Obama y Medv¨¦dev pactan el mayor recorte nuclear de la historia
El acuerdo est¨¢ todav¨ªa pendiente de la negociaci¨®n sobre el escudo antimisiles en Europa
La cumbre del reinicio de relaciones entre Rusia y Estados Unidos produjo un acuerdo para reducir los arsenales nucleares de ambos pa¨ªses en m¨¢s de una tercera parte -el mayor recorte jam¨¢s pactado-, pero dej¨® todav¨ªa pendiente de soluci¨®n algunos asuntos fundamentales, como el sistema antimisiles en el Este de Europa, sobre los que presidentes respectivos, Dimitri Medvedev y Barack Obama, se comprometieron a seguir negociando.
El compromiso para firmar un ambicioso nuevo Tratado sobre Limitaci¨®n de Armas Estrat¨¦gicas (START) antes de final del a?o es el logro m¨¢s significativo de una reuni¨®n que, por lo dem¨¢s, sirvi¨® tambi¨¦n para que las diferencias, todav¨ªa profundas y evidentes en materia de desarme, as¨ª como en otras ¨¢reas, fueran planteadas en un nuevo clima de cooperaci¨®n.
El nuevo START, que sustituir¨ªa al que est¨¢ vigente desde 1991 y a otros acuerdos puntuales posteriores, marcar¨¢ un l¨ªmite de cabezas nucleares de entre 1.500 y 1.675 para cada pa¨ªs, mientras que los veh¨ªculos capacitados para transportar esas armas -misiles bal¨ªsticos, bombarderos y submarinos- quedar¨¢ fijado en una horquilla de entre 500 y 1.100. Los tratados actuales establecen un l¨ªmite de 2.200 cabezas nucleares y 1.600 veh¨ªculos.
Se ha pactado, pues, una reducci¨®n sustancial. Pero el amplio abanico abierto, sobre todo en lo que respecta al n¨²mero de transportes, demuestra todav¨ªa una distancia apreciable en los prop¨®sitos de cada parte. El Gobierno norteamericano quiere centrarse en el recorte de las cabezas nucleares actualmente listas para ser disparadas. Rusia insiste en un recorte mayor del n¨²mero de veh¨ªculos porque considera que Estados Unidos tiene m¨¢s capacidad de almacenar cabezas, que no contar¨ªan en el acuerdo, y montarlas posteriormente, si la ocasi¨®n lo exigiese. Quedan poco m¨¢s de cinco meses para que los negociadores fijen una cifra definitiva en ambos conceptos.
Esas complicaciones no desmerecen el compromiso obtenido. En la rueda de prensa posterior a la cumbre, Medv¨¦dev lo defini¨® como "un acuerdo razonable", ya que, en el peor de los casos, Estados Unidos acepta la reducci¨®n de una tercera parte de sus veh¨ªculos para armas nucleares. Obama se declar¨® "satisfecho de los obtenido", aunque consigui¨® algo menos en cuanto al n¨²mero de cabezas.
"Estados Unidos y Rusia tienen que liderar con el ejemplo. Es dif¨ªcil hacerlo, es dif¨ªcil frenar las ambiciones de otros de tener armas nucleares, si nosotros no actuamos sobre nuestros propios arsenales", manifest¨® el presidente norteamericano.
Obama dijo que el objetivo ¨²ltimo de ambos pa¨ªses deber¨ªa de ser el de un mundo sin armas nucleares. El acuerdo que se firme en diciembre obligar¨¢ a destruir el armamento afectado en un m¨¢ximo de siete a?os. La vigencia total del acuerdo ser¨¢ de diez. Pero Obama dijo que los dos presidentes quieren negociar inmediatamente despu¨¦s de este nuevo START otro acuerdo con reducciones a¨²n m¨¢s dr¨¢sticas, sin esperar a esos plazos.
El obst¨¢culo m¨¢s importante en ese camino ser¨¢, sin duda, el del escudo antimisiles que Estados Unidos tiene intenci¨®n de instalar en Polonia y la Rep¨²blica Checa. Ambos presidentes exhibieron sus posiciones encontradas sobre ese asunto, y Medv¨¦dev advirti¨® de que se trata de "un problema dif¨ªcil de tratar".
Las dos partes encontraron, sin embargo, en las conversaciones del lunes motivos para hablar de progresos. Medv¨¦dev destac¨® el hecho de que el texto del compromiso sobre el nuevo START reconoce la vinculaci¨®n entre los armamentos ofensivos y defensivos, es decir, entre los arsenales nucleares y los sistemas antimisiles. Es decir, seg¨²n lo entiende Mosc¨², entre el START y el escudo europeo.
Estados Unidos, por su parte, enfatiz¨® el logro de que la declaraci¨®n para negociar sobre el sistema antimisiles se firmara por separado al acuerdo sobre la reducci¨®n de armas. Washington considera que esa es la prueba de que Rusia entiende que se trata de problemas distintos.
En todo caso, Obama se comprometi¨® a que cuando, al final de este verano, los t¨¦cnicos elaboren las recomendaciones definitivas sobre el tama?o y la localizaci¨®n del escudo europeo, transmitir¨¢ el resultado a Medv¨¦dev y lo negociar¨¢ con ¨¦l. Obama manifest¨® que est¨¢ convencido de que ser¨¢ posible encontrar una f¨®rmula que integre a Rusia en el proyecto, respetando al mismo tiempo las preocupaciones de seguridad de los pa¨ªses europeos frente al peligro que representan Ir¨¢n y Corea del Norte. Medv¨¦dev coincidi¨® en que "al final seremos capaces de reconciliar nuestras posiciones sobre este asunto".
"No contemplamos ning¨²n escenario", asegur¨® el presidente norteamericano, "en que ese sistema sea utilizado para protegernos de misiles rusos".
Obama se esfuerza en esta visita a Mosc¨² en destacar que Estados Unidos, simplemente, no considera ya a Rusia un enemigo en ning¨²n ¨¢mbito. Los arsenales nucleares s¨®lo son, en ese sentido, el ¨²ltimo residuo de la guerra fr¨ªa.
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