Calder¨®n rompe el mito pri¨ªsta hacendario
Nueve a?os despu¨¦s de la alternancia en la Presidencia mexicana, cambia el perfil de quien maneja la econom¨ªa
El nombramiento de un nuevo ministro de Hacienda y la propuesta de un nuevo Gobernador en la Banca Central, por parte del Presidente de M¨¦xico, Felipe Calder¨®n, crea un cisma silencioso, y pone fin a toda una ¨¦poca, que es importante advertir y analizar en sus verdaderas consecuencias y dimensiones. M¨¦xico parece vivir, nueve a?os despu¨¦s de la alternancia pol¨ªtica, la alternancia hacendaria.
En M¨¦xico uno de los temas m¨¢s interesantes y reveladores de real politik de la transici¨®n democr¨¢tica, tiene que ver con el funcionamiento y el comportamiento de las elites burocr¨¢ticas del sector financiero y hacendario del pa¨ªs.
En torno a la Secretar¨ªa de Hacienda y al Banco de M¨¦xico, de manera principal aunque no exclusiva, se nucle¨® toda una generaci¨®n de tecn¨®cratas, economistas profesionales, t¨¦cnicamente muy bien preparados, formados generalmente en Estados Unidos, muy conservadores, dogm¨¢ticos y ortodoxos, que asumieron claramente la construcci¨®n de un nuevo modelo econ¨®mico.
De la mano del proceso de democratizaci¨®n pol¨ªtica del pa¨ªs, emprendieron un claro proceso de liberalizaci¨®n econ¨®mica.
Los economistas mexicanos de esa generaci¨®n se convirtieron en los conductores y sumos sacerdotes del proceso de cambio econ¨®mico, pero tambi¨¦n, en buena medida, del cambio pol¨ªtico y democr¨¢tico de M¨¦xico.
En torno a ellos se consolid¨® toda una clase gobernante, muy fuerte, que lleg¨® a concentrar un gran poder pol¨ªtico, que condujo para bien y para mal, los destinos de M¨¦xico, durante casi 30 a?os, desde principios de la d¨¦cada de los 80 con Miguel De la Madrid, hasta nuestros d¨ªas con Felipe Calder¨®n.
La alternancia pol¨ªtica, la llegada del PAN y la salida del PRI de Los Pinos, no los desplaz¨®. Esos economistas no perdieron con el cambio democr¨¢tico, ni sus espacios, ni sus empleos, ni su influencia.
Muchos de ellos se quedaron refugiados en la burocracia del sector financiero del pa¨ªs y siguieron gobernando dos temas clave: la pol¨ªtica hacendaria y la pol¨ªtica monetaria.
La burocracia en torno a la Secretar¨ªa de Hacienda y al Banco de M¨¦xico constituy¨® un enclave de poder muy fuerte y una importante resistencia para los gobiernos de la alternancia. En muchas ocasiones hubo choques importantes que por supuesto no los sacaron de los primeros niveles de poder y de influencia.
Son muchas las razones que explican su permanencia, pero sin duda, buena parte de su continuidad descans¨® en la construcci¨®n de una verdadera mitolog¨ªa en torno a su relevo. Las elites hacendarias de la ¨²ltima etapa del r¨¦gimen priista construyeron un gran mito: "despu¨¦s de nosotros: el diluvio".
El mito consist¨ªa en construir la idea de que eran indispensables y que si ellos sal¨ªan de las primeras esferas de la burocracia hacendaria, se pon¨ªa en riesgo la econom¨ªa del pa¨ªs.
Una t¨¦cnica de poder muy vieja para construir poder pol¨ªtico a partir de un saber real o aparente. Naturaleza que han compartido por igual los sacerdotes de las teocracias, los augures de la Roma antigua, los papas de todos los tiempos, los d¨¦spotas ilustrados y en las ¨²ltimas d¨¦cadas, los tecn¨®cratas mexicanos.
S¨®lo ellos sab¨ªan como funcionaba la nueva econom¨ªa del mundo. S¨®lo ellos garantizaban la continuidad del modelo. S¨®lo ellos entend¨ªan y conoc¨ªan los ¨ªntimos secretos de la econom¨ªa mexicana. S¨®lo ellos ten¨ªan acceso al primer c¨ªrculo de los mercados y ten¨ªan las relaciones necesarias con los organismos financieros internacionales. S¨®lo ellos jugaban al tenis o golf con los Secretarios del Tesoro del los Estados Unidos y con los grandes financieros internacionales. S¨®lo ellos eran capaces de generar la confianza necesaria para mantener la estabilidad econ¨®mica de M¨¦xico.
Como todo buen mito, el relato tiene partes de verdad, pero buena parte de mentira.
A pesar de sus dotes y saberes, muchos de ellos provocaron sendas crisis econ¨®micas, y en el balance general, el desempe?o econ¨®mico y el crecimiento de M¨¦xico dista mucho de ser satisfactorio.
A pesar de los resultados reales, el mito funcionaba para efectos de poder pol¨ªtico. Lograron su permanencia por muchos a?os. El mito funcion¨® a la perfecci¨®n en distintos momentos de la historia reciente de M¨¦xico.
De manera paradigm¨¢tica en la crisis econ¨®mica de 1994, en la que la elite hacendaria responsabiliz¨® y atribuy¨®, de manera claramente injusta y maniquea, toda una crisis financiera a la llegada de un Secretario de Hacienda distinto al primer c¨ªrculo de la elite hacendaria.
