Kierkegaard, el fil¨®sofo de la ansiedad que no se cas¨® para poder dedicarse a pensar
Pionero en el estudio de la angustia, el pensador dan¨¦s rompi¨® su compromiso de matrimonio para poder escribir. Una reciente biograf¨ªa da fe de la vigencia de su obra
Vivimos en la era de la ansiedad. O, al menos, eso es lo que se nos dice en muchas ocasiones y no sin motivo: las incertidumbres econ¨®micas y vitales, adem¨¢s de cat¨¢strofes como la pandemia, hacen que sintamos menos control y seguridad en nuestras vidas. No sabemos si nos subir¨¢n el alquiler, el mercado laboral es incierto, l¨ªderes como Putin y Trump debilitan la democracia occidental, la guerra amenaza con volver a Europa y podr¨ªam...
Vivimos en la era de la ansiedad. O, al menos, eso es lo que se nos dice en muchas ocasiones y no sin motivo: las incertidumbres econ¨®micas y vitales, adem¨¢s de cat¨¢strofes como la pandemia, hacen que sintamos menos control y seguridad en nuestras vidas. No sabemos si nos subir¨¢n el alquiler, el mercado laboral es incierto, l¨ªderes como Putin y Trump debilitan la democracia occidental, la guerra amenaza con volver a Europa y podr¨ªamos hablar tambi¨¦n de las pensiones si no fuera porque el cambio clim¨¢tico amenaza con convertirlas en innecesarias.
Este sentimiento de indefensi¨®n no es nuevo, aunque pueda parecernos que nunca se ha vivido con esta magnitud. Hace 180 a?os, el fil¨®sofo dan¨¦s S?ren Kierkegaard public¨® El concepto de la angustia, el primer libro dedicado por entero a la ansiedad. Kierkegaard anticipa nuestras ideas sobre esta emoci¨®n, aunque su concepci¨®n tambi¨¦n es diferente a la contempor¨¢nea, y no solo porque psic¨®logos y psiquiatras sepan m¨¢s sobre el tema. Para el pensador, la angustia es un miedo que no tiene un objeto concreto, es inseparable de nuestra vida y de nuestra libertad, y tiene una ra¨ªz religiosa. Adem¨¢s, su objetivo no era ni curar ni tratar este sentimiento, sino entenderlo e incluso abrazarlo.
Begonya S¨¢ez Tajafuerce, profesora de Filosof¨ªa de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona, recuerda en videollamada que Kierkegaard puso el origen de la angustia en el pecado original de Ad¨¢n y Eva. Esto significa que la ansiedad nace cuando el individuo es consciente de su libertad, de su responsabilidad y de sus posibilidades, una idea que influy¨® en el existencialismo del siglo XX, y en especial en la obra de Martin Heidegger y Jean-Paul Sartre.
Una obra que parte de la vida
Para Kierkegaard la vida tiene riesgos porque no sabemos c¨®mo van a salir las cosas y nunca estamos seguros de si hemos tomado la decisi¨®n correcta. Pero como la ansiedad est¨¢ ligada a nuestra libertad y responsabilidad, es un aspecto esencial del ser humano y no es nada que podamos o incluso debamos evitar.
El fil¨®sofo no hablaba en abstracto, sino que sus escritos surgen de la experiencia. Una de las claves de su angustia fue la ruptura de su compromiso de matrimonio con Regine Olsen. El fil¨®sofo dudaba de si ser¨ªa capaz de llevar una vida convencional, casado y con un trabajo, o si deb¨ªa dedicarse a ser un escritor y un artista: ¡°Se dio cuenta de que le era imposible unificar estas dos ideas¡±, explica en videollamada Joakim Garff, autor de Kierkegaard, el fil¨®sofo de la angustia y de la seducci¨®n (Tusquets), una reciente biograf¨ªa de casi un millar de p¨¢ginas. En esta decisi¨®n se dio ¡°un choque entre la fascinaci¨®n est¨¦tica, por un lado, y el amor y el matrimonio, por el otro¡±.
