El largo ep¨ªlogo del ex dictador
El pa?ame?o Noriega ha retrasado ya casi 500 d¨ªas en los tribunales de EE UU su extradici¨®n a Francia
Los d¨ªas del ex dictador paname?o Manuel Antonio Noriega en Estados Unidos parecen contados, pero se alargan. El hombre que os¨® infravalorar el poder estadounidense y acab¨® en la c¨¢rcel en 1990, tras ser derrocado en 1989, a¨²n lucha por volver a su pa¨ªs en lugar de ser extraditado a Francia. Ya cumpli¨® el 9 de septiembre de 2007 su pena reducida de 40 a?os a 17 por narcotr¨¢fico y lavado de dinero, pero permanece desde entonces en una residencia privada de una c¨¢rcel federal cerca de Miami a la espera de destino. Un tribunal de apelaciones ante el que se presentaron sus abogados el pasado d¨ªa 14 debe tomar ahora la decisi¨®n. ?Semanas? ?Meses? Despu¨¦s, s¨®lo quedar¨ªa la Corte Suprema de Estados Unidos y la firma de Hillary Clinton, como secretaria de Estado.
Los jueces aceptaron 12 d¨ªas antes del final de su condena la extradici¨®n pedida por Francia, que le conden¨® en 1999 a 10 a?os de c¨¢rcel por lavado de dinero. Con los tres millones de d¨®lares pagados por el narcotr¨¢fico compr¨® a nombre de su mujer tres lujosos pisos en el centro de Par¨ªs, que ya le fueron requisados. El deseo del ex informador de la CIA, que se crey¨® por ello invulnerable ante Estados Unidos, es ser enviado a Panam¨¢. All¨ª deber¨ªa purgar a¨²n m¨¢s a?os de c¨¢rcel, 20, por asesinato, robo y corrupci¨®n, pero estar¨ªa en casa y, seg¨²n todos los indicios, en una jaula de oro, al acogerse, adem¨¢s, a los beneficios de una nueva ley para mayores de 70 a?os. ?l est¨¢ a punto de cumplir 75.
Los abogados del ex general, Frank Rubino y Jonathan May, presentaron un ¨²ltimo recurso contra la extradici¨®n en Miami ante un tribunal federal con sede en Atlanta. Hab¨ªan hecho la petici¨®n en mayo. Fue el intento final en Florida ante tres magistrados muy poco receptivos, de una larga serie de movimientos jur¨ªdicos que han dilatado ya casi 500 d¨ªas el largo ep¨ªlogo del general. El primero fue incluso apelar tres d¨ªas antes de terminar su condena ante el temor de que fuera subido secretamente en un avi¨®n nada m¨¢s salir de la c¨¢rcel. M¨¢s tarde, conseguir que se bloqueara la extradici¨®n hasta que no se agotaran todas las instancias.
La defensa del hombre fuerte de Panam¨¢ entre 1983 y 1989 ha mantenido siempre que su cliente, el ¨²nico prisionero de guerra declarado y famoso que tiene a¨²n Estados Unidos, deber¨ªa ser devuelto a su pa¨ªs, seg¨²n la Convenci¨®n de Ginebra, una vez cumplida su condena. Pero el mismo juez William Hoeveler, que le concedi¨® ese estatus, es uno de los tres que ya han rechazado aplic¨¢rselo a efectos de la extradici¨®n en los pasados 16 meses.
May hizo hincapi¨¦ en el deseo de Noriega de regresar a Panam¨¢, donde a¨²n tiene partidarios, e incluso una de sus hijas ha sido postulada como diputada por el oficialista Partido Revolucionario Democr¨¢tico (PRD). "All¨ª se le conden¨® en su ausencia y ahora quiere defenderse y estar al lado de su familia. Es lo que ha pedido siempre y adem¨¢s podr¨ªa gozar de prisi¨®n domiciliaria mientras se tramita el proceso". Y brome¨®: "No quiere ir a Francia, entre otras cosas, porque no le gusta la comida francesa".
Pero no est¨¢ claro que Panam¨¢ quiera recibirle. Es toda una patata caliente. De hecho, su abogado en el pa¨ªs centroamericano, Julio Berr¨ªos, ha criticado abiertamente al Gobierno por no haber hecho lo suficiente para reclamarle, cuando la petici¨®n de extradici¨®n se hizo en 1990, mucho antes que la de Francia, en 2004. Curiosamente, la firm¨® ¨¦l mismo como director de Asuntos Jur¨ªdicos de la canciller¨ªa de aquella ¨¦poca.
La v¨ªa Francia para Noriega, en la que coincide Estados Unidos, es la que tambi¨¦n desean otros paname?os como May¨ªn Correa, que lleg¨® a ser alcaldesa de Ciudad de Panam¨¢ tras haber tenido que salir del pa¨ªs durante la dictadura de Noriega. Est¨¢n convencidos de que si vuelve escapar¨¢ de la justicia. "Sus amigos, los que le acompa?aron en la dictadura, est¨¢n ahora en el poder. Por eso no quiero que vuelva a tumbarse en una hamaca con sus nietos, sino que vaya a Francia, a la c¨¢rcel", dice Correa.
El preso n¨²mero 38699-079 se mantiene en buenas condiciones, seg¨²n sus abogados. "Su estado mental sigue siendo firme, con mucha fuerza de voluntad. Como soldado, no es de esos que se quejan por todo", ha dicho Rubino. "Conf¨ªa en que el tribunal de apelaciones deje de lado la pol¨ªtica y le env¨ªe de vuelta a casa".
No hay confirmaci¨®n de que Noriega haya sufrido un derrame cerebral, aunque s¨ª podr¨ªa haber recibido tratamiento a un c¨¢ncer de pr¨®stata. Si durante su condena ya ten¨ªa un trato preferente, el actual es a¨²n mejor. Ve frecuentemente a su esposa y a sus tres hijas, que viajan desde Panam¨¢ hasta el Instituto Correccional Federal, al sur de Miami, que m¨¢s bien parece un campus universitario que una c¨¢rcel. Est¨¢ alojado en uno de los chalets de techo rojo, lee libros de biograf¨ªas y pol¨ªtica, e incluso est¨¢ escribiendo sus memorias. Ya septuagenario, su derroche termin¨® en 1989, pero a¨²n pelea por salir de sus deudas.
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