La Guerra de los Cinco D¨ªas: "Responder al mal con el mal no ayuda"
La noche del 7 al 8 de agosto de 2008, Mija¨ªl Saakashvili, presidente de Georgia, emprendi¨® una operaci¨®n b¨¦lica contra civiles en Tsjinval, la capital de Osetia del Sur
Sobre los acontecimientos, planes y c¨¢lculos que precedieron al conflicto b¨¦lico entre Georgia y Rusia -y tambi¨¦n sobre las consecuencias que tuvo- se puede discutir largamente, pero m¨¢s all¨¢ de la propaganda generada por ambas partes, hay una brutal realidad: el presidente de Georgia, Mija¨ªl Saakashvili, emprendi¨® una operaci¨®n b¨¦lica contra civiles en la noche del 7 al 8 de agosto en Tsjinval, la capital de Osetia del Sur. Lo hizo en nombre de la unidad de un Estado reconocido internacionalmente en 1992, aunque la realidad es que el territorio designado como Georgia, una de las 15 rep¨²blicas federadas en la URSS, estaba ya resquebrajado desde antes de que ese pa¨ªs se desintegrara formalmente en 1991.
Las mujeres y ancianos que junto con ni?os pasaron varias noches escondidos en s¨®tanos y bodegas a¨²n est¨¢n horrorizados y no entienden c¨®mo fue posible que los tanques georgianos entraran en la ciudad despu¨¦s de que Saakshavili manifestara pocas horas antes en una intervenci¨®n televisiva fuera de programa que no iba a responder a las "provocaciones" de osetios y rusos y que al d¨ªa siguiente (viernes) se sentar¨ªan en la mesa de negociaciones.
Las palabras del presidente georgiano relajaron los ¨¢nimos de los civiles y tambi¨¦n de los pacificadores rusos al mando del general Marat Kulajm¨¦tov, que por entonces ten¨ªan su principal acuartelamiento en Tsjinval. Sin embargo, poco antes de la medianoche, los georgianos lanzaron un ataque por sorpresa con tanques y fuego de artiller¨ªa sobre la ciudad desde distintos puntos. Los testimonios son m¨²ltiples, incluidos los periodistas que estaban all¨ª, como el ucranio Rusl¨¢n Yarmoliuk, que esta semana cuenta su experiencia en un peri¨®dico de su pa¨ªs.
Con provocaciones o sin ellas, la decisi¨®n de Saakashvili fue irresponsable como m¨ªnimo y podr¨ªa ser considerada delictiva si hubiera un tribunal imparcial facultado para juzgarla. Los osetios, sean cuales sean sus ideolog¨ªas, no tienen ninguna duda: Saakashvili quer¨ªa exterminarlos y los rusos les salvaron la vida.
Pero Occidente no quiere criticar abiertamente al georgiano y prefiere concentrarse en Mosc¨², por haber respondido militarmente y con la invasi¨®n del territorio georgiano. Con agasajos selectivos y habilidad diplom¨¢tica, Saakashvili supo ganarse el apoyo de muchos pol¨ªticos europeos y norteamericanos, que despu¨¦s no han querido distanciarse de ¨¦l en p¨²blico, porque se sienten inc¨®modos dejando sola a la "peque?a" Georgia frente a la "gran" Rusia. Y no importa qui¨¦n tiene raz¨®n en este asunto concreto. Los clich¨¦s imperantes establecen "presunci¨®n de culpabilidad" para Mosc¨² y de "inocencia" para Tbilisi.
A reforzar los clich¨¦s contribuy¨® la capacidad del Gobierno georgiano de poner en marcha una operaci¨®n de relaciones p¨²blicas protagonizada por el alem¨¢n Patric Worms, ex funcionario de la Comisi¨®n Europea. De los 8.000 periodistas que escrib¨ªan sobre la guerra, "puede que 50 hubieran estado en Georgia antes" y la "gran mayor¨ªa no sab¨ªan nada sobre el pa¨ªs", afirmaba Worms en una entrevista con Georgia Today. Un a?o despu¨¦s, los Gobiernos de Osetia del Sur y Abjazia han decidido seguir los pasos de los georgianos y contratar ellos tambi¨¦n a una compa?¨ªa de relaciones p¨²blicas. En nombre de Saylor Company y desde Los Angeles, Evelyn Iritani, afirma en un correo electr¨®nico que su empresa representa a los gobiernos de Osetia del Sur y Abjazia y puede "ayudar a viajar a Tsjinval, a concertar citas y recabar informaci¨®n".
Cabe preguntarse si los osetios no se har¨ªan un mejor servicio a s¨ª mismos reconstruyendo Tsjinval y sobre todo su cl¨ªnica. Pero esa pregunta y las muchas otras que uno puede formular a Rusia no son esenciales para la comprensi¨®n de la noche del 7 al 8 de agosto de 2008, que ha dejado profundas huellas en osetios y georgianos. Lo expresa el osetio Timur Jovr¨¦bov, que dirige una organizaci¨®n no gubernamental en Tsjinval: "Un tanque georgiano que circulaba por la calle Stalin fue alcanzado por un disparo y volc¨®. Los tripulantes se refugiaron en una casa. Les dijeron que se rindieran y ellos pidieron que entrara alguien a parlamentar. Mi hermano, que hablaba algo de georgiano, entr¨® y lo mataron de inmediato. Me avisaron y sal¨ª corriendo. Cuando llegu¨¦, los georgianos yac¨ªan muertos sobre la acera. Eran siete. Los registr¨¦ a todos en b¨²squeda de sus documentos. Quer¨ªa vengarme. Quer¨ªa saber qui¨¦nes eran para que ninguno de sus parientes quedara con vida, pero no encontr¨¦ nada. No llevaban documentos. Los mir¨¦ y, para mi sorpresa, me dieron l¨¢stima, aunque eran georgianos y hab¨ªan matado a mi hermano. Ellos tambi¨¦n eran j¨®venes y hab¨ªan venido porque alg¨²n idiota les hab¨ªa mandado venir. Y mi deseo de matar a sus parientes desapareci¨®. Responder al mal con mal no ayuda".
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