El divagar del fil¨®sofo Walter Benjamin y el azar en el arte digital
La obra del pensador alem¨¢n reivindicaba la casualidad y la espontaneidad que la inteligencia artificial ofrece para el arte digital
Pregunto: ?c¨®mo podemos diferenciar arte en el sentido moderno y arte digital en el sentido posmoderno? Habr¨ªa distintas aproximaciones a esta cuesti¨®n. Una de ellas ser¨ªa reflexionar sobre la producci¨®n creativa del objeto art¨ªstico. En el acto creativo de la modernidad, en la pintura, en la escultura, en la m¨²sica, por ejemplo, el artista responde a su inspiraci¨®n con un acto cuya intencionalidad se concreta en un producto material (cuadro, escultura, partitura) que permite al p¨²blico gozar de lo que dicho objeto es y ev...
Pregunto: ?c¨®mo podemos diferenciar arte en el sentido moderno y arte digital en el sentido posmoderno? Habr¨ªa distintas aproximaciones a esta cuesti¨®n. Una de ellas ser¨ªa reflexionar sobre la producci¨®n creativa del objeto art¨ªstico. En el acto creativo de la modernidad, en la pintura, en la escultura, en la m¨²sica, por ejemplo, el artista responde a su inspiraci¨®n con un acto cuya intencionalidad se concreta en un producto material (cuadro, escultura, partitura) que permite al p¨²blico gozar de lo que dicho objeto es y evoca. En ese sentido, el objeto art¨ªstico de la modernidad se puede percibir como un producto acabado y abierto a otras interpretaciones. Contemplamos La Gioconda y ¡°nos¡± sonr¨ªe. Pero ?es necesariamente enigm¨¢tica?
En el arte digital posmoderno, en cambio, la interacci¨®n tecnol¨®gica del artista con el sistema de IA implica que el objeto se produce (o se autorreproduce) en el instante mismo de la creaci¨®n. En el arte digital hay sorpresas y hay azar. El sistema de IA hace propuestas inesperadas al artista. El objeto que la tecnolog¨ªa genera, con el que el creador interact¨²a, parecer¨ªa tener una vida propia. Considerada una experiencia contempor¨¢nea singular, el arte digital desplaza el lugar del artista para realzar el del objeto. Se puede ilustrar esta cuesti¨®n con la obra de Coco D¨¢vez. Esta artista utiliza un sistema de IA llamado Midjourney que permite ¡°convertir en im¨¢genes todo lo que le pidas¡± (text to image). Uno puede imaginar una calle de Par¨ªs en 1819 y pedir al sistema, apretando el comando ¡°Imagina¡±, que lo recree. Utilizando Midjourney, Coco D¨¢vez desarrolla proyectos visuales en lugares que no necesariamente ha visitado o conocido, lugares que no estaban en su imaginaci¨®n y que Midjourney le facilita. Dicho de otro modo: Midjourney ofrece un circuito a la paseante Coco D¨¢vez, que transita por la IA de manera l¨²dica. Dise?a jugando ¡ªes decir, ¡°imaginando¡± en el sentido de apretar la tecla de dicha funci¨®n¡ª t¨®tems en mitad del desierto o una instalaci¨®n de cristales y colores reflectantes en el parque nacional de Joshua Tree. Coco D¨¢vez se?ala que la inteligencia artificial de Midjourney le permite crear una imagen cuya descripci¨®n nunca es igual. Lo define as¨ª: ¡°En la IA no hay dos resultados iguales, aunque la descripci¨®n sea la misma. Y este azar es el responsable de que muchas veces se a?ada ese toque de sal a esa idea que ten¨ªamos en la cabeza. Y la mayor¨ªa de las veces la eleva, lo cual me hace pensar que ser¨ªa interesante cambiar la palabra ¡®fracaso¡¯ por ¡®azar¡¯, ya que, en cuesti¨®n de acontecimiento inesperado, puede sorprendernos.¡±
La obra filos¨®fica de Walter Benjamin, un moderno paseante vagando en tr¨¢nsito hacia la posmodernidad, proporciona algunas pistas para analizar qu¨¦ pasa con todo esto, en una operaci¨®n de aggiornamento filos¨®fico bastante jugosa. Hay dos conceptos clave de Benjamin que pueden ser de gran utilidad aqu¨ª: uno es la idea del ¡°cerrojo on¨ªrico¡± y otro la noci¨®n de ¡°suelo doble¡±.
