Am¨¦rica Latina sin hambre
“En Guatemala, el hambre tiene rostro: una ni?a ind¨ªgena”, dijo a EL PA?S Ian Cherrett, representante en el pa¨ªs de la Organizaci¨®n de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentaci¨®n (FAO, por sus siglas en ingl¨¦s), al inicio de la primera reuni¨®n del grupo de trabajo de la iniciativa Am¨¦rica Latina y el Caribe sin Hambre, impulsada al alim¨®n por los presidentes de Brasil, Luiz In¨¢cio Lula da Silva, y de Guatemala, ?scar Berger, clausurada ayer en este pa¨ªs centroamericano. A?adi¨® que las estad¨ªsticas demuestran que “esta situaci¨®n no ha variado en los ¨²ltimos 30 a?os”.
Esta cara del subdesarrollo, que normalmente se pierde en la frialdad de las cifras, es un drama continental. Seg¨²n datos preliminares de la FAO, en Am¨¦rica Latina hay 52 millones de personas desnutridas, lo que representa el 10% de la poblaci¨®n. El 7% de los ni?os presenta cuadros de desnutrici¨®n cr¨®nica, lo que se refleja en deficiencias f¨ªsicas (peso y talla por debajo de la media para su edad) y mentales, extremo que dificulta su progreso en campos como la educaci¨®n elemental, cerr¨¢ndoles el futuro.
Una de las paradojas de esta realidad es que la regi¨®n, con excepciones como Hait¨ª, Panam¨¢ o Rep¨²blica Dominicana, que experimentan problem¨¢ticas particulares, es la mayor suministradora de alimentos en el mundo. El problema radica, entonces, en la injusta distribuci¨®n de los ingresos y el desigual acceso a los recursos, que los expertos de la FAO identifican en tres grandes apartados: dinero, tierra y trabajo. “Los sectores m¨¢s pobres de la sociedad no consiguen generar los suficientes ingresos para cubrir la canasta m¨ªnima de alimentos, situaci¨®n que se ve agravada por desastres naturales, como huracanes, inundaciones o sequ¨ªas, y la falta de redes de protecci¨®n social adecuadas”, se lee en uno de los documentos de trabajo.
As¨ª las cosas, el foro tiene como prop¨®sito que el hambre sea percibida como prioridad pol¨ªtica y econ¨®mica y que sea considerada como un tema estrictamente t¨¦cnico y humanitario, para evitar que la seguridad alimentaria contin¨²e siendo considerada, en el subcontinente latinoamericano, como un tema secundario. “Es un problema estructural. Su soluci¨®n pasa por generar una conciencia social que requiere cambios institucionales para superarlo”, puntualiza Cherrett.
En este contexto, la iniciativa Am¨¦rica Latina y Caribe sin Hambre 2025 (ALCSH 2025, lanzada por Brasil y Guatemala durante la Conferencia Latinoamericana sobre Hambre Cr¨®nica, realizada en esta naci¨®n centroamericana en septiembre de 2005), tiene como objetivo primordial incluir el hambre en los programas nacionales de seguridad alimentaria, entendida como un derecho humano b¨¢sico. En consecuencia, pone ¨¦nfasis en pol¨ªticas p¨²blicas de medio y largo plazo y en la necesaria colaboraci¨®n entre las naciones “para erradicar el hambre en un continente que actualmente tiene la capacidad de alimentar al triple de su poblaci¨®n actual”, de acuerdo con estimaciones de la FAO. La meta es que para el a?o 2025 la desnutrici¨®n est¨¦ por debajo del 2,5%.
Seg¨²n el organismo mundial, de mantenerse sin cambios la tendencia actual, la desnutrici¨®n en Am¨¦rica Latina en 2015 (a?o en que, de acuerdo a la meta de la Cumbre Mundial sobre la alimentaci¨®n de 1996, deber¨ªa reducirse a la mitad el hambre en Latinoam¨¦rica) alcanzar¨ªa a 40,9 millones de personas, un 7% de la poblaci¨®n total. La mayor incidencia se dar¨ªa en la regi¨®n centroamericana (13%) y el Caribe (15%), aunque con enormes variaciones por pa¨ªses.
El informe de la FAO se?ala que la desnutrici¨®n est¨¢ ya erradicada en Argentina, donde el nivel de incidencia es igual o menor al 2,5% y, seg¨²n las proyecciones, para 2025 lo estar¨¢ tambi¨¦n en otros cinco pa¨ªses: Costa Rica, Cuba, Chile, Ecuador y Uruguay, incluso en ausencia de las medidas adicionales que pretende poner en marcha la reuni¨®n de Guatemala.
Si el problema de la desnutrici¨®n no reside en la falta de capacidad para producir alimentos, sino en la escasa posibilidad de acceder a los mismos, la iniciativa de Am¨¦rica Latina y Caribe sin Hambre propone trabajar en ¨¢reas como la reducci¨®n en la desigualdad de ingresos —la m¨¢s aguda del mundo en desarrollo—; asegurar el acceso a los alimentos a los grupos m¨¢s necesitados, mediante sistemas de protecci¨®n social y asistencia directa; el aumento de la producci¨®n y productividad de la agricultura familiar y fomentar el uso sostenible de los recursos naturales. Lo anterior, sin olvidar que el acelerado crecimiento urbano en toda Am¨¦rica Latina ha convertido a las zonas suburbanos en n¨²cleos con graves problemas de desnutrici¨®n.
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