El 'narco' se refugia en Centroam¨¦rica
Los 'desplazados' del negocio de la droga montan campamento en los pa¨ªses del istmo para huir de la persecuci¨®n desatada en M¨¦xico y Colombia
El helic¨®ptero lo compraron mediante una cadena de socios y testaferros, con cuentas bancarias en el Golfo P¨¦rsico. La semana pasada, viajaba con 395 kilos de coca¨ªna desde la costa pac¨ªfica sur de Costa Rica hacia un hotel abandonado en el borde de la zona caribe?a del pa¨ªs. La aeronave sufri¨® un accidente en lo m¨¢s espeso de un bosque, en el que murieron el piloto, antiguo agente de la polic¨ªa costarricense, y su pasajero, un joven mexicano, oriundo de Sinaloa. ?Alguien duda ahora de que la guerra de las drogas en M¨¦xico, como cualquier guerra, tiene sus propios desplazados?
Centroam¨¦rica est¨¢ ahora prensada entre dos grandes pa¨ªses que libran su propia batalla contra las bandas de narcotraficantes y tambi¨¦n sufren las que se registran entre ellas. Al norte, M¨¦xico, con su escalada de violencia, caldeada por la coca¨ªna; al sur, Colombia, con su historial de producci¨®n y una longeva tradici¨®n de carteles. No es que los siete pa¨ªses del istmo centroamericano desconozcan del todo la experiencia de alojar las redes del tr¨¢fico de la droga, pero quiz¨¢ nadie sospechaba el valor que este angosto pedazo de tierra iba a tener para los carteles perseguidos en las dos potencias de la droga en el continente.
Bordeado por dos oc¨¦anos, atestado de zonas monta?osas, de poca fuerza de voluntad contra el dinero corrupto y debilitado por la condici¨®n de pobreza de casi la mitad de su poblaci¨®n, Centroam¨¦rica vive ahora un cambio de funciones. Nadie se sorprende ya ante las evidencias de que la droga viaja hacia el norte por agua o tierra, ni de que en el camino quede el producto que cobran las bandas locales. Hacia el sur fluyen los d¨®lares sucios, por m¨¢s lavado que hagan. Ahora, sin embargo, la presi¨®n de las autoridades mexicanas y colombianas, reforzadas por Estados Unidos, empuja a las redes a usar Centroam¨¦rica como almac¨¦n y campo de operaciones.
Guatemala y Honduras fueron, por cercan¨ªa geogr¨¢fica, los primeros en sentir lo que advirti¨® el propio vicepresidente de Estados Unidos, Joseph Biden, a los presidentes de la regi¨®n en marzo. "Sabemos que el ¨¦xito de los esfuerzos contra las drogas en M¨¦xico y Colombia va a empujar a esos grupos hacia Centroam¨¦rica", se?al¨® Biden segundos antes de subrayar la dificultad de Washington para aumentar la ayuda para la lucha contra el narcotr¨¢fico, por los ahogos econ¨®micos del momento.
El accidente del helic¨®ptero en lo m¨¢s tupido de las monta?as de Costa Rica s¨®lo sirvi¨® para poner un ejemplo concreto. Las autoridades sospechan que el cargamento era uno de los primeros de este grupo de mexicanos, ya que en el hotel donde lo esperaban no se hall¨® m¨¢s que las condiciones aptas para comenzar a embodegar: una edificaci¨®n con helipuerto, con vistas a todo un valle y cerca de caminos rurales que surcan una regi¨®n monta?osa y m¨¢s bien deshabitada. La propiedad hab¨ªa sido arrendada por el piloto, amigo del propietario, a quien convenci¨® de las ventajas de negociar con este grupo de inversores mexicanos.
Pero el helic¨®ptero se precipit¨® a tierra y puso a la polic¨ªa sobre la pista para armar el puzzle, o al menos para buscar sus piezas. Las autoridades revelaron que alguien fue m¨¢s r¨¢pido que los equipos de rescate, lleg¨® primero a la escena del accidente, sustrajo el rastreador de GPS y quiz¨¢ algunos paquetes de droga, y se perdi¨® en la monta?a. Ahora es casi imposible conocer la ruta de vuelo que hab¨ªa seguido la aeronave en un espacio a¨¦reo que permite a cualquiera con dinero evadir todo tipo de control policial y migratorio.
El caso se va conociendo a retazos. Uno de los ¨²ltimos hallazgos de la prensa ha sorprendido a¨²n m¨¢s. El helic¨®ptero aparece como propiedad de la gerente de la empresa que opera el principal aeropuerto de Costa Rica. La Polic¨ªa Judicial evita publicar conjeturas, pero la opini¨®n p¨²blica no cesa de vincular en sus conversaciones el narcotr¨¢fico con la corrupci¨®n, una combinaci¨®n v¨¢lida para cualquier pa¨ªs centroamericano, como recog¨ªa un informe publicado en Washington por el Departamento de Estado hace s¨®lo dos meses.
Hasta ahora, la ¨²nica soluci¨®n mencionada es la coordinaci¨®n entre pa¨ªses y un programa llamado Iniciativa M¨¦rida, cuyo contenido econ¨®mico, aportado por Estados Unidos, es casi una broma frente a los recursos del narcotr¨¢fico: para este a?o se han presupuestado 465 millones de d¨®lares para M¨¦xico, Centroam¨¦rica y el Caribe; los mexicanos reciben 400 millones y dejan el resto para que los del sur afronten el problema de los desplazados del narco.
Las autoridades nacionales, mientras, se ven incapaces de mostrar algo de eficacia y al mismo tiempo aquietar los nervios de los ciudadanos por la creciente inseguridad. Los reportes sobre las toneladas de droga incautada dan, m¨¢s que tranquilidad por la labor policial, una idea de los enormes vol¨²menes transportados y almacenados en la regi¨®n.
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