Tambi¨¦n hay, como apunt¨¢bamos, una lectura religiosa: el ¡°v¨¦rtigo de la libertad¡± del que habla en El concepto de la angustia est¨¢ relacionado con otro de sus libros, Temor y temblor, en el que parte de la historia de Abraham: Dios le pide al patriarca que sacrifique a su ¨²nico hijo, Isaac. Abraham se dispone a matarlo en el monte Mori¨¢, pero un ¨¢ngel le detiene y le dice que Dios solo estaba poni¨¦ndole a prueba. Kierkegaard reflexiona sobre la fe a partir de este relato y llega a la conclusi¨®n de que implica un salto al vac¨ªo: Abraham cre¨ªa en Dios, pero no ten¨ªa forma de saber si se trataba de una alucinaci¨®n o un sue?o.
Como escribe Juan Arnau en su Manual de filosof¨ªa port¨¢til, ¡°la angustia puede ser paralizante (v¨¦rtigo ante el abismo), pero tambi¨¦n trampol¨ªn para el salto¡±. Damos saltos de fe como el de Abraham constantemente, aunque no sean religiosos: ?c¨®mo sabemos si tomamos la decisi¨®n correcta cuando cambiamos de trabajo, cuando nos compramos un piso o cuando comenzamos una relaci¨®n sentimental?
Begonya S¨¢ez Tajafuerce advierte del peligro de forzar las interpretaciones biogr¨¢ficas y recuerda que los textos de Kierkegaard no son solo relatos de su vida: el autor quiere entenderse y explicarse a s¨ª mismo y, al hacerlo, nos da herramientas para que podamos intentarlo nosotros. Pero S¨¢ez tambi¨¦n apunta que la vida de Kierkegaard ¡°est¨¢ conectada con su trabajo de muchas maneras¡±. En sus textos, el fil¨®sofo intenta responder a preguntas cotidianas y establece con el lector lo que Garff llama ¡°un di¨¢logo existencial¡±: cuando leemos a Kierkegaard, ¡°dialogamos con una persona que ha pasado por muchas experiencias que nosotros tambi¨¦n podemos reconocer¡±.
Kierkegaard mantiene estos di¨¢logos consigo mismo en sus obras, muchas de ellas firmadas con pseud¨®nimos que a veces, como en O lo uno o lo otro, se interpelan y responden. Esto aleja sus textos de la interpretaci¨®n biogr¨¢fica literal y al mismo tiempo nos ayuda a seguir ley¨¦ndole hoy en d¨ªa. La profesora S¨¢ez explica que Kierkegaard escribe desde perspectivas y puntos de vista concretos, con el objetivo de ofrecer textos poli¨¦dricos que desaf¨ªan las interpretaciones ¨²nicas. Su filosof¨ªa est¨¢ anclada a una existencia cambiante, contradictoria y parad¨®jica.
Vivir con angustia
Todo esto no quiere decir que leer El concepto de la angustia pueda sustituir al psic¨®logo, y m¨¢s teniendo en cuenta que no es un libro f¨¢cil (Garff lo califica de ¡°casi ilegible¡±). Pero s¨ª nos ayuda a entender por qu¨¦ todos, en mayor o menor medida, sentimos ansiedad y por qu¨¦ este sentimiento tambi¨¦n contribuye a hacernos humanos, igual que otras emociones que preferimos evitar, como el dolor y la tristeza. La ansiedad es parte de nosotros, es algo que tenemos que experimentar en mayor o menor medida para ser completamente humanos y para aprender de nuestras vulnerabilidades y, en caso necesario, de nuestros errores.
La fil¨®sofa brit¨¢nica Erin Plunkett, editora del libro Kierkegaard and Possibility (Kierkegaard y la posibilidad, sin traducir al espa?ol), subraya en videollamada la importancia de tener presente esta lectura cultural y filos¨®fica de la ansiedad sin, por supuesto, dejar de lado el tratamiento que necesiten las personas que pasen por ella. ¡°La inestabilidad es un sentimiento doloroso y, por ejemplo, experiencias como la pandemia de covid son profundamente desestabilizadoras¡±, explica. Y leer a Kierkegaard nos ayuda a darnos cuenta de que siempre vivimos, al menos hasta cierto punto, ¡°una vida precaria y contingente¡±, por mucho que intentemos distraernos de esta sensaci¨®n con el trabajo, la pen¨²ltima serie de HBO o lo que nos ofrezca el m¨®vil a cada momento. La ansiedad puede ser ¨²til porque ¡°nos despierta a la posibilidad de que ma?ana las cosas no sean iguales que hoy¡±. Hace que estemos m¨¢s atentos a nuestra vida, a lo que nos ofrece y a lo que podemos hacer con ella.
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