"Ya era hora de bombardear"
Los habitantes de las poblaciones israel¨ªes alcanzadas por los cohetes de Ham¨¢s apoyan sin fisuras al Gobierno
"Israel es su Ej¨¦rcito", afirma el agregado militar de una embajada europea. Y cuando el Ej¨¦rcito ataca, la poblaci¨®n se manifiesta al modo de Fuenteovejuna. No hay fisuras en tiempos de guerra. Las sirenas de alerta sonaron seis veces ayer por la ma?ana en Ashkel¨®n, poblada por 120.000 habitantes, mayor¨ªa de emigrantes rusos, a una decena de kil¨®metros de Gaza. Desde hace unos meses la ciudad es otra diana al alcance de los cohetes Kassam. En sus calles transita poca gente. Y la poca que caminaba, corri¨® a las 12.30 camino del refugio o del portal m¨¢s pr¨®ximo. La sirena suena de nuevo.
No se habla de otra cosa. En la estaci¨®n central, a pocos metros de donde hab¨ªa perecido horas antes un trabajador beduino tras el impacto de un cohete, Raymond, un emigrante jud¨ªo de Marruecos que ronda los 60 a?os, s¨®lo tiene una queja: "La operaci¨®n es tard¨ªa. Hace ocho a?os que no se puede vivir en las inmediaciones de Gaza y ahora lo sufrimos tambi¨¦n aqu¨ª".
En lo dem¨¢s, pleno acuerdo con su Gobierno. "Est¨¢n haciendo", contin¨²a Raymond, "un buen trabajo desde el aire, pero si no entra el Ej¨¦rcito en masa por tierra ser¨¢ casi imposible acabar con los cohetes". El encogimiento de hombros aparece cuando se le pregunta por la muerte de inocentes en la franja. "Si bombardeamos edificios, habr¨¢ v¨ªctimas civiles", zanja. Casi nadie se opone en Israel a tan feroz ataque de su aviaci¨®n. Miran para otro lado. Y la mayor¨ªa asume sin mayores dilemas el discurso y las razones que esgrime el Gobierno para la represalia. "Desafortunadamente, en una guerra tambi¨¦n los civiles pagan un precio", son las palabras de la ministra de Exteriores y candidata a la jefatura del Gobierno, Tzipi Livni.
"Es una buena respuesta. Ya era hora de comenzar a bombardear. No podemos aceptar que nos lancen cohetes todos los d¨ªas", afirma Euvgeni, un soldado de origen ruso que se zampa un bocadillo una hora antes de partir hacia la frontera. Le queda un mes de servicio militar y Euvgeni vive esta guerra con aparente desd¨¦n. Como otros uniformados que descienden del autob¨²s en Ashkel¨®n riendo y bromeando. No son los mismos rostros ?serios, preocupados, desencajados? de los soldados que en agosto de 2006 se enfrentaron a Hezbol¨¢ en L¨ªbano. El enemigo, Ham¨¢s, lanza cohetes, pero su poder en el combate en tierra es irrisorio respecto al de Israel. No se atiende a argumentos de proporcionalidad o mesura en Israel cuando se va a la guerra. En ¨¦sta que ya lleva tres d¨ªas han muerto 20 veces m¨¢s palestinos que israel¨ªes en ocho a?os de disparos de cohetes. Cuando se marcha al frente de batalla, los israel¨ªes hacen pi?a y consideran una pi?a al enemigo.
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