El arte digital contempor¨¢neo tiene algo de cerrojo on¨ªrico porque establece una nueva frontera en el pensar. El adjetivo on¨ªrico procede del vocablo griego oneiros (sue?o, como contenido). Coco D¨¢vez habla de su forma de crear como un juego para ¡°magnificar el sue?o¡± y dice que jugar consiste en que ¡°cualquier idea cobre sentido y el juicio comience a menguar hasta desvanecerse¡±.
Benjamin dice as¨ª: ¡°Los pensamientos act¨²an a menudo menos por lo que dicen que por el momento en que nos vienen. As¨ª, uno que aparece en la aglomeraci¨®n de los dem¨¢s (¡) no nos influye tan profundamente como el que nos asalta en soledad, cuando no estamos con ¨¢nimo para pensar, y ha tomado el camino m¨¢s secreto, el de la c¨¢mara oscura, el del coraz¨®n y los ri?ones, el del diafragma y el h¨ªgado, del que los antiguos bien sab¨ªan¡±.
El cerrojo on¨ªrico abre y cierra esa c¨¢mara oscura encriptada, que dice de nosotros sin que en realidad estemos ah¨ª. Algo de esta experiencia, como una fantas¨ªa diurna convertida en im¨¢genes, encontramos en el arte digital desarrollado por Midjourney. Esta aplicaci¨®n abre y cierra el cerrojo on¨ªrico proponiendo un recorrido azaroso. Proporciona al objeto de arte una dimensi¨®n parecida a la del sujeto que sue?a. ?l (el objeto) no sabe que est¨¢ so?ando, ha quedado separado del artista que lo so?aba. A su vez, el artista ¡ªso?ador por excelencia¡ª cae en el agujero del imaginario donde, siguiendo a Coco D¨¢vez, el juicio mengua hasta desvanecerse, para dar lugar a la instalaci¨®n de un objeto digital inexistente en la realidad pero digitalmente vivo.
En Midjourney, el artista juega como un ni?o. No sabe a d¨®nde va, aunque se fije en los detalles importantes de esa imagen nunca vista. En cierto modo, el azar, del lado del sistema de IA, puede llegar a sorprender al artista, declarando la guerra a su vanidad de ¡°autor¡±. Midjourney tiene un comando (la voz de un imperativo): ¡°Imagina¡±. No es lo mismo que el juego simb¨®lico, donde una realidad que no hay es sustituida por otra cosa que la representa. La aplicaci¨®n crea una realidad imaginada por donde se puede circular como en un suelo doble.
En Pasajes de Par¨ªs (1927-1929), Benjamin describe este suelo doble como la proyecci¨®n del paseante m¨¢s all¨¢ del circuito que dibuja: ¡°Movida como por un mecanismo de relojer¨ªa, la figura del fl?neur avanza por el empedrado de la calle con su suelo doble¡±.
Al imaginar c¨®mo se transforma el paseante en los circuitos que ¡°le llevan¡±, Benjamin dice que ¡°el suelo sobre el que camina el paseante, el asfalto, est¨¢ hueco¡±. ?Ojo! Aqu¨ª no hay que confundirse. El paseante de Benjamin no aprieta la tecla de Midjourney: ¡°Imagina¡±. El circuito filos¨®fico no responde a un comando imperativo: se trata de una fantas¨ªa por la que circula el pensamiento en forma de divagaci¨®n. El paseante distra¨ªdo no dise?a un imaginario como en la propuesta de Midjourney. Para toda filosof¨ªa, la idea es intraducible en imagen. La filosof¨ªa se nutre del registro simb¨®lico, que interroga cosas tan poco imaginarias como la justicia, el bien o la belleza, ideas que Midjourney seguramente podr¨ªa convertir en im¨¢genes de una precisi¨®n inesperada.
Benjamin utiliz¨® la expresi¨®n ¡°aura¡± para describir la forma en que un objeto reverbera una significaci¨®n polis¨¦mica. As¨ª que tal vez, vagando por Midjourney, Benjamin buscar¨ªa de qu¨¦ lado est¨¢ el aura del objeto m¨¢s all¨¢ del comando. Y tal vez en la posmodernidad la creaci¨®n de lo nuevo deje de ser indicio exclusivo de lo humano.
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