Calleja cuenta de primera mano su experiencia en el volc¨¢n island¨¦s
Hola amigos, ?por fin os puedo escribir! Empezar¨¦ diciendo que esto ha sido un Desaf¨ªo Extremo de verdad. Os pongo en antecedentes: quer¨ªamos hacer una traves¨ªa invernal en Islandia muy cerca del C¨ªrculo Polar ?rtico, uniendo los tres volcanes m¨¢s explosivos y peligrosos de Islandia, arrastrando unos trineos de unos 35 kilos por persona.
La ruta escogida no se hace casi nunca -por no decir nunca-. Ram¨®n Larramendi dise?¨® esta preciosa ruta, en la que es important¨ªsimo saber navegar bien, es decir, orientarse perfectamente en un mapa, utilizar la br¨²jula y manejar fluidamente el GPS, y aun as¨ª es muy complicado, pues hay infinidad de valles (algunos muy iguales), es dif¨ªcil identificar los accidentes geogr¨¢ficos, y a¨²n m¨¢s localizar las monta?as, que son nuestra referencia, estando todos cubiertos de nieve.
De repente, despeja por primera vez en toda la traves¨ªa y, en el cielo, aparecen las nubes m¨¢s extra?as que he visto en mi vida: una especie de coliflores gigantescas de 20.000 metros de altura de color oscuro, ?completamente amenazadoras!
Por si esto fuera poco, el terreno es farragoso; hielo, nieve en polvo, nieve "papa", y sobre todo, largas extensiones de lava, cortante, afilada como cuchillos, donde se hace muy dif¨ªcil avanzar.
A todo esto hay que sumarle que, en Islandia, gran parte de casi todos los d¨ªas hace un tiempo de perros. Casi siempre cubierto, nevando, granizando, lluvia helada, viento, much¨ªsimo viento y fr¨ªo. Como dice Ram¨®n, "aqu¨ª, una actividad como la que vamos a hacer, requiere de toda la capacidad de sufrimiento posible". Nos dijo a Emilio Vald¨¦s y a m¨ª: "?preparaos para cualquier cosa, y saber improvisar porque nos pasar¨¢ de todo!"
Como si de un adivino se tratase, as¨ª comenz¨® la expedici¨®n:
Un s¨²per-Jeep, que es una especie de coche modificado con unas ruedas gigantescas a la vez que suspensiones, donde hace falta una peque?a escalera para subir, nos adentra en un paraje sacado de una especie de Apocalipsis. Para llegar al punto donde nos dejar¨¢ hay que cruzar r¨ªos, fango, y sobre todo largas e interminables mesetas de lava, semi-cubiertas de nieve. S¨®lo se puede llegar en esta especie de m¨¢quinas infernales, dando tumbos porque se adentran en lugares incre¨ªbles.
Llegamos al punto donde ya no se puede avanzar m¨¢s; descargamos todo el equipo y con esas pesadas mochilas de 35 kg, comenzamos la traves¨ªa. El veh¨ªculo se marcha y quedamos solos, completamente solos a decenas de kil¨®metros de cualquier lugar. A partir de este punto tenemos que ser aut¨®nomos.
Alcanzamos por la tarde la base del volc¨¢n Hekla, nuestro primer objetivo (os recuerdo que queremos unir los tres volcanes m¨¢s peligrosos y activos de Islandia en esta traves¨ªa...). Montamos la tienda de campa?a. Dejamos el equipo, y ascendemos a este volc¨¢n. Por delante, 1.100 metros de desnivel, con un fr¨ªo terrible, viento sin parar, al l¨ªmite de lo soportable. Important¨ªsimo marcar la ruta en el GPS para poder regresar al campamento si se desata la tormenta, que aqu¨ª se producen en s¨®lo cinco minutos. Sin GPS no se puede salir m¨¢s all¨¢ de 100 metros. Por fin coronamos una de sus cimas, donde nos sorprende que, estando todo el volc¨¢n cubierto de un espeso manto de nieve y hielo, la cima est¨¢ deshaci¨¦ndose. La masa nivosa colaps¨¢ndose y aflorando las rocas del cr¨¢ter cimero. Toco las rocas y ?sorpresa? est¨¢n calientes. No cabe duda de que algo se cuece debajo...
La estad¨ªstica de este volc¨¢n dice que cada 10 a?os, como un reloj, explota, y ¨¦ste es el a?o que le toca. ??uf ??, qu¨¦ mal rollo nos da esto.
S¨®lo unos datos: el 10% de toda la lava de Islandia es de este volc¨¢n.
- Sus erupciones casi no se pueden predecir.
- De una m¨¢xima graduaci¨®n de 8, seg¨²n una escala en la que 8 cambiaria la faz de la Tierra, este volc¨¢n Hekla lo puede y lo ha hecho en grado 5.
- La nube que lanz¨® en el a?o 1947 alcanz¨® los 27 km de altura.
- En enero de este a?o 2010 han detectado los cient¨ªficos que la presi¨®n de la caldera est¨¢ en niveles que preceden a una fuerte erupci¨®n.
En fin, que s¨®lo de pensar en estos datos dan ganas de largarse de all¨ª corriendo, pero, fieles a nuestro programa, alcanzamos la cima y regresamos salvos a nuestro campo base solitario en las faldas del mismo.
Al d¨ªa siguiente, continuamos ruta hacia el siguiente objetivo: alcanzar los dos volcanes restantes, uno junto al otro, ambos escondidos debajo de cientos, miles de toneladas de nieve y hielo, pues los cr¨¢teres est¨¢n debajo de esta masa nivosa del glaciar.
