Expulsados de sus casas medio siglo despu¨¦s
La polic¨ªa israel¨ª desaloja a dos familias palestinas de Jerusal¨¦n Este desoyendo las exigencias de Obama
A las cinco de la madrugada la polic¨ªa israel¨ª comenz¨® la expulsi¨®n de sus casas de dos familias palestinas que las habitaban desde hace cinco d¨¦cadas en el barrio de Sheij Jarrah, en la Jerusal¨¦n ocupada. A las 8.30, franqueaban el paso a los colonos, prepotentes, decididos y alguno sonriente, que entraban en las viviendas de las familias Hanun y Ghawi. Sesenta personas, 22 de ellas ni?os, se quedaban en la calle tras una operaci¨®n que supone un nuevo desaf¨ªo a las pretensiones de Estados Unidos de impulsar las negociaciones de paz en Oriente Medio.
Hashem Salaimeh contemplaba consternado c¨®mo se llenaban los camiones con los enseres de los Hanun y los Ghawi. Tambi¨¦n echaba un vistazo a los restos de la tienda de campa?a donde resid¨ªa Umkamel Al Kurd desde que su casa, a decenas de metros, fuera ocupada tambi¨¦n por colonos meses atr¨¢s. Su esposo, enfermo del coraz¨®n, muri¨® pocos d¨ªas despu¨¦s de un infarto. Viv¨ªa sola, acompa?ada por alg¨²n familiar cercano. Salaimeh estaba contemplando lo que le suceder¨¢ a ¨¦l si no media un milagro o Washington se pone bravo con su fiel aliado. "Estoy esperando que me saquen de mi casa", dec¨ªa nervioso. Es due?o de una de las 24 viviendas sobre las que pende tambi¨¦n una orden de evacuaci¨®n.
Cientos de polic¨ªas y decenas de veh¨ªculos policiales acordonaron la zona y arrestaron a los activistas europeos que vigilaban las casas, sabedores de que la expulsi¨®n de sus moradores era cuesti¨®n de tiempo. Las demandas de Washington han servido para bien poco. Algunos de sus diplom¨¢ticos han asegurado que no se tragar¨¢n los trucos del Gobierno israel¨ª. Lo sucedido en Sheij Jarrah, un barrio palestino emblem¨¢tico, no ha sido ning¨²n truco.
El representante del consulado estadounidense se encog¨ªa de hombros. Los funcionarios de Naciones Unidas, lo mismo. Y el consulado brit¨¢nico emit¨ªa inmediatamente un comunicado. "La posici¨®n de Israel de que el alojamiento de los colonos extremistas en este antiguo barrio ¨¢rabe es una cuesti¨®n que ata?e a los tribunales y al municipio es inaceptable. Sus acciones son incompatibles con el deseo de paz expresado por Israel. Apremiamos a Israel a no permitir a estos extremistas a fijar la agenda". Los diplom¨¢ticos brit¨¢nicos han pedido a sus colegas de Estados Unidos que intercedan para abortar los planes urban¨ªsticos en Sheik Jarrah porque, alegan, las autoridades israel¨ªes no les hacen ni caso.
Tampoco parece que presten excesiva atenci¨®n a las exigencias de Washington, que ha exigido repetidamente al Gobierno israel¨ª que detenga las demoliciones de casas, la construcci¨®n en las colonias de Cisjordania y el realojamiento de colonos en los barrios ¨¢rabes de Jerusal¨¦n. Amiel Vardi, un profesor de lenguas cl¨¢sicas de la Universidad Hebrea lo expresaba n¨ªtidamente mientras observaba c¨®mo un grupo de j¨®venes sacaba los muebles de la familia Ghawi. "Lo importante no es un caso concreto. Todas las partes presentan documentos en los tribunales que datan del siglo pasado. El hecho indudable es que los colonos que reclaman derechos de propiedad anteriores a 1948 consiguen lo que quieren en Jerusal¨¦n Este. Sin embargo, los t¨ªtulos de propiedad de los palestinos sobre inmuebles en Jerusal¨¦n Oeste, que son mucho m¨¢s fiables, no les sirven para nada. Los derechos de los israel¨ªes son protegidos. Los palestinos, simplemente, no tienen derechos".
En la Cisjordania ocupada, el propio Gobierno israel¨ª admite que buena parte de muchas colonias -todas ellas ilegales- se expanden adem¨¢s sobre tierras palestinas de propiedad privada. Pero en ese caso no hay expulsiones de colonos.
Una mujer ped¨ªa a un agente que dejara pasar a un ni?o. "Es miembro de la familia Ghawi. D¨¦jale que se re¨²na con sus padres. No tienes emoci¨®n, pero tampoco cerebro. Eres un robot", le espetaba. El polic¨ªa, impert¨¦rrito, no dej¨® cruzar la barrera al menor. Pocos minutos despu¨¦s retiraba la valla met¨¢lica. Llegaban los colonos, los nuevos due?os de la vivienda. "Est¨¢ claro", admit¨ªa un concejal izquierdista del ayuntamiento, "que los estadounidenses no han presionado lo suficiente al Gobierno israel¨ª". Los Hanun ya fueron evacuados en 2004, pero los tribunales rectificaron y les devolvieron la propiedad. Cinco a?os despu¨¦s, los radicales jud¨ªos se han salido con la suya. "Esto no tiene nada que ver con la legalidad. Es simplemente una cuesti¨®n pol¨ªtica", afirmaba un impotente funcionario de la OLP. Llegan m¨¢s colonos y otro palestino chilla a la polic¨ªa en hebreo. "?Estado democr¨¢tico? Sois unos mafiosos".
Los contratiempos se acumulan para Barack Obama y sus enviados en Oriente Medio. El primer ministro israel¨ª, Benjam¨ªn Netanyahu, no ha accedido a congelar la construcci¨®n en las colonias de Cisjordania, ni a relajar el bloqueo econ¨®mico a Gaza, ni a frenar la demolici¨®n de viviendas en Jerusal¨¦n Este. De momento, nada han conseguido sobre el terreno. Tampoco han logrado que los pa¨ªses ¨¢rabes anuncien alg¨²n gesto -permiso para que la compa?¨ªa a¨¦rea israel¨ª El Al sobrevuele sus espacios a¨¦reos o la reapertura de algunas oficinas comerciales que funcionaron durante algunos a?os- en el camino de la normalizaci¨®n con Israel. Arabia Saud¨ª, por boca de su ministro de Exteriores, Saud Al Faisal lo rechaz¨® categ¨®ricamente en la capital estadounidense el s¨¢bado. Mientras Israel no devuelva los territorios ocupados, asegur¨®, no habr¨¢ normalizaci¨®n.
Y es que Estados Unidos plantea una posici¨®n sesgada en favor de su aliado israel¨ª. Washington exige a Riad, El Cairo y a otras capitales ¨¢rabes pasos concretos, mientras que a Israel s¨®lo le reclama que no contin¨²e con sus pol¨ªticas expansionistas para no modificar m¨¢s todav¨ªa la situaci¨®n sobre el terreno. El Gobierno de Netanyahu se niega, hasta la fecha, a dar su brazo a torcer.
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