Escribir una biograf¨ªa en la era digital: el desaf¨ªo de no naufragar en un mar de datos
Con el crecimiento exponencial de la informaci¨®n personal que almacenamos, los bi¨®grafos tendr¨¢n que utilizar herramientas de inteligencia artificial para desempe?ar su labor
Alguien se sabe nuestra vida de memoria. Conserva recuerdos que hab¨ªamos olvidado hace mucho tiempo. Sabe con qui¨¦n hablamos, d¨®nde estuvimos, qu¨¦ cosas vimos y qu¨¦ llam¨® nuestra curiosidad en casi cualquier d¨ªa de los ¨²ltimos a?os. Alguien o algo que, probablemente, ya nos conoce mejor de lo que nos conocemos nosotros mismos.
Dejamos huella en cada clic. En cada desplazamiento de pantalla y en cada pulsaci¨®n de teclado escribimos a tiempo real nuestra autobiograf¨ªa digital. La componen los cientos de mensajes que enviamos y recibimos diariamente por WhatsApp, las decenas de fotograf¨ªas que tomamos regularmente, las interacciones realizadas durante las dos horas que de media pasamos en redes sociales cada d¨ªa, e incluso nuestros registros de ubicaci¨®n e historial de b¨²squedas de Google. Un rastro biogr¨¢fico sin precedentes que redefine la forma en que se documentan y narran las vidas humanas.
Las primeras biograf¨ªas, como las Vidas paralelas (siglo I-II despu¨¦s de Cristo) de Plutarco, o el g¨¦nero hagiogr¨¢fico medieval que describ¨ªa la existencia de los santos, se basaban a menudo en testimonios lejanos e incluso an¨¦cdotas mitol¨®gicas. San Agust¨ªn, con sus Confesiones (398 despu¨¦s de Cristo), sent¨® las bases del g¨¦nero autobiogr¨¢fico relatando su vida desde la infancia hasta su conversi¨®n al cristianismo. El autor establece un di¨¢logo con Dios mediante una segunda persona que, curiosamente, evoca la utilizada en Vida de Arcadio, la reciente obra autobiogr¨¢fica del periodista y escritor Arcadi Espada. Lo novedoso de este libro es que las memorias no parten del recuerdo, sino del material documental de su vida ¡ªdesde billetes de tren o art¨ªculos subrayados hasta grabaciones de voz¡ª, que Espada ha preservado meticulosamente durante a?os.
¡°Este libro tambi¨¦n es un m¨¦todo¡±, afirma el periodista en la cafeter¨ªa del Hotel Palace. ¡°Utilizo el mismo enfoque que en mi labor period¨ªstica. Cuando alguien me narra sus recuerdos de un d¨ªa espec¨ªfico, lo contrasto de inmediato con la informaci¨®n disponible. Sin duda, muchos de nuestros recuerdos se transfieren con inexactitudes¡±. Espada sigue guardando cualquier material con informaci¨®n sobre su vida, como casi 200.000 correos electr¨®nicos. Reconoce que con el tiempo ser¨¢ m¨¢s complicado revisar todo este contenido y conf¨ªa en que la tecnolog¨ªa pueda asistirle. ¡°La inteligencia artificial est¨¢ para eso¡±, declara. ¡°Siempre me ha preocupado este tema: ?c¨®mo la tecnolog¨ªa podr¨¢ hacer evolucionar la escritura?¡±.
Es imposible calcular los bytes de informaci¨®n que generaremos a lo largo de nuestra vida; sin embargo, la tendencia muestra un aumento diario en la producci¨®n de datos personales. Jorge Luis Borges concibi¨® un personaje llamado Funes el Memorioso, dotado de una memoria tan precisa que pod¨ªa recordar ¡°todas las aborrascadas crines de un potro¡±. Si este personaje tardaba un d¨ªa en recordar un d¨ªa entero, cabe preguntarse cu¨¢nto tiempo le llevar¨ªa a una persona nacida en la era digital, o a su potencial bi¨®grafo, revisar toda la informaci¨®n acumulada a lo largo de 80 a?os de vida.
¡°Contrariamente a lo que se podr¨ªa pensar intuitivamente, tener m¨¢s datos digitales no facilita la tarea de redactar biograf¨ªas¡±, afirma por correo electr¨®nico Viktor Mayer-Sch?nberger, profesor de Gobernanza y Regulaci¨®n de Internet en la Universidad de Oxford. ¡°Lo crucial para los nuevos bi¨®grafos no ser¨¢ la cantidad de material disponible, sino cu¨¢nto material se descarta por ser menos relevante para el panorama general¡±, se?ala.
