Una ciudad al borde del abismo
El avance de una mina a cielo abierto devora los edificios y obliga a desplazarse a los habitantes de Cerro de Pasco, una localidad de la sierra peruana
S¨®lo la presencia de una gran riqueza por explotar justifica la presencia humana en un territorio tan dif¨ªcil. Ubicada a 4.300 metros sobre el nivel del mar, en una meseta donde la temperatura rara vez supera los 10 grados, Cerro de Pasco naci¨® al lado de un yacimiento, all¨¢ por 1572, y parece condenada a morir por la misma raz¨®n que le dio vida. La ciudad, que creci¨® hasta convertirse en capital de la regi¨®n de Pasco y que alberga actualmente a cerca de 80.000 habitantes, est¨¢ a punto de ser devorada por la mina a cielo abierto m¨¢s alta del mundo.
Por lo pronto, la ciudad ya est¨¢, literalmente, al borde del abismo. La empresa Volcan, operadora de la mina, ha presentado el denominado Plan L para ampliar la mina 11,4 hect¨¢reas m¨¢s de las 140 que ya ocupa. El problema es que la expansi¨®n implica la destrucci¨®n no s¨®lo de viviendas, escuelas y una comisar¨ªa; tambi¨¦n de la plaza principal, la iglesia y otros edificios emblem¨¢ticos, que incluso llegaron a ser declarados patrimonio de la naci¨®n. Y aunque la empresa minera firm¨® el a?o pasado un acuerdo con la municipalidad para llevar a cabo la expansi¨®n, no todos los habitantes est¨¢n satisfechos. "El alcalde es un traidor, porque firm¨® el plan sin consultar a la poblaci¨®n", critica Percy Su¨¢rez, secretario general del Frente C¨ªvico de Defensa de Pasco. "No somos antimineros, pero insistimos en que la empresa debe resarcir y compensar adecuadamente a los vecinos y reponer los edificios hist¨®ricos que van a desaparecer", aclara.
Lo cierto es que las partes no se ponen de acuerdo ni siquiera en si el Plan L se est¨¢ ejecutando o no. Su¨¢rez asegura que s¨ª, pero Volcan, a trav¨¦s de su portavoz en Cerro de Pasco, Luis Pariona, afirma que no, al menos en lo referido a la explotaci¨®n minera, aunque aclara que s¨ª est¨¢n cumpliendo con los compromisos asumidos con el Gobierno de la ciudad. La empresa ha comprado bastantes viviendas en la zona en la que proyecta expandir la mina, pero, seg¨²n Pariona, todav¨ªa no ha empezado a ejecutar su plan porque para ello debe presentar un estudio de impacto ambiental. Tampoco parece haber prisa, ya que debido a la crisis global y a la ca¨ªda del precio de los minerales, la empresa ha bajado considerablemente el ritmo de sus operaciones. El a?o pasado incluso suspendi¨® temporalmente la explotaci¨®n y trabaj¨® solo en socavones.
El Gobierno aprob¨® en diciembre de 2008 una ley que declara de necesidad p¨²blica la implementaci¨®n de medidas al respecto. Sin embargo, en la pr¨¢ctica es poco lo que se ha avanzado hasta ahora. Hace poco se ha encargado la elaboraci¨®n del reglamento de la ley y la empresa de consultor¨ªa contratada para ello ha adelantado que, en el mejor de los casos, el traslado tardar¨ªa en producirse dos a?os. Existen dos posibles emplazamientos, ambos ubicados a menos de 50 kil¨®metros de la actual ciudad. El coste se estima en m¨¢s de mil millones de d¨®lares, como m¨ªnimo. "Un coste que ni Volcan ni ninguna empresa minera del mundo podr¨ªa asumir", advirti¨® Pariona hace unos meses.
As¨ª las cosas, tampoco hay acuerdo sobre qui¨¦n deber¨¢ asumir ese gasto. "Nosotros sostenemos que se trata de una reubicaci¨®n forzada, no voluntaria, y por lo tanto deben ser el Estado y la empresa minera quienes asuman el coste", se?ala Luz Gladys Huam¨¢n, de Centro Labor, una organizaci¨®n que recibe apoyo de la ONG InspirAction para trabajar con los habitantes de la regi¨®n. Volcan no quiso opinar sobre este tema. "El eventual traslado es una decisi¨®n pol¨ªtica, que deben tomar las autoridades. No es competencia de una empresa privada y no nos compete pronunciarnos", explica Luis Pariona.
La reubicaci¨®n tambi¨¦n solucionar¨ªa otro grave problema: la contaminaci¨®n a la que est¨¢n expuestos los habitantes de la ciudad. Centro Labor asegura que se han realizado cinco estudios en los ¨²ltimos a?os y todos arrojan que la poblaci¨®n de Cerro de Pasco tiene concentraciones de plomo en la sangre superiores a los l¨ªmites permisibles. Volcan asegura que ello no se debe a su explotaci¨®n, sino al pasivo ambiental acumulado a lo largo de siglos de miner¨ªa y a la calidad de los suelos, poco aptos para vivienda por su alta concentraci¨®n de minerales. A ello se suma la contaminaci¨®n de una laguna cercana y la que generan los enormes montes de material de desecho que deja la explotaci¨®n de la mina.
"No nos oponemos a la miner¨ªa, pero queremos una nueva ciudad que sea habitable, que tenga un parque industrial y que nos permita desarrollar otras actividades econ¨®micas", asegura Dimas Pe?a, presidente de la Asociaci¨®n de Comerciantes e Inquilinos de Cerro de Pasco afectados por la Explotaci¨®n Minera. Pese a las demoras y discusiones, la mudanza de la ciudad parece inevitable. Eso s¨ª, nadie logra ponerse de acuerdo en cu¨¢ndo; menos en el c¨®mo.
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