El peor a?o de nuestras vidas
El a?o estuvo lleno de noticias sobre la prensa, y las noticias aut¨¦nticas ya se sabe que no suelen ser buenas. Fue un a?o malo, pero pudo ser peor. De hecho, augures hubo que lo previeron m¨¢s negro todav¨ªa. Los macabros pero simp¨¢ticos redactores del Observatorio de la Muerte de los Peri¨®dicos suscriben la afirmaci¨®n que encabeza esta nota: ¡°Este fue incuestionablemente el peor a?o en la historia del negocio¡±. Habla de Estados Unidos, el lugar donde en realidad se ha inventado casi todo del oficio, lo bueno y lo malo: ?c¨®mo no iba a producirse all¨ª antes que en ning¨²n otro sitio el s¨ªndrome de la defunci¨®n? All¨ª, asegura, el nivel de ventas regres¨® a niveles anteriores a la segunda guerra mundial y los ingresos de publicidad fueron como en los a?os 60. Cerraron cabeceras hist¨®ricas en Denver y Seattle y entraron en barrena otras en Boston, Chicago y San Francisco, pero no se produjo la mortandad masiva entre los grandes t¨ªtulos que muchos anunciaban y algunos esperaban, debido sobre todo al recorte de costes y de puestos de trabajo m¨¢s dr¨¢stico y doloroso de la historia. Algo paralelo a lo que ha sucedido en todo el mundo desarrollado.
Lo peor no es el mal estado en que est¨¢n los diarios, sino el p¨¦simo estado en que se halla el periodismo. Tiene que ver lo segundo con lo primero, pero no es la ¨²nica explicaci¨®n. Las causas de la crisis que sufre el periodismo hay que buscarlas mucho m¨¢s all¨¢ de un simple cambio tecnol¨®gico. He escrito bastante sobre este asunto este a?o, pero me temo que tendr¨¦ que seguir haci¨¦ndolo en el a?o que ahora empieza. Coincide con un aniversario a tener en cuenta. Hoy hace 50 a?os muri¨® Albert Camus, en un accidente de coche, a los 46 a?os. Nicolas Sarkozy quiere con tal motivo llevar solemnemente sus restos al Pante¨®n. Su familia prefiere que sigan en el cementerio provenzal de Lourmarin, localidad donde habit¨® en los ¨²ltimos a?os de su vida. Fue un periodista excelente y un modelo para este oficio, tal como lo ha recordado su amigo Jean Daniel, en un libro imprescindible sobre el personaje y sobre el periodismo: ¡®Avec Camus. Comment r¨¦sister ¨¤ l¡¯air du temps¡¯ (Gallimard, 2006), traducido aqu¨ª como ¡®Camus. A contracorriente¡¯ (Galaxia Gutemberg, 2008). De dicho libro quiero s¨®lo citar un par de frases a prop¨®sito de su experiencia period¨ªstica como director de Combat: ¡°en cierta ocasi¨®n dijo que no ser¨ªa capaz de admitir ninguna verdad que pudiera ponerle en la obligaci¨®n, directa o indirecta, de condenar a muerte a una persona¡±. Seg¨²n Jean Daniel, fundador y director de Nouvel Observateur, lo m¨¢s destacado de Camus periodista es ¡±su voluntad de combatir la mentira, m¨¢s que su ¨¦xito en alcanzar la verdad¡±. Un periodismo menos pretencioso, ocupado a conciencia en combatir la mentira, es lo que nos conviene ahora, cuando salimos del peor a?o de nuestras vidas y nos adentramos en otro que amenaza con superarle. Pase que lleguen m¨¢s a?os malos, pero, por favor, que no nos hagan todav¨ªa m¨¢s ciegos.
(Enlaces: con Reporteros sin Fronteras, Newspaper Death Watch, con varios art¨ªculos sobre Camus: los que han publicado Jos¨¦ Mar¨ªa Ridao y Joan de Sagarra con motivo del aniversario y otro m¨ªo de hace tres a?os en el que escrib¨ª sobre su patria argelina y sus v¨ªnculos con los republicanos espa?oles).
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