La inteligencia artificial y la tecnolog¨ªa de an¨¢lisis de datos ser¨¢n imprescindibles para localizar temas o eventos clave en la monta?a infinita de informaci¨®n que una persona deja en el soporte digital. Franco Moretti es un historiador y cr¨ªtico literario que acu?¨® el t¨¦rmino distant reading para definir una metodolog¨ªa que analiza grandes vol¨²menes de literatura mediante el uso de t¨¦cnicas cuantitativas y computacionales. Su conjetura es que ¡°los bi¨®grafos buscar¨¢n los datos que correspondan a los puntos de partida biogr¨¢ficos establecidos (primera infancia, padres, escuela, comienzos de una carrera, accidentes, etc¨¦tera) y la nueva abundancia simplemente a?adir¨¢ toques de color aqu¨ª y all¨¢¡±. Explica por correo electr¨®nico que la inteligencia artificial tiene una gran capacidad para crear relatos veros¨ªmiles a partir de datos disponibles y expectativas generales. Sin embargo, ¡°lo veros¨ªmil no es necesariamente lo verdadero¡±. ¡°Mi gran temor es que la inteligencia artificial nos inunde de biograf¨ªas ¡°veros¨ªmiles¡± que, sin embargo, no tienen necesariamente relaci¨®n con la verdad¡±.
Para ejemplificar c¨®mo se podr¨ªa emplear la tecnolog¨ªa de manera pr¨¢ctica, imaginemos el caso hipot¨¦tico de un bi¨®grafo que, dentro de unos a?os, decida escribir la biograf¨ªa de Greta Thunberg ¡ªquien probablemente sea una de las figuras m¨¢s influyentes de nuestra ¨¦poca¡ª y que tenga acceso a los mensajes de WhatsApp que la activista envi¨® en 2023. Mediante el uso de herramientas de procesamiento de lenguaje natural (algunas est¨¢n disponibles de manera gratuita en internet), el bi¨®grafo podr¨ªa analizar patrones en el empleo de palabras y emoticonos, as¨ª como la frecuencia y duraci¨®n de las conversaciones. Ser¨ªa capaz de saber cu¨¢ntas palabras de connotaci¨®n positiva o negativa emple¨® en comparaci¨®n con otros periodos de su vida; o, simplemente, a qu¨¦ persona hac¨ªa m¨¢s caso.
Las nuevas tecnolog¨ªas tambi¨¦n servir¨¢n para verificar la autenticidad de los datos que se encuentran en internet. ¡°La inteligencia artificial nos ayudar¨¢ a discernir, por ejemplo, qui¨¦n es el autor real de un texto determinado¡±, asegura Mayer-Sch?nberger. ¡°Esta tecnolog¨ªa puede ser de gran ayuda, y tal vez responder finalmente a la pregunta de qui¨¦n escribi¨® las obras de Shakespeare¡±.
Ricard Mart¨ªnez, director de la C¨¢tedra de Privacidad y Transformaci¨®n Digital de la Universidad de Valencia, subraya por tel¨¦fono que los bi¨®grafos deben equilibrar el respeto a la privacidad de las personas con la necesidad de recopilar informaci¨®n para su trabajo. Al igual que ocurr¨ªa con los diarios y la correspondencia, debe obtenerse permiso para acceder a cierta informaci¨®n personal. ¡°Si los datos se encuentran en entornos privados, como correos electr¨®nicos o como WhatsApp, se requerir¨¢ el consentimiento de la persona. En el caso de que haya fallecido, se necesitar¨¢ el consentimiento de los herederos o familiares directos¡±, sostiene Mart¨ªnez. La l¨ªnea entre la investigaci¨®n exhaustiva y la invasi¨®n de la privacidad en una biograf¨ªa basada en datos digitales es, seg¨²n el experto, ¡°muy, muy delgada¡±. La intrusi¨®n en entornos privados puede constituir una violaci¨®n de la privacidad e incluso un delito.
Otra fuente de preocupaci¨®n radica en que no sabemos con certeza qu¨¦ cantidad de toda la informaci¨®n que dejamos en el entorno digital perdurar¨¢ a lo largo del tiempo. ¡°Lo importante es que la mayor¨ªa de las p¨¦rdidas de datos son accidentales y no sistem¨¢ticas. Los buenos bi¨®grafos saben que est¨¢n montando un gran rompecabezas en el que pueden faltar piezas. En la medida en que estas piezas sean en gran medida aleatorias, la imagen global no sufrir¨¢ mucho¡±, vaticina Mayer-Sch?nberger.
Si ¨²nicamente dispusi¨¦ramos de la informaci¨®n que el sujeto de la biograf¨ªa publica de manera consciente en las redes sociales, donde hay una presi¨®n por proyectar una vida id¨ªlica, el bi¨®grafo podr¨ªa encontrar una representaci¨®n poco aut¨¦ntica y desequilibrada de la persona. ¡°Tratar de reflejar una vida perfecta no es una conducta exclusiva de la era digital. Desde siempre la gente ha intentado parecer mejor a los ojos de los dem¨¢s. As¨ª que el mismo problema afecta a cartas, diarios, discursos y similares. De hecho, la enorme cantidad de datos que se recopilan hoy en d¨ªa hace m¨¢s dif¨ªcil que f¨¢cil que las personas mantengan una fachada perfecta¡±, concluye el profesor de Oxford.
Ap¨²ntate aqu¨ª a la newsletter semanal de Ideas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.