La justicia argentina sienta de nuevo en el banquillo al dictador Bignone
El general represor est¨¢ acusado de destruir los archivos del r¨¦gimen militar
El ¨²ltimo dictador de Argentina, Reynaldo Bignone (1982-1983), se someti¨® ayer por segunda vez en su vida a juicio por los secuestros, torturas y desapariciones de los que se le acusa. Bignone fue el general que asumi¨® el poder despu¨¦s de la derrota argentina en la guerra contra Reino Unido por las Islas Malvinas y quien no tuvo otra opci¨®n que abrir la transici¨®n democr¨¢tica. En medio de todo eso, sin embargo, destruy¨® los archivos sobre las detenciones y asesinatos cometidos por el r¨¦gimen militar (1976-1983) y promulg¨® una fallida ley de amnist¨ªa para los responsables del terrorismo de Estado que se ejerci¨® contra guerrilleros, pol¨ªticos, militantes sociales y de derechos humanos, sindicalistas, empresarios y religiosos. Su Gobierno fue el primero que reconoci¨® que los desaparecidos estaban muertos, aunque cont¨® "s¨®lo 8.000", frente a los 30.000 que denunciaban las organizaciones de derechos humanos.
El juicio que comenz¨® ayer en el Tribunal Oral Federal n¨²mero 1 de San Mart¨ªn, un suburbio del noroeste de Buenos Aires, es el segundo en el que se fallar¨¢ sobre los cr¨ªmenes cometidos en los centros de detenci¨®n clandestina que operaban en el regimiento de Campo de Mayo y por donde pasaron 5.500 personas. Bignone, de 81 a?os, que cumple prisi¨®n preventiva domiciliaria, ser¨¢ juzgado junto a otros siete octogenarios integrantes de las fuerzas de seguridad por 56 delitos de allanamientos ilegales, secuestros, torturas, desapariciones y homicidios entre 1976 y 1978. Antes de ser presidente de hecho de Argentina, hab¨ªa sido segundo comandante del Comando de Institutos Militares, en Campo de Mayo, en 1977.
En el banquillo de los acusados se sentar¨¢n tres militares que ya fueron condenados por el mismo tribunal en agosto, en lo que fue el primer juicio de la llamada megacausa de Campo de Mayo. Se trata del comandante de Institutos Militares, Santiago Riveros, y de los uniformados Fernando Verplaestsen y Jorge Garc¨ªa, que fueron sentenciados a cadena perpetua, a 25 y 18 a?os de prisi¨®n, respectivamente. Tambi¨¦n ser¨¢n juzgados en este nuevo juicio los militares Carlos Tepedino y Eugenio Gua?abens Perell¨® y el polic¨ªa Germ¨¢n Montenegro.
Una de las v¨ªctimas de los delitos indagados es el obrero H¨¦ctor Ratto, que pertenec¨ªa al comit¨¦ de empresa de Mercedes-Benz. La automotriz alemana, al igual que otras empresas multinacionales y argentinas, est¨¢n acusadas de denunciar ante el r¨¦gimen a empleados con militancia sindical que acabaron desaparecidos.
Al regresar la democracia, durante el Gobierno de Ra¨²l Alfons¨ªn (1983-1989), Bignone fue hallado culpable por los delitos cometidos en Campo de Mayo, pero sorte¨® la c¨¢rcel gracias a las leyes del perd¨®n que impuls¨® el l¨ªder radical para acotar las condenas a la junta militar que encabez¨® el golpe de Estado de 1976. Esas leyes fueron declaradas inconstitucionales por la Corte Suprema en 2005. Pr¨®ximamente tambi¨¦n deber¨¢ comparecer como acusado en otros dos juicios por las desapariciones de j¨®venes que cumpl¨ªan la mili y de m¨¦dicos y enfermeros que supuestamente atend¨ªan a guerrilleros.
Despu¨¦s del frustrado intento por recuperar las Malvinas, que cost¨® la vida a 900 militares de ambos bandos en dos meses de guerra, las Fuerzas Armadas de Argentina, debilitadas tambi¨¦n por las denuncias internacionales sobre la represi¨®n ilegal y la crisis econ¨®mica latinoamericana, designaron a Bignone como encargado de la transici¨®n hacia la democracia. En su primer discurso p¨²blico prometi¨® elecciones para inicios de 1984, que finalmente se adelantaron a octubre de 1983 y en las que venci¨® Alfons¨ªn. El Congreso elegido por el pueblo anul¨® la amnist¨ªa de Bignone.
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