?Todos somos narcisistas? Lo que la reedici¨®n de un cl¨¢sico dice sobre las ansiedades actuales
El historiador Christopher Lasch se?al¨® en ¡®La cultura del narcisismo¡¯ que la egolatr¨ªa se generaliz¨® a mediados del siglo XX: ?qu¨¦ opinan algunos de los mayores expertos en la materia?
Como muchos mitos griegos, el de Narciso presentaba un arquetipo, el de la persona obsesionada consigo misma, que la psicolog¨ªa utilizar¨ªa siglos despu¨¦s para nombrar una patolog¨ªa. En aquel relato, la fijaci¨®n de Narciso con su propio reflejo le impide ver el resto del mundo. Y esa obsesi¨®n con el yo que hoy nos invade ya se convirti¨® en el siglo XX en una epidemia seg¨²n el historiador Christopher Lasch (1932-1994). En su pol¨¦mico ensayo de 1979 ...
Como muchos mitos griegos, el de Narciso presentaba un arquetipo, el de la persona obsesionada consigo misma, que la psicolog¨ªa utilizar¨ªa siglos despu¨¦s para nombrar una patolog¨ªa. En aquel relato, la fijaci¨®n de Narciso con su propio reflejo le impide ver el resto del mundo. Y esa obsesi¨®n con el yo que hoy nos invade ya se convirti¨® en el siglo XX en una epidemia seg¨²n el historiador Christopher Lasch (1932-1994). En su pol¨¦mico ensayo de 1979 La cultura del narcisismo. La vida en una era de expectativas decrecientes (reeditado por Capit¨¢n Swing en 2023), el tambi¨¦n soci¨®logo apuntaba que el consumismo y la incertidumbre de la vida moderna hab¨ªan convertido a los individuos en seres inestables, ensimismados, ap¨¢ticos, superficiales, aterrorizados de envejecer y sin ning¨²n prop¨®sito m¨¢s que alimentar una visi¨®n distorsionada de ellos mismos.
Lasch planteaba en su libro que la falta de ilusi¨®n por el futuro, la incertidumbre econ¨®mica y el fracaso de las instituciones para asegurar una mejor vida hab¨ªan provocado que las personas se encerraran en s¨ª mismas y se volvieran ego¨ªstas. Todo esto, seg¨²n el historiador ¡ªque estuvo muy influenciado por Marx y fue un cr¨ªtico del liberalismo moderno¡ª, conduce a una permanente b¨²squeda de ¨¦xtasis y de placeres inmediatos como forma de distraerse de la realidad.
La obra de Lasch recibi¨® grandes elogios desde su publicaci¨®n ¡ªgan¨® el National Book Award en la categor¨ªa de ensayo y la revista Time llam¨® al autor un ¡°profeta b¨ªblico¡±¡ª, pero tambi¨¦n hay un n¨²mero importante de detractores que han se?alado la supuesta falta de rigor del historiador para sustentar algunos de sus argumentos ¡ªel cr¨ªtico literario Frank Kermode, por ejemplo, llam¨® a La cultura del narcisismo un ¡°serm¨®n infernal¡±¡ª. El autor Christian Lorentzen, que recientemente public¨® un art¨ªculo sobre La cultura del narcisismo en la revista estadounidense Jacobin, reconoce que el libro tiene aspectos d¨¦biles o anticuados, pero no cree que esto le reste m¨¦rito o vigencia a su tesis principal. ¡°Se anticip¨® a muchas cosas que debatimos hoy. Por ejemplo, c¨®mo los v¨ªnculos personales se fueron debilitando para que la sociedad se convirtiera en un juego de supervivencia ego¨ªsta¡±, explica por videollamada.
Pero hay autores que dicen que el fen¨®meno se remonta mucho m¨¢s atr¨¢s. Pascal Wallisch, profesor de Psicolog¨ªa de la Universidad de Nueva York (NYU) y coautor del estudio El narcisismo a trav¨¦s de una mirada de autoelevaci¨®n performativa, afirma que, a pesar de haber empeorado en tiempos recientes, el narcisismo ha sido parte de la historia humana. Es una herencia del ser humano primitivo, seg¨²n explica por videollamada, algo que se remonta al pensamiento tribal: ¡°En la tribu, el estatus era algo muy importante. Si no te ganabas la confianza de los dem¨¢s, ten¨ªas un problema¡±. El profesor de la NYU cree que ah¨ª est¨¢ el origen de que los seres humanos tengan tan presente la forma en que los dem¨¢s los perciben: ¡°La mayor¨ªa de las personas saben, consciente o inconscientemente, que su reputaci¨®n importa y que tienen que cuidarla para mantener su estatus¡±.
