Al Qaeda decapita al reh¨¦n brit¨¢nico que manten¨ªa cautivo desde hace 24 d¨ªas
El Gobierno brit¨¢nico ha confirmado el "brutal asesinato", que fue grabado y enviado a una televisi¨®n ¨¢rabe
El grupo insurgente liderado por Abu Musab al Zarqaui, considerado jefe de Al Qaeda en Irak, ha decapitado al reh¨¦n brit¨¢nico Kenneth Bigley, secuestrado el pasado 16 de septiembre en Bagdad junto a dos ciudadanos estadounidenses que fueron ejecutados pocos d¨ªas despu¨¦s.
Un v¨ªdeo difundido por los terroristas muestra con toda crudeza la ejecuci¨®n. El ritual es id¨¦ntico al seguido con otros sentenciados: Bigley aparece en primer plano vestido con un mono naranja y hablando a la c¨¢mara. Detr¨¢s de ¨¦l, de pie, esperan seis milicianos encapuchados. Uno de ellos lee un documento en ¨¢rabe en el que afirma que si le matan es porque Londres no satisfizo su exigencia de poner en libertad a las mujeres iraqu¨ªes encarceladas. Inmediatamente despu¨¦s, el verdugo saca una navaja de la cintura y decapita al brit¨¢nico. La grabaci¨®n termina en el momento en que el verdugo muestra la cabeza de Kigley separada de su cuerpo. Reuters cita fuentes insurgentes de la ciudad de Faluya y asegura que el brit¨¢nico fue asesinado el jueves por la noche en Latifiya, al suroeste de Bagdad.
Tras tener conocimiento del v¨ªdeo, el Gobierno de Tony Blair ha abierto un comp¨¢s de espera de varias horas en busca de una confirmaci¨®n definitiva. Ha sido el ministro de Asuntos Exteriores, Jacques Straw, quien ha roto el silencio oficial y ha presentado esta tarde el p¨¦same a la familia de Bigley, por "un b¨¢rbaro asesinato tras tres semanas de sufrimiento". Adem¨¢s, el jefe de la diplomacia brit¨¢nica ha revelado que su Gobierno estableci¨® contacto con los captores, con los que intercambi¨® mensajes a trav¨¦s de intermediarios sin que en ning¨²n momento cedieran en sus exigencias, seg¨²n Straw.
Poco m¨¢s tarde, Tony Blair ha ofrecido una rueda de prensa en la que ha expresado su "repugnancia" por el crimen y ha advertido de que "los secuestradores no pueden ganar" el pulso lanzado a los pa¨ªses occidentales. "Siento una completa repugnancia hacia la gente que hizo esto, no s¨®lo por la naturaleza b¨¢rbara del asesinato sino por el papel que han jugado en las ¨²ltimas semanas", ha dicho el mandatario brit¨¢nico.
Tony Blair tiene "sangre en las manos"
Al margen de las reacciones oficiales, la familia de Bigley, reunida en Liverpool, ha salido de nuevo a los medios para confirmar la noticia y censurar al Gobierno de Tony Blair. En una intervenci¨®n televisada, Paul Bigley, hermano del asesinado, ha le¨ªdo un comunicado en el que dice que su familia "ha recibido pruebas concluyentes de que Ken ha sido asesinado". Acto seguido, ha acusado al primer ministro brit¨¢nico de "tener sangre en las manos". En el mismo comunicado, la familia lamenta que el Gobierno de su pa¨ªs no haya hecho lo suficiente para salvar a Kenneth y pide el fin de la guerra de Irak, que califica de "ilegal".
Los mensajes de condena de pol¨ªticos y asociaciones isl¨¢micas se han sucedido en Reino Unido. "No existe justificaci¨®n alguna para el asesinato de un individuo indefenso. Es un acto absolutamente repugnante y reprochable", ha proclamado Iqbal Sacranie, secretario general del Consejo Isl¨¢mico, la mayor asociaci¨®n musulmana del pa¨ªs y que intercedi¨® sin ¨¦xito para la liberaci¨®n del reh¨¦n.
La ¨²ltima vez que el mundo pudo ver con vida a Bigley fue el pasado 29 de septiembre, cuando la cadena ¨¢rabe Al Yazira difundi¨® un v¨ªdeo que mostraba a ¨¦ste deteriorado pero con vida. La filmaci¨®n, en el que el brit¨¢nico llamaba a Tony Blair "mentiroso" y le reprochaba que no hubiera hecho nada por ¨¦l, elev¨® a¨²n m¨¢s la carga emotiva del caso y aument¨® la presi¨®n sobre el primer ministro brit¨¢nico. Al poco de conocerse su secuestro, la familia de Bigley se moviliz¨® para conseguir su liberaci¨®n, implorando ayuda en varias ocasiones al Gobierno de Blair.
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