25 d¨®lares para iniciar una nueva vida
Los combatientes liberados ayer por Karzai reniegan de los talibanes y s¨®lo desean volver junto a sus familias
Nazar Mohammad sostiene el grueso fajo de billetes y se desv¨ªa por una calle de Kabul para iniciar una nueva vida. El antiguo combatiente talib¨¢n est¨¢ entre los miles de los prisioneros afganos liberados estos d¨ªas a los que se ha entregado dinero para que regresen a sus casas. Mientras el Ej¨¦rcito de EE UU sigue buscando a los l¨ªderes talibanes y a los mercenarios extranjeros, Mohammad est¨¢ libre para volver a su granja, en el sur del pa¨ªs.
"Han sido unos d¨ªas terribles", asegura enjuto, con barba de recluta y con todas sus pertenencias revueltas en una peque?a bolsa de pl¨¢stico. "Pero ahora soy libre, tengo dinero y puedo coger el autob¨²s para volver a casa", afirma.
Mohammad es un uno de los 270 prisioneros liberados ayer en una ceremonia en el palacio presidencial por el l¨ªder interino del pa¨ªs, Hamed Karzai. Karzai hab¨ªa ordenado la puesta en libertad de los soldados talibanes sin graduaci¨®n -"simplemente afganos corrientes", seg¨²n sus palabras- para contribuir al proceso de reconciliaci¨®n tras la guerra.
Su administraci¨®n interina, con mandato para seis meses, dio a cada uno de ellos 500.000 afganis (unos 17$, 19 euros). Esta ma?ana, los talibanes liberados ayer han hecho cola para recibir un suplemento de 300.000 afganis, ofrecido por el Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja (CICR). El total, unos 25 $ supone una peque?a fortuna por un granjero afgano de subsistencia.
"En la c¨¢rcel ten¨ªamos tres trozos de pan al d¨ªa", dice Aghan Mohammad, de 26 a?os, natural de Herat, en el oeste del pa¨ªs. "Ahora puede comprar algo de comida, el billete del autob¨²s y algunas cosas para mi familia", afirma.
Nuevos reclutas
Seg¨²n el portavoz de la Cruz Roja Michael Kleiner, los prisioneros ahora liberados fueron reclutados durante los ¨²ltimos meses del r¨¦gimen talib¨¢n. "Esta gente fue llamada a filas en septiembre u octubre, para pelear contra la Alianza del Norte", asegura, "fueron capturados por sus enemigos y han estado en prisi¨®n tres meses".
Todos los prisioneros parec¨ªan hoy empe?ados en distanciarse del antiguo r¨¦gimen de Kabul. "Yo no era un talib¨¢n", dice Agham Mohammad. "Todos los hombres de mi pueblo tuvieron que un¨ªrseles. Fuimos llevados a primera l¨ªnea del frente, pero en ocho d¨ªas fui capturado", afirma.
En su mayor¨ªa analfabetos, estos soldados rasos del Ej¨¦rcito talib¨¢n despiertan poco inter¨¦s para el Pent¨¢gono, cuyo principal objetivo sigue siendo el terrorista saud¨ª Osama Bin Laden y los oficiales de la organizaci¨®n terrorista que lidera, Al Qaeda. A Bin Laden se le tiene por principal sospechoso de los atentados m¨²ltiples del 11 de septiembre.
M¨¢s inter¨¦s parece, en cambio, que tienen para Washington, los 220 combatientes de la guerra de Afganist¨¢n trasladados para su interrogatoiro al campo de prisioneros de Guant¨¢namo, en Cuba.
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