Las v¨ªsceras del poder neototalitario
Presintiendo quiz¨¢ que la indignaci¨®n popular puede incluirle a ¨¦l, modelo de antipol¨ªtico, por primera vez entre los privilegiados de la casta, Silvio Berlusconi ha reaccionado al Bertolasogate con estrategias contradictorias. Primero desapareci¨® del mapa durante unos d¨ªas, luego ha desdramatizado con el lenguaje ("en todas partes hay briboncillos", ha afirmado, glosando una frase dicha por su amigo Bettino Craxi poco antes de marcharse al exilio); ha rechazado las dimisiones de los acusados y ha anunciado medidas-spot, como una ley anticorrupci¨®n que impedir¨ªa a los corrompidos militar en los partidos.
La iniciativa fue aplazada el viernes por falta de consenso en el consejo de ministros, ante la sorna de la oposici¨®n. "Si Berlusconi aprueba una ley contra la corrupci¨®n deber¨ªan abandonar la pol¨ªtica ¨¦l mismo, medio Gobierno y 50 de sus parlamentarios", dijo Antonio di Pietro, l¨ªder de Italia de los Valores.
Hace 18 a?os, Berlusconi fue el principal beneficiado del proceso Manos Limpias, instruido entre otros por Di Pietro, quien por cierto ha decepcionado ahora a sus seguidores al apoyar en Campania a un candidato del Partido Democr¨¢tico procesado por varios delitos. La muerte de la Democracia Cristiana y del Partido Socialista empuj¨® entonces al Cavaliere a entrar en pol¨ªtica como salvador de un pa¨ªs en desbandada. Ahora juega el partido desde campo contrario. Massimo Franco, editorialista de Il Corriere della Sera, ha escrito que "Berlusconi sabe que esta vez no le bastar¨¢ con culpar a los jueces comunistas".
Cabe a?adir que, a sus 73 a?os, Berlusconi ha salido indemne de todos los charcos posibles. Su debilidad es patente, pero su capacidad de control, su poder medi¨¢tico y financiero, y su habilidad para pactar con los poderes fuertes (Iglesia, masoner¨ªa, patronal...), le convierten en el ¨²nico l¨ªder del pa¨ªs capaz de lograr que el sistema, por podrido que est¨¦, perviva todav¨ªa.
El fil¨®sofo Paolo Flores D'Arcais cree que el esc¨¢ndalo de la Protecci¨®n Civil "ha sacado a la luz las v¨ªsceras hediondas del sistema de poder neototalitario puesto en pie por Berlusconi". Y considera que "si los jueces hacen bien su trabajo, veremos c¨®mo el caso se extiende d¨ªa a d¨ªa en un goteo constante".
En el ojo del hurac¨¢n est¨¢n, aparte de los tres altos funcionarios de Obras P¨²blicas y el empresario romano Diego Anemone (todos ellos encarcelados), tres de los colaboradores m¨¢s importantes de Berlusconi: su viceministro y hombre-marca del Gobierno, Guido Bertolaso, jefe de la Protecci¨®n Civil; el veterano democristiano Gianni Letta, caballero de Su Santidad (ayer el Papa le dedic¨® un cari?oso y significativo mensaje personal en un discurso p¨²blico), y el coordinador nacional del Pueblo de la Libertad, Denis Verdini.
La pareja Letta-Bertolaso es crucial para el destino de Berlusconi. Ambos encarnan su eslogan favorito: el "Governo del fare" (el Gobierno que hace cosas). Sus ¨¦xitos en la soluci¨®n de emergencias, reales o imaginarias; su buena relaci¨®n con la oposici¨®n y su labor incansable en la forja de la alianza antinatura entre el berlusconismo y el Vaticano les ha convertido en imprescindibles. Ahora falta ver si tambi¨¦n son intocables. Pero por ahora est¨¢n los dos seriamente tocados.
Seg¨²n los jueces, el poder absoluto otorgado por la presidencia del Gobierno a Bertolaso y, con ¨¦ste, a su valedor Letta ha generado un oc¨¦ano gelatinoso de irregularidades, corruptelas, ganancias, favores, sobreprecios y delitos. En esencia, gracias a la combinaci¨®n de poderes extraordinarios para afrontar emergencias (m¨¢s de 600 en los ¨²ltimos a?os) y a la disposici¨®n ingente de fondos p¨²blicos (al menos 10.000 millones), se ha creado un sistema de obras p¨²blicas semi-privado, opaco y exclusivo, que ha hecho met¨¢stasis. Comisiones, regalos, nepotismo, amiguismo y especulaci¨®n han campado en medio de desgracias y grandes eventos al socaire de la pol¨ªtica de la emergencia permanente... Sin faltar, como en toda buena historia oscura italiana, los tres genes cl¨¢sicos: familia, mafia e Iglesia.
La suerte para la derecha es que una parte del centro izquierda parece haber jugado tambi¨¦n al juego de las emergencias de oro. Los nombres de Franceso Rutelli y Walter Veltroni han asomado en algunas conversaciones interceptadas, ante la indignaci¨®n de ambos. El detalle no favorece a nadie, si acaso es un factor m¨¢s que juega en contra de una clase pol¨ªtica cada vez m¨¢s desprestigiada en su conjunto. Cosa que, por cierto, origin¨® el gran se¨ªsmo de 1992.
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