El desorden narcisista nace de ¡°un sentimiento de inadecuaci¨®n¡±, sostiene Wallisch, cuando las personas sienten inseguridad sobre su estatus en la ¡°tribu¡± y tratan de compensar proyectando una versi¨®n exagerada de sus propias personalidades. Lasch, que se nutr¨ªa del pensamiento freudiano, consideraba que el narcisista, por definici¨®n, es alguien que se desprecia a s¨ª mismo y que usa a los dem¨¢s como instrumentos para satisfacer sus propios intereses ego¨ªstas, mientras que reprime su deseo de amor y aprobaci¨®n. Wallisch no comparte la idea de que el desprecio por s¨ª mismo sea la caracter¨ªstica m¨¢s importante del narcisista. Para el psic¨®logo, el germen est¨¢ en la inseguridad que caracteriza la vida en sociedad.
Que el narcisismo es un fen¨®meno que se remonta m¨¢s atr¨¢s es algo que tambi¨¦n defiende el psicoanalista franc¨¦s Jean-Charles Bouchoux, autor del libro de 2009 Los perversos narcisistas. ¡°Todos somos narcisistas¡±, sentencia por videollamada. El psicoanalista apunta que el narcisismo es un estado natural de la infancia por el que pasan todas las personas, cuando de ni?os no comprenden el mundo m¨¢s all¨¢ de ellos mismos y solo piensan en sus necesidades. El problema, se?ala, es que parece haber un estancamiento colectivo de la sociedad en ese estado infantil, y que el mundo se llen¨® de adultos que lidian con esa condici¨®n psicol¨®gica creando una imagen falsa de s¨ª mismos.
Aunque hay diferencias en sus diagn¨®sticos, tanto Bouchoux como Christopher Lasch vinculan el desarrollo del narcisismo con la infancia. En el caso de Lasch, como freudiano que era, cre¨ªa en la importancia de que los ni?os cumplieran con las diferentes etapas de apego para tener un desarrollo sano, y consideraba que el debilitamiento de las estructuras familiares interrump¨ªa este desarrollo y facilitaba el surgimiento de este desorden de personalidad. En la sociedad narcisista, seg¨²n Lasch, las fuerzas del mercado aprovechan este vac¨ªo y asumen el centro de la vida social que antes pertenec¨ªa a la familia.
El narcisismo hoy
La epidemia del narcisismo que Lasch observ¨® en los a?os setenta se ha desarrollado notablemente con el impulso de las nuevas tecnolog¨ªas. ¡°En la sociedad moderna hay muchas fuerzas, como la publicidad, que buscan explotar la inadecuaci¨®n para hacerte creer que te hace falta algo¡±, apunta Wallisch. El psic¨®logo de la NYU considera que las tendencias narcisistas de la sociedad que Lasch observ¨® en los setenta han empeorado: ¡°Esta cultura del narcisismo est¨¢ m¨¢s presente que antes, ahora todos usan m¨¢scaras y nadie puede vivir con autenticidad porque tu vida se define por los v¨ªdeos que subes a internet¡±.
Las redes sociales, para Wallisch, refuerzan el sentimiento de inadecuaci¨®n que est¨¢ en el origen del narcisismo porque funcionan como ventanas para compararse con las vidas de los dem¨¢s. Apunta, sin embargo, que es complicado saber si la aparici¨®n de estas son una causa o una consecuencia de una sociedad m¨¢s eg¨®latra. ¡°Al final, terminamos en una situaci¨®n del huevo o la gallina¡±, se?ala.
Bouchoux coincide en el diagn¨®stico del papel de las redes. ¡°Nos han vuelto m¨¢s narcisistas porque ya no tenemos realidad. Estamos solo en las redes sociales, pensando en qu¨¦ digo y c¨®mo luzco. Hay una obsesi¨®n esquizofr¨¦nica por capturar cada peque?o detalle de la vida cotidiana¡±. Son los mismos ¡°monstruos narcisistas¡± sobre los que Lasch advirti¨®, que siguen a¨²n vivos y adaptados a los nuevos tiempos.
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