El mito se actualiz¨® sexenalmente. En el a?o 2000 el mito se revive con la alternancia, y una de las formas de garantizar la estabilidad del pa¨ªs pasaba por la idea de conservar intacta a la elite hacendaria tradicional del viejo r¨¦gimen y as¨ª se hizo.
Igualmente en el 2006 volvi¨® a operar el mito. Primero ante la posibilidad de que llegara Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador al poder y despu¨¦s, con el triunfo de Calder¨®n, en medio de una severa crisis pol¨ªtica, en la que por supuesto parec¨ªa indispensable traer a alguien que fuera de la misma clase hacendaria, y as¨ª se hizo, una vez m¨¢s.
La severa crisis del capitalismo de los ¨²ltimos meses y la ca¨ªda del crecimiento econ¨®mico en M¨¦xico finalmente hicieron posible, normal y leg¨ªtimo, emprender el relevo.
La semana pasada el Presidente nombra por primera vez, en casi tres d¨¦cadas, a un Secretario de Hacienda que no tiene el pedigr¨ª tradicional de la casta hacendaria de origen pri¨ªsta. Calder¨®n nombr¨® a Ernesto Cordero Arroyo como Secretario de Hacienda y Cr¨¦dito P¨²blico, y al hacerlo, rompe de alguna forma con el mito. Se atreve, y parece que no pasa nada. Por lo menos no en los primeros d¨ªas. Los mercados reaccionan con normalidad y los actores econ¨®micos y los grandes empresarios le dan al nuevo Secretario por lo menos el beneficio de la duda.
Hay que decirlo, no es tampoco un cambio tan brusco. Para algunos es incluso excesivamente moderado. El perfil del nuevo secretario tampoco resulta tan heterodoxo. Ciertamente no es economista de profesi¨®n, pero es actuario, egresado del ITAM (instituto del que salieron varios integrantes del grupo dominante hasta hoy); no pertenece a las grandes escuelas de econom¨ªa, pero s¨ª hizo una maestr¨ªa en esa materia en Pennsylvania; no se gradu¨® como doctor, pero s¨ª tiene algunos estudios de doctorado en econom¨ªa; no hizo una larga carrera en Hacienda, pero s¨ª estuvo m¨¢s de un a?o como Subsecretario de egresos. Lo que s¨ª es muy claro es que tiene toda la confianza del Presidente y que es un abierto militante del PAN.
Ante su designaci¨®n fue muy interesante advertir las reacciones de algunos actores econ¨®micos. El mito oper¨® con todas sus fuerzas y con toda su inercia.
Entre algunos sectores financieros, la banca, las corredur¨ªas, las calificadoras, por supuesto la burocracia hacendaria y la prensa especializada, surgieron de inmediato las grandes dudas, dir¨ªa yo, las dudas del mito: ?Podr¨¢ con Hacienda un actuario? ?Tendr¨¢ el expertis necesario? ?No es demasiado joven? ?No es demasiado ajeno? ?Podr¨¢ alguien que no tiene el doctorado? ?Conocer¨¢ lo suficiente los mercados? ?Lo reconocer¨¢n los organismos financieros internacionales? ?Le tomar¨¢n la llamada los actores econ¨®micos? ?Le har¨¢n caso los organismos financieros? ?Generar¨¢ la confianza necesaria?
Veremos en los pr¨®ximos meses qu¨¦ pasa. Pero por lo pronto, Calder¨®n est¨¢ ejerciendo sus facultades, haciendo valer su presidencia y corriendo todos los riesgos del caso. Su decisi¨®n por supuesto concluye con toda una ¨¦poca y con una tradici¨®n tecnocr¨¢tica pri¨ªsta y debemos advertir que en M¨¦xico se est¨¢ viviendo, nueve a?os despu¨¦s de la alternancia en el Poder Ejecutivo, el complemento l¨®gico de la necesaria alternancia hacendaria y financiera.
Estamos ante un proceso gradual. No ser¨¢ de la noche a la ma?ana. Ernesto Cordero es el primer Secretario de Hacienda que es nombrado realmente por PAN, pero ese es solo el principio.
Se satisface una de las demandas y cr¨ªticas m¨¢s fuertes de la militancia del panismo tradicional: la necesidad de sacar al PRI de Hacienda. Esa exigencia no hab¨ªa sido satisfecha claramente porque no ten¨ªan cuadros con que hacerlo, pero en buena medida, porque el mito oper¨® con gran eficacia.
A partir de hoy el PAN ya no tiene pretextos. El PAN ya controla Hacienda y es suya toda la responsabilidad. Lo hace en un momento econ¨®mico delicado, con un pa¨ªs lastimado por el desempleo y por un crecimiento negativo que puede cerrar el a?o de 2009 en -7% del Producto Interno Bruto.
Pero ahora el gran tema de fondo y el m¨¢s interesante sin duda, ser¨¢ saber si el PAN tiene un proyecto econ¨®mico propio. El reto para el PAN ser¨¢ demostrar que tiene un proyecto econ¨®mico alternativo, distinto del que el PRI oper¨® por casi tres d¨¦cadas. Lo dif¨ªcil para el PAN ser¨¢ acreditar que es realmente una alternativa econ¨®mica frente al PRI en el proceso electoral del 2012.
El verdadero nudo para el nuevo Secretario de Hacienda ser¨¢ encontrar el sutil y complejo equilibrio entre la necesidad de continuidad para conservar la estabilidad y la exigencia de cambio para conservar el poder.
Sabino Bastidas Colinas es analista pol¨ªtico.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.