El arzobispo de Canterbury pide que cese la "humillaci¨®n" a los pol¨ªticos
El religioso opina que las duras cr¨ªticas a la clase pol¨ªtica pueden hacer peligrar la confianza de los brit¨¢nicos en la democracia
El arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, ha pedido en un art¨ªculo de opini¨®n que publica hoy el diario The Times que cese la "humillaci¨®n" a los pol¨ªticos brit¨¢nicos por el esc¨¢ndalo de los gastos de los diputados. El descontento de la ciudadan¨ªa y las duras cr¨ªticas que se han vertido contra los diputados desde todos los frentes por abusar del dinero p¨²blico amenazan con acarrear "un alto precio" para "salvaguardar cierta confianza en nuestra democracia". Seg¨²n el l¨ªder espiritual de la Iglesia anglicana, es momento de "mirar hacia delante".
"Las cuestiones surgidas de la gran controversia sobre los gastos de los diputados son de la m¨¢xima gravedad para nuestra democracia parlamentaria, y es necesaria una acci¨®n urgente para restaurar la confianza" opina Williams. Seg¨²n el primado, el esc¨¢ndalo de los gastos de los diputados se debe a un "problema b¨¢sico" en el "razonamiento moral". "La pregunta '?Con qu¨¦ me puedo quedar sin t¨¦cnicamente romper las reglas?' no es una buena base para un comportamiento profesional que sea realmente ¨ªntegro", escribe Williams.
El arzobispo se refiere a que, t¨¦cnicamente, los parlamentarios brit¨¢nicos no han cometido ilegalidades, aunque s¨ª abusos manifiestos, al aprovecharse de los fondos p¨²blicos para, por ejemplo, revalorizar sus segundas residencias, tal y como ha publicado extensamente el diario The Daily Telegraph. La pauta seguida por los diputados (tanto los laboristas, como los tories y los liberales se han visto implicados) es la misma en todos los partidos: han actuado dentro de la legalidad o al menos con la cobertura legal de que sus gastos han recibido el visto bueno de las autoridades correspondientes, pero su manera de proceder hace pensar que han explotado el sistema para conseguir un beneficio que va mucho m¨¢s all¨¢ de sus gastos como diputados.
"La gente de la que se puede depender para la vida p¨²blica", escribe Williams, "es aquella que nos permite ver claramente lo que vale, y aquello por lo que pueden sacrificarse (y no s¨®lo aquello por lo que les gustar¨ªa que nos sacrific¨¢semos nosotros)". "Pero si la cultura establece que la regulaci¨®n toma el lugar de la virtud, no deber¨ªamos sorprendernos demasiado si los personajes p¨²blicos [...] se refugian en la t¨¢ctica de 'no se ha roto ninguna regla", contin¨²a.
El arzobispo sentencia: "Ser¨ªa una tragedia que nuestros problemas actuales nos lleven al final de la creencia de que la pol¨ªtica y el servicio p¨²blico pueden y deber¨ªan ser una vocaci¨®n digna de los instintos m¨¢s generosos".
El esc¨¢ndalo se ha cobrado ya una v¨ªctima pol¨ªtica de gran relevancia: el speaker o presidente de los Comunes, Michael Martin, que el martes fij¨® en el 21 de junio su retirada anticipada. El primero en verse obligado a dimitir en m¨¢s de 300 a?os. Pero parte de la opini¨®n p¨²blica brit¨¢nica critica que Martin ha sido el chivo expiatorio de un asunto que ha alcanzado a los tres grandes partidos y pide que rueden m¨¢s cabezas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.