Ch¨¢vez ordena al Ej¨¦rcito que se prepare para la guerra con Colombia
Bogot¨¢ llevar¨¢ al Consejo de Seguridad de la ONU las amenazas de Venezuela
Las madres no han mandado a sus ni?os este lunes a la escuela en los pueblos de la frontera venezolana con Colombia, por si acaso estallaba la guerra. No porque los venezolanos ni los colombianos que pueblan esa franja de m¨¢s 2.200 kil¨®metros est¨¦n dispuestos a pelearla, sino porque el presidente venezolano, Hugo Ch¨¢vez, fue esta vez m¨¢s enf¨¢tico que nunca cuando el domingo llam¨® a su pueblo al combate. Colombia ha anunciado que llevar¨¢ sus amenazas ante el Consejo de Seguridad de la ONU.
"Compa?eros militares, no perdamos un d¨ªa en el cumplimiento de nuestra principal misi¨®n: prepararnos para la guerra y ayudar al pueblo a prepararse para la guerra, porque es una responsabilidad de todos. (...) No pierdan tiempo, vamos a formar los cuerpos de milicias, los estudiantes, los trabajadores, las mujeres, todos listos para defender esta patria sagrada que se llama Venezuela, patria santa", orden¨® Ch¨¢vez a todos los comandantes de la Fuerza Armada Nacional, durante la transmisi¨®n de su programa dominical Al¨®, Presidente. Y los pobladores de las ciudades-frontera de San Antonio del T¨¢chira y C¨²cuta comenzaron a tomar previsiones: no para alistarse en sus respectivos Ej¨¦rcitos, sino para protegerse de la animosidad de sus propios Gobiernos.
"Mi esposo nada m¨¢s sale de la casa al trabajo por miedo a que lo deporten. Tiene sus papeles en regla, pero ahorita eso no vale de nada si lo que va a haber es guerra", cuenta M¨®nica, camarera de un restaurante, venezolana, casada desde hace siete a?os con un colombiano. S¨®lo durante la ¨²ltima semana m¨¢s de 100 colombianos, que trabajan o viven en San Antonio del T¨¢chira, han sido enviados de regreso a su pa¨ªs: la Guardia Nacional venezolana los detiene y los deja del otro lado del puente internacional fronterizo Sim¨®n Bol¨ªvar, que comunica al Estado venezolano del T¨¢chira con el departamento colombiano del Norte de Santander.
El conflicto armado entre Colombia y Venezuela, seg¨²n Ch¨¢vez, podr¨ªa estallar en cualquier momento como consecuencia del acuerdo suscrito entre Bogot¨¢ y Washington, que permitir¨¢ a EE UU utilizar siete bases militares colombianas en la lucha contra el narcotr¨¢fico y la guerrilla de las FARC. Su sola instalaci¨®n ya es, para el presidente venezolano y sus partidarios, una declaraci¨®n de guerra; raz¨®n suficiente para que Caracas decidiera, en agosto, congelar sus relaciones con Bogot¨¢.
La violencia generada en la frontera por grupos armados que se disputan el control del tr¨¢fico de combustible desde Venezuela hacia Colombia ha agravado a¨²n m¨¢s la tensa relaci¨®n pol¨ªtica que viven ambos pa¨ªses. Hace una semana, supuestos paramilitares asesinaron a dos guardias nacionales venezolanos en un puesto de control ubicado a un par de kil¨®metros de San Antonio del T¨¢chira. El 21 de octubre, nueve colombianos, un venezolano y un peruano tambi¨¦n fueron secuestrados y asesinados en Churur¨², tambi¨¦n en T¨¢chira. El caso ha agudizado las tensiones bilaterales.
Antes de que Ch¨¢vez diera la orden de preparar los fusiles, la seguridad militar en la frontera hab¨ªa sido reforzada con grupos de comando que vigilan estaciones de combustible y escuelas, y con mayores restricciones en el paso de veh¨ªculos y mercanc¨ªas hacia Colombia. Los controles han generado protestas de taxistas y comerciantes informales; la ¨²ltima de ellas, el pasado s¨¢bado, mantuvo cerrado el paso fronterizo durante m¨¢s de tres horas.
Las c¨¢maras de comerciantes de Venezuela y Colombia calculan que por cada d¨ªa que se cierran la frontera los empresarios dejan de ganar unos cuatro millones de d¨®lares, y critican la poca diligencia que han tenido los gobiernos de Colombia y Venezuela para resolver sus diferencias pol¨ªticas. "Nosotros hemos vivido en esta frontera, nos hemos puesto de acuerdo. ?C¨®mo es posible que ahora dos cabezas la quieran cerrar y abrir y tenerla como su caballito de batalla?", dice Gladys Navarro, presidenta de la Federaci¨®n Nacional de Comerciantes de Colombia en C¨²cuta. "Es como si quisieran borrar nuestra historia y nuestra vida en com¨²n de un solo plumazo, y eso no se puede", agrega.
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