?Qu¨¦ pas¨® en el autob¨²s de la muerte?
La polic¨ªa investiga el cuarto ataque, que se produjo una hora despu¨¦s que los tres primeros y en un escenario diferente
Las tres bombas colocadas en el metro de Londres estallaron poco antes de las nueve de la ma?ana (hora local) "casi simult¨¢neamente". Y casi una hora despu¨¦s, explot¨® otra en un autob¨²s de dos pisos. Ese ¨²ltimo ataque, que acab¨® con la vida de 13 personas, es el "que no cuadra", y mantiene en jaque a los investigadores de Scotland Yard.
El autob¨²s n¨²mero 30 estall¨® cerca de la estaci¨®n de Euston 57 minutos despu¨¦s de que se produjera la matanza en el metro. Los investigadores achacan esta anomal¨ªa a que dos posibles motivos: que fuera improvisado sobre la marcha, o que el detonador se activara de forma accidental.
"La explicaci¨®n m¨¢s l¨®gica pasa porque uno de los terroristas no pudiera llegar hasta el metro, probablemente gracias a que se cerr¨® muy r¨¢pidamente el suburbano, y se encontr¨® con una bomba lista para estallar y sin objetivo al que dirigirla", explica Dominic Armstrong, l¨ªder del grupo del grupo de investigaci¨®n e inteligencia de la empresa de seguridad Aegis Defence Services. "En esas circunstancias, parece comprensible que buscar¨¢ r¨¢pidamente un objetivo similar. Hab¨ªa autobuses de sobra, y por tanto un lugar perfecto para deshacerse de una bomba que sobraba.
Un testigo del atentado, Richard Jones, narr¨® a la radiotelevisi¨®n p¨²blica brit¨¢nica que hab¨ªa visto a un hombre muy alterado juguetear con una bolsa de papel en el autob¨²s poco antes de la explosi¨®n. Los expertos de otra empresa de seguridad, Janusian Security Risk Management, aseguran en un informe dirigido a sus clientes: "La bomba estall¨® en la parte de atr¨¢s del piso de arriba del autob¨²s. Era el punto donde menos mort¨ªfera resultar¨ªa (la mejor zona ser¨ªa en la parte central del piso de abajo). Es posible que el terrorista se echara para atr¨¢s y dejara la bomba en el autob¨²s por miedo a que le cogieran. Y tambi¨¦n cabe la posibilidad de que fuera un terrorista suicida". Sin embargo, la empresa recuerda que los grupos terroristas reservan las acciones suicidas para objetivos mejor protegidos.
El relato del conductor
El conductor del autob¨²s que result¨® destruido por una bomba en los atentados terroristas en Londres, George Psaradakis, de 49 a?os, ha reconocido en un comunicado que se encontraba a¨²n en estado de shock y que "muchas cosas terribles" le ven¨ªan a la cabeza recordando la explosi¨®n en su autob¨²s de la l¨ªnea 30 en Tavistock Square.
"Estoy aliviado por estar aqu¨ª y poder ver a mi esposa e hijos. Muchas otras personas no han sido tan afortunadas. Compadezco a la gente que ha fallecido y a sus familias. Yo mismo y otros conductores en Londres tenemos un importante trabajo y vamos a seguir haci¨¦ndolo como mejor podamos. Vamos a continuar con nuestras vidas normales. No vamos a ser intimidados", ha indicado en un comunicado divulgado por su compa?¨ªa de autobuses Stagecoach.
Psaradakis, que lleva casi tres a?os de conductor, relat¨® que su autob¨²s se vio desviado porque hab¨ªa miles de personas saliendo del metro. "Hab¨ªa muchas personas que trataban de subir el autob¨²s en seguida. De repente hubo una explosi¨®n, despu¨¦s la matanza. Todo parec¨ªa que ocurr¨ªa detr¨¢s m¨ªo", explica en el relato.
"Trat¨¦ de ayudar a la pobre gente. Hab¨ªa muchas personas heridas y al principio pens¨¦: '?c¨®mo es que estoy vivo si todos mueren alrededor m¨ªo?'. Entonces la Polic¨ªa me sac¨®" por temor a m¨¢s explosiones, afirma. Psaradakis asegura que necesitar¨ªa alg¨²n tiempo para reponerse de lo que hab¨ªa sucedido, pero que volver¨¢ a trabajar. "Estoy contento de que muchas personas en Londres todav¨ªa sigan cogiendo el autob¨²s pese a lo que ha pasado".
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