El grupo parlamentario 'tory' fuerza la salida de su l¨ªder en una moci¨®n de censura

Iain Duncan Smith ya no es el l¨ªder del Partido Conservador brit¨¢nico. Sus correligionarios parlamentarios han decidido, en la moci¨®n de censura acordada ayer y que se ha votado hoy, que sea otro el que dispute a Tony Blair el cargo de primer ministro dentro de dos a?os. 90 de los 165 parlamentarios tories -s¨®lo era necesaria una mayor¨ªa simple- en la C¨¢mara de los Comunes han votado en contra de que Duncan Smith contin¨²e como l¨ªder del partido que rigi¨® los destinos de Inglaterra durante gran parte del siglo pasado, con figuras tan destacadas como Thatcher o Churchill.

Inmediatamente despu¨¦s de la votaci¨®n, Duncan Smith ha presentado su renuncia, a?adiendo que continuar¨¢ en su puesto hasta la elecci¨®n de un sucesor. El Partido Conservador deber¨¢ elegir otro l¨ªder, el tercero en tres a?os, que no ser¨¢ Duncan Smith, obligado por las normas tories a no presentar candidatura. Ser¨¢n los parlamentarios los que propongan nombres, de los que s¨®lo dos ser¨¢n sometidos al juicio de los militantes. El elegido tendr¨¢ que batirse en 2005 con Blair, quien se antoja como un obst¨¢culo demasiado grande para un partido que vive los peores momentos de su historia.

Conmigo o contra m¨ª

Desde su llegada a la c¨²spide tory en 2001, Duncan Smith no ha contado con el apoyo el aparato del partido, ilusionando siempre m¨¢s a las bases, que acordaron su continuidad al frente del conservadurismo hace tan s¨®lo un tres semanas. Pese a ello, Smith ha tenido que hacer frente estos d¨ªas a las cr¨ªticas de los escalones m¨¢s altos del partido. No obstante, envalentonado por el apoyo que recibi¨® hace tres semanas en Blackpool, en el congreso del partido, el ya ex mandatario lanz¨® el lunes un ¨®rdago a los diputados conservadores: "Back me or sack me (apoyadme o echadme)", fueron las palabras para retar a los legisladores a que promovieran en 48 horas un voto de censura contra ¨¦l. Si no prosperaba la iniciativa, deb¨ªan callar hasta el fin de la legislatura.

Seg¨²n las reglas del partido, son necesarias las firmas de 25 parlamentarios para forzar esta votaci¨®n. Dicho y hecho. Las firmas estuvieron recogidas en s¨®lo 24 horas. Una vez forzada la votaci¨®n, s¨®lo es necesaria una mayor¨ªa simple de los parlamentarios -la mitad m¨¢s uno- para "echar" al l¨ªder, pero la censura a Smith ha llegado hasta los 90 votos.

De nada ha servido el discurso con el que Duncan Smith ha iniciado la sesi¨®n en la que ha tenido lugar la votaci¨®n. Tanto sus detractores como sus cr¨ªticos han coincidido en que ha hecho un discurso franco, apasionado, en el que ha hecho hincapi¨¦ en las nefastas consecuencias que podr¨ªa tener para el partido una lucha interna por el liderazgo a estas alturas. "Debemos evitar la amargura que ha dominado nuestro partido, no durante estos dos a?os [los de su mandato] sino desde hace una d¨¦cada", ha dicho.

Ahora, Smith, de 49 a?os, debe lidiar con la humillaci¨®n de haber sido expulsado de la direcci¨®n del partido sin ni siquiera tener la oportunidad de representarlo en unas elecciones, adem¨¢s del hecho de no haber sabido aprovechar el peor a?o para Blair desde que est¨¢ en el poder, con los ¨ªndices de popularidad m¨¢s bajos que nunca por la guerra en Irak y por el caso Kelly, derivado de ella.