El responsable de las tropas de EE UU en Afganist¨¢n propone un cambio de estrategia

Al t¨¦rmino del mes m¨¢s mort¨ªfero para los soldados norteamericanos desde que comenz¨® la invasi¨®n del Afganist¨¢n, el nuevo comandante al mando de las tropas aliadas, el general Stanley McChrystal, recomend¨® est elunes al presidente Barack Obama que modifique su estrategia de lucha contra los ataques de los talibanes y Al Qaeda en el pa¨ªs asi¨¢tico y se centre en una gran operaci¨®n contrainsurgente que permita entrenar a las tropas nacionales afganas y proteger de forma efectiva a la poblaci¨®n civil.

McChrystal, que tom¨® posesi¨®n de su cargo el pasado 15 de junio, envi¨® al Pent¨¢gono y a la OTAN las conclusiones de una evaluaci¨®n encargada personalmente por el Secretario de Defensa norteamericano, Robert Gates. En ellas, el general califica la situaci¨®n de Afganist¨¢n de "preocupante", aunque contempla posibilidades de ¨¦xito si se adopta una estrategia b¨¦lica flexible y centrada en combatir a las bases de apoyo de las c¨¦lulas terroristas, que amenazan la consolidaci¨®n de la democracia en el pa¨ªs.

"La situaci¨®n en Afganist¨¢n es grave, pero el ¨¦xito es posible, y requiere la implementaci¨®n de una estrategia revisada; compromiso y dedicaci¨®n, y una mayor unidad en el esfuerzo", dijo el comandante en un comunicado adjunto al informe, que permanece clasificado a petici¨®n del secretario Gates. McChrystal desea cambiar el enfoque de la lucha en el pa¨ªs asi¨¢tico, pasando de una estrategia b¨¦lica tradicional a un escenario m¨¢s din¨¢mico, en el que tambi¨¦n se combata a los insurgentes, pero en el que a la vez se impulse el desarrollo econ¨®mico y la seguridad ciudadana en el pa¨ªs, para que los terroristas pierdan apoyo social.

El peor mes

En agosto fallecieron en Afganist¨¢n 47 soldados estadounidenses, la mayor cifra mensual desde que comenz¨® la guerra, en 2001. Seg¨²n un recuento diario del peri¨®dico The Washington Post, unos 760 soldados de EE UU han muerto desde entonces en la llamada Operaci¨®n Libertad Duradera, frente a los 4.300 fallecidos en Irak.

Hay en Afganist¨¢n unos 62.000 soldados estadounidenses, una mayor¨ªa de las 100.000 efectivos aliados sobre el terreno, combatiendo a los talibanes y a Al Qaeda. A finales de a?o se espera que esa cifra se incremente hasta los 68.000, despu¨¦s de que Obama ordenara al Pent¨¢gono el env¨ªo de otros 21.000 soldados, haciendo de ese frente de guerra una prioridad, a la vez que comenzaba la retirada progresiva de Irak.

En su informe, McChrystal recomienda centrarse en neutralizar la insurgencia en los grandes n¨²cleos de poblaci¨®n, en lugar de perseguir a las c¨¦lulas asistidas por Al Qaeda en las remotas zonas monta?osas que lindan, al noreste, con Pakist¨¢n. El general es un experto en operaciones de contrainsurgencia que particip¨® en diversas misiones especiales en Irak, como la b¨²squeda y captura del dictador Saddam Hussein. Seg¨²n ha expresado en diversas comparecencias y entrevistas recientes, su prioridad es entrenar a la polic¨ªa y a las fuerzas armadas afganas para que lideren la lucha contra los terroristas.

Sin embargo, desde su nombramiento como comandante al mando de las tropas en Afganist¨¢n, diversos legisladores del Congreso, como el senador republicano John McCain, le han recomendado que solicite m¨¢s tropas para el combate. En su informe, McChrystal no lo hizo, aunque diversos diarios nacionales, como el Post o el New York Times, daban por sentado que lo har¨¢ a lo largo del mes de septiembre. El predecesor de McChrystal en su cargo, el general David McKiernan, pidi¨® un incremento inicial de 10.000 soldados, que qued¨® aparcado cuando fue destituido en junio por el secretario Gates, que buscaba un enfoque menos tradicional que el suyo para aquella guerra.

Estrategia acertada

Uno de los asesores de McChrystal en estrategias contrainsurgentes, el teniente coronel retirado de las fuerzas armadas australianas David Kilcullen, explic¨® el lunes, en una conferencia de prensa en Canberra, por qu¨¦ la estrategia recomendada por McChrystal puede ser la acertada. "Un Gobierno que pierde terreno en operaciones de contrainsurgencia no est¨¢ siendo vencido en la guerra, est¨¢ siendo vencido en el propio Gobierno. Eso es lo que pasa en Afganist¨¢n", dijo Kilcullen, seg¨²n informa Reuters.

Seg¨²n ese experto, los talibanes cuentan con una red de administraci¨®n ejecutiva y judicial paralela a la del Gobierno democr¨¢tico. Tienen juzgados, hospitales y escuelas propias, adem¨¢s de una figura similar a la del defensor del pueblo, a la que los civiles acuden para solventar problemas surgidos con los radicales islamistas que aspiran a reconquistar el pa¨ªs.