De Milosevic a los jemeres rojos, el camino contra los genocidas
Los avances de la justicia internacional, gracias a la voluntad pol¨ªtica, permiten que los responsables de asesinatos masivos no queden impunes
Como escrib¨ªa Mario Vargas Llosa en El Pa¨ªs, Leopoldo II convirti¨® a B¨¦lgica en una gran potencia colonial sin disparar un solo tiro pero llevando a cabo una verdadera masacre con la muerte de unos 10 millones de personas. Sobre los congole?os cay¨® un poder asfixiante que les priv¨® de toda libertad y movimiento y se ejecut¨® una explotaci¨®n brutal, donde hab¨ªa mutilaciones de manos y pies a ni?os y mujeres. ?l inaugur¨® esa atrocidad de amputar los miembros y se libr¨® de toda justicia, pese a los llamamientos de grandes novelistas de la ¨¦poca como Joseph Conrad o Arthur Conan Doyle.
Tal vez ese aire de impunidad pas¨® en su d¨ªa por la cabeza de Kaing Gueve Eav, conocido como Duch, pero la justicia internacional se ha movido m¨¢s r¨¢pida de lo que a lo mejor nunca lleg¨® a pensar este hombre de ahora 66 a?os, que fue comandante de la prisi¨®n de Tuol Sleng, por la que pasaron unas 15.000 personas para ser interrogadas, torturadas y ejecutadas. A diferencia de Leopoldo II, Duch se sent¨® estos dos d¨ªas pasados en el banquillo como el primero de los cinco acusados de la exterminaci¨®n de 1,7 millones de personas hace tres d¨¦cadas en Camboya durante el brutal r¨¦gimen de Pol Pot (1975-1979).
En el siglo XX, unas 235 millones de personas murieron v¨ªctimas de conflictos armados, y de ellas unos 115 millones lo hicieron por la represi¨®n de sus propios gobiernos. Dictadores y genocidas como Mao, Hitler, Stalin, Hussein, Mussolini, Ceausescu o Idi Amin cuentan en su haber con una escalofriante cifra de millones de muertos por su opresi¨®n. As¨ª sucedi¨® tambi¨¦n por la violencia de los jemeres rojos que, tras acabar con la dictadura del general Lon Nol (1970-1975), promovida por Estados Unidos, llevaron a cabo una eliminaci¨®n masiva de personas, fundamentalmente de traidores o sospechosos de llegar a serlo.
Con algunos de los jemeres rojos en las salas de vistas de un tribunal internacional, la voluntad pol¨ªtica de entregar a los mandatarios que han atentando contra la humanidad por sus abusos y cr¨ªmenes gana terreno. "La evoluci¨®n de la justicia internacional y de las reglas del juego en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas es para estar muy orgullos", asegura Vidal Mart¨ªn, experto en Justicia Penal Internacional de la fundaci¨®n de relaciones internacionales FRIDE.
Gracias a estos avances, adem¨¢s los cr¨ªmenes contra las mujeres en situaciones de conflicto (violaciones, matrimonios forzados, explotaci¨®n, etc.) se han convertido en una piedra angular de las acusaciones internacionales mientras que forzar a los ni?os a coger un arma es un crimen contra la humanidad, cada vez m¨¢s perseguido, como en el caso de la guerra de Congo.
Caen los l¨ªderes pol¨ªticos
En 2001, La Haya solicit¨® la detenci¨®n del ex presidente serbio Slobodan Milosevic, al que se le acusaba de cr¨ªmenes contra la humanidad, de genocidio y limpieza ¨¦tnica, pero que no lleg¨® a ser sentenciado por morir en su celda de un infarto. A¨²n as¨ª, la justicia internacional daba un paso al frente y se marcaba un punto de inflexi¨®n, que tambi¨¦n se extender¨ªa contra las atrocidades en Ruanda.
Tal y como se ha visto en los ¨²ltimos 15 a?os, los progresos han permitido de un tiempo a esta parte el enjuiciamiento de algunos de los personajes m¨¢s despiadados en situaciones de emergencia humanitaria, como Radovan Karadzic, que perpetr¨® la matanza de Sbrenica, o Charles Taylor, ex presidente de Liberia, por sus cr¨ªmenes en Sierra Leona.
El genocidio est¨¢ tipificado desde que hace 60 a?os cuando en N¨¹remberg se proces¨® a la c¨²pula nazi por el Holocausto. Sin embargo, apenas dos d¨¦cadas atr¨¢s hubiera sido impensable encausar a antiguos l¨ªderes pol¨ªticos y jefes de Estado, en parte por la falta de voluntad local y maniobra de los mecanismos supranacionales.
"Los tribunales internacionales tienen car¨¢cter suplementario. Las cortes nacionales y locales tienen m¨¢s fuerza. El trabajo de los respectivos Gobiernos y jurisdicciones nacionales es fundamental. Es a largo plazo. Necesitamos que sea serio y coordinado. Para que sea una labor intensa y r¨¢pida", afirma Vidal Mart¨ªn.
A veces los obst¨¢culos llegan por otra v¨ªa. La Corte Penal no act¨²a por anteponer un acuerdo de paz o su consecuci¨®n al mismo proceso judicial. "Es la discusi¨®n eterna: si el proceso de la justicia debe interrumpir un proceso de paz. Y esto es una traba. Porque la paz por cuestiones pol¨ªticas puede ser m¨¢s importante que el proceso de la justicia", se?ala el experto de FRIDE. Sucede de esta manera, en parte, en el caso de El Bashir, presidente de Sudan, al que previsiblemente se le imputar¨¢ por orquestar un genocidio en Darfur, pero se busca una f¨®rmula diplom¨¢tica para entregarlo.
A¨²n con estas trabas, la justicia penal internacional avanza en su camino para enjuiciar a genocidas y asesinos. Y Vidal Mart¨ªn a?ade otra funci¨®n que tiene y que suele pasar desapercibida: "El tribunal internacional no s¨®lo tiene un efecto directo de los altos responsables sino que tambi¨¦n, y casi tan importante, tiene un efecto disuasorio contra los genocidas en potencia. Saben que ahora sus cr¨ªmenes no pasar¨¢n desapercibidos".
Tribunales espec¨ªficios
Antigua Yugoslavia
- Establecido en 1993, este tribunal ha procesado a 115 acusados, 56 de los cuales han sido condenados. Cuenta con 16 jueces permanentes y un presupuesto de 223 millones de euros para el bienio 2008-09. Radovan Karadzic fue entregado el 30 de julio de 2008 al tribunal.
Sierra Leona
- El tribunal fue creado en 2000, ha completado seis procesos y dictado seis condenas. Tiene entre 8 y 11 jueces. El proceso al presidente liberiano Charles Taylor por sus presuntas responsabilidades en las atrocidades perpetradas en Sierra Leona sigue abierto.
Ruanda
- Fue establecido este tribunal en 1994. Ha condenado a 25 de los 28 juzgados hasta 2006, entre ellos al ex primer ministro Jean Kambanda y otros cuatro ministros. Cuenta con un presupuesto de 180 millones de euros para el bienio 2008-09 y 16 jueces permanentes.
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