Monterrey, entre lo antiguo y lo moderno

Monterrey est¨¢ revolucionada. La ciudad mexicana, que abander¨® la revoluci¨®n industrial del pa¨ªs y se convirti¨® en el siglo XX en uno de los polos financieros, vive desde hace unos a?os una gran transformaci¨®n cultural y urban¨ªstica.

Las lentes de siete fot¨®grafos han sido testigos del cambio que experimenta no s¨®lo la metr¨®poli actual sino tambi¨¦n sus habitantes, que quieren adelantarse a los cambios que impone en mundo globalizado.

El resultado de este trabajo, casi antropol¨®gico, es la exposici¨®n El perfil de Monterrey en el siglo XXI, que se inaugur¨® el 29 de enero en el Instituto Mexicano de Madrid en el marco de la Feria Internacional de Turismo (Fitur) que se celebra estos d¨ªas en la capital espa?ola.

Monterrey disfruta y promociona el desarrollo urban¨ªstico y de infraestructuras que impuls¨® la celebraci¨®n del F¨®rum Universal de las Culturas en 2007 en la capital de Nuevo Le¨®n. Fue el principio de todo. La ciudad cuenta desde entonces con nuevos s¨ªmbolos urban¨ªsticos, como el paseo de Santa Luc¨ªa, el parque Fundidora (pulm¨®n urbano), espacios art¨ªsticos como el Mune o el Centro de las Artes. "Trabajamos no s¨®lo para convertir a Monterrey en un punto de destino y de encuentro, sino tambi¨¦n como la ciudad del conocimiento. A trav¨¦s de la tecnolog¨ªa, la econom¨ªa y la investigaci¨®n, estamos llevando a cabo una nueva revoluci¨®n: la del conocimiento, y as¨ª adelantarnos a otras ciudades latinoamericanas", explica Jorge Cant¨², Secretario de Turismo de Nuevo Le¨®n.

Ni siquiera la sombra del aumento del crimen organizado y el narcotr¨¢fico en los ¨²ltimos a?os en un Estado que presum¨ªa de seguridad y prosperidad parece repercutir en la imagen que se quiere transmitir al mundo. "El esp¨ªritu emprendedor que siempre nos ha caracterizado es el que estamos transmitiendo hoy. Los valores positivos de nuestro Estado son tan importantes que opacan la violencia de los ¨²ltimos a?os y no dejan de ser considerados como hechos aislados que no afectan a la comunidad ni a los visitantes", afirma Cant¨².

Ese esp¨ªritu emprendedor est¨¢ convirtiendo a Monterrey en una ciudad contempor¨¢nea, competitiva, que tiene poco que ver con la ciudad cerrada y decimon¨®nica de otros tiempos. As¨ª lo interpreta el fot¨®grafo Roberto Maldonado Espejo en algunas de las 40 fotograf¨ªas de la muestra. Los dem¨¢s —Alejandro Cartagena, Erick Estrada, Caldeer Vasarely, Roberto Ortiz, Juan Jos¨¦ Sandoval y Jorge Sergio Tabeada—, han filtrado a trav¨¦s de sus im¨¢genes, cada uno desde su particular visi¨®n, la convivencia de lo antiguo con lo moderno."Quer¨ªamos mostrar el cambio dr¨¢stico y de ra¨ªz que ha vivido Monterrey en los ¨²ltimos a?os", se?ala Maldonado, un reconocido fotogr¨¢fo apasionado del fotoperiodismo.

Catarsis

Monterrey demanda arte contempor¨¢neo y, adem¨¢s, lo disfruta. "Si hace 15 a?os alguna instituci¨®n hubiera colocado una estatua en la ciudad, la gente hubiera pensado en un caballo de bronce con el h¨¦roe nacional encima. De otra manera, la gente lo hubiera rechazado", comenta Maldonado, que reconoce que este proyecto le ha permitido adentrarse en su propia visi¨®n de la ciudad y descubrirla. Una catarsis que le ha permitido reencontrarse consigo mismo.

La fascinaci¨®n por el agua, el viento y la monta?a que siempre han sentido los habitantes de Monterrey siguen presentes en la nueva transformaci¨®n urban¨ªstica de la ciudad: "Se siente un temor enorme al cielo, sigue siendo una ciudad conservadora ideol¨®gicamente, y una fascinaci¨®n por las monta?as, pero una enorme indecisi¨®n de crecer hacia arriba".

La falta de tierra para seguir creciendo horizontalmente es una de las razones que se esgrimen para la construcci¨®n de edificios verticales. Esta necesidad de espacio conlleva la deforestaci¨®n de los cerros y origina serios problemas para los habitantes de Monterrey. "La ciudad cambia acorde a los tiempos de hoy, por la necesidad de una globalizaci¨®n y un neoliberalismo que va dejando atr¨¢s viejos convenios que nos daban una seguridad c¨®moda, pero que nos iban dejando fuera del mundo. Y no es algo que podamos elegir. Hay que abordarlo para poder sobrevivir", explica Maldonado.

Hacer contempor¨¢neo lo antiguo. Descubrir que la hospitalidad de Monterrey est¨¢ vigente y que eso la hace moderna. "No podemos vivir en este mundo sin ser competitivos, pero tampoco sin ser hospitalarios. Esa vigencia de lo antiguo nos hace modernos y tenemos que afrontarlo con un crecimiento, as¨ª como con lo exageradotes que somos; donde no hay un r¨ªo lo ponemos, donde no hay monta?a aparece un cerro. Todo, con tal de parecer que estamos en este mundo".