la C¨¢mara no tuvo el menor inter¨¦s en agilizar las cosas. En total, 65 pr¨®rrogas del plazo para presentar enmiendas, con decenas de pretextos, el mejor de los cuales se resume en ¡°aclaremos antes qu¨¦ es un grupo de inter¨¦s¡±.
Resultado: el presente queda hecho unos zorros, en el Congreso entran y salen representantes de grupos de presi¨®n, asociaciones ben¨¦ficas, o no, y de grupos de todo tipo para ver a los parlamentarios, sin que exista el menor registro p¨²blico, pero los grupos siguen frenando ese registro a la espera, dicen, de una redacci¨®n que solucione las verdaderas necesidades de transparencia de generaciones venideras.
El Gobierno tambi¨¦n decidi¨® en su momento mejorar la transparencia y registrar con qui¨¦nes se entrevistaban sus altos cargos, algo que tambi¨¦n exige la Comisi¨®n Europea y que es pr¨¢ctica corriente en la mayor¨ªa de las democracias m¨¢s asentadas. Se trataba, seg¨²n la explicaci¨®n oficial ofrecida en noviembre de 2022, de ¡°regular en el ¨¢mbito de la Administraci¨®n General del Estado y de su sector p¨²blico la relaci¨®n entre grupos de inter¨¦s y las personas titulares de puestos susceptibles de recibir influencia¡±. Paralelamente se modificaba la llamada ley de puertas giratorias, de manera que un alto cargo p¨²blico no pudiera trabajar para un lobby en los dos a?os siguientes a su cese en el cargo.
Que se sepa, el anteproyecto de ley no ha llegado a¨²n al Congreso de los Diputados, seguramente porque no hay prisa por mejorar el presente y se est¨¢ buscando la manera de perfeccionar la transparencia de que vayan a disfrutar los nietos de los actuales votantes.
La falta de regulaci¨®n de transparencia en el funcionamiento de las instituciones en Espa?a es un agujero que tiene consecuencias inmediatas y graves y que adem¨¢s resulta inexplicable a estas alturas. La opacidad las pone en peligro, las debilita y crea la impresi¨®n de una corrupci¨®n extendida que no es cierta, pero que no se puede combatir sin los instrumentos ideados para ello por las propias democracias avanzadas. Para colmo, la falta de transparencia regulada es compatible en Espa?a con una extendida filtraci¨®n de todo tipo de grabaciones, fotos y conversaciones realizadas por personas determinadas en virtud de sus propios intereses. Las ¨²ltimas filtraciones, los wasaps intercambiados por el actual presidente de la Audiencia Nacional, Jos¨¦ Ram¨®n Navarro, y el que fuera secretario de Estado de Seguridad, Francisco Mart¨ªnez, son capaces de avergonzar al m¨¢s endurecido, pero el presidente de la Audiencia pretende superar tranquilamente todos los l¨ªmites. Y sus colegas ni pesta?ean: no les preocupa ni el futuro¡ ni el presente.
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