Intentamos encontrar el rumbo, pero es casi imposible orientarse en mitad de estas violent¨ªsimas tormentas. De hecho nos perdemos en nuestro segundo d¨ªa, y tenemos que instalar el campamento en un lugar que no tenemos localizado. Hemos decidido marcar en nuestro GPS las coordenadas que calculamos en el mapa. Lo hacemos al estilo casero, pero no fallar¨¢. No existe otra manera de orientarse, pues estamos inmersos en una tormenta constantemente, y no hay casi visibilidad.
Las jornadas son dur¨ªsimas: 10 horas caminando, arrastrando el trineo de 35 kilos, o porteando todo el conjunto a la espalda, seg¨²n el terreno, y siempre con vientos de entre 50 y 90 kil¨®metros por hora. Llegamos a los campamentos extenuados y empapados de arriba a abajo y muertos de fr¨ªo. La comida no es gran cosa, hay que ahorrar peso. Es un triste liofilizado, y con eso a la cama. Bueno, quiero decir, al saco de dormir, encima de una colchoneta de un cent¨ªmetro, h¨²meda, donde el fr¨ªo te cala hasta los huesos. Pero seguimos avanzamos entre glaciares, monta?as, volcanes, nieve, hielo, aislamiento, fr¨ªo y mucho viento.
Un d¨ªa nos dijeron que la brecha desde donde emanaba lava cercana al volc¨¢n Eyjafjalla, hab¨ªa dejado de hacerlo, es decir, se apag¨®. Nos llevamos una desilusi¨®n pues el objetivo final era llegar hasta all¨ª y poner nuestro campamento lo m¨¢s cerca posible para filmar los r¨ªos de lava. Pero se hab¨ªa apagado, y s¨®lo nos quedaba conseguir el objetivo de unir los tres volcanes m¨¢s explosivos de Islandia.
Sin darle m¨¢s vueltas, proseguimos nuestra expedici¨®n, inmersos en vientos huracanados y sin apenas visibilidad, navegando con br¨²jula, mapa y GPS. Aunque parezca mentira, conseguimos encontrar el paso en este laberinto de posibilidades, y avanzamos a buen ritmo a pesar de que parec¨ªa que todo estaba en contra nuestra.
Por fin, el 14 de abril llegamos extenuados a un collado completamente nevado, donde decidimos poner el campamento. Han sido 20 kil¨®metros porteando muchos kilos en condiciones muy duras... nos merec¨ªamos un descanso.
Discutimos d¨®nde poner la tienda de campa?a; yo propongo un lugar y Emilio otro, dice que es mejor del otro lado del collado. Le hacemos caso porque es verdad ah¨ª que sopla menos el viento. Estamos instal¨¢ndola cuando, de repente, despeja por primera vez en toda la traves¨ªa y, en el cielo, aparecen las nubes m¨¢s extra?as que he visto en mi vida: una especie de coliflores gigantescas de 20.000 metros de altura de color oscuro, ?completamente amenazadoras!. Ram¨®n se queda petrificado y nos dice que ni de lejos esto es normal, que algo gordo est¨¢ pasando. Son nubes muy densas que corren a gran velocidad sentido norte - sur, y est¨¢n a tan solo 3 kil¨®metros de nosotros. Hacemos un c¨¢lculo r¨¢pido y somos conscientes que si el viento cambia 30 grados seremos succionados por esas mort¨ªferas nubes, el volc¨¢n est¨¢ a tan solo 18 kil¨®metros de nuestra posici¨®n.
Ahora s¨ª que estamos preocupados, nerviosos y tensos. Sin duda, la situaci¨®n empieza a ser dram¨¢tica. Estamos solos, a mucha distancia de que nos puedan ayudar por tierra, y por el aire parece dif¨ªcil por la fuerte tormenta que nos est¨¢ sacudiendo...
?Qu¨¦ hacemos? nos lo preguntamos una y otra vez, sin encontrar respuesta, se nos antoja casi imposible un rescate por aire en estas condiciones clim¨¢ticas y, sobre todo, a esta hora: las ocho de la tarde, ya anocheciendo... No lo pensamos m¨¢s, hay que llamar por el tel¨¦fono sat¨¦lite, pedir informaci¨®n y luego proceder.
Ram¨®n habla con su mujer en la capital de Islandia y nos pone al d¨ªa: ??el volc¨¢n ha estallado por su cr¨¢ter principal, debajo del glaciar, con miles de toneladas de hielo y nieve encima!! Lo est¨¢ derritiendo todo y ha provocado fuertes inundaciones y una columna continua de cenizas, piedras, polvo y gases de unos 20 kil¨®metros de altura. Nos dice que el pa¨ªs est¨¢ en alerta m¨¢xima, y nosotros en mitad del "sarao", sin enterarnos y sin que nadie sepa d¨®nde estamos, que es sin duda, el peor lugar en el que se puede estar en estos momentos...
R¨¢pidamente hacemos otra llamada de auxilio y se pone un operativo de emergencia en marcha para sacarnos de all¨ª. Se dan cuenta de lo delicada de nuestra situaci¨®n, y env¨ªan un helic¨®ptero a nuestro rescate. Es casi de noche y estamos siendo golpeados por una fuerte tormenta de nieve y viento y nos da la sensaci¨®n de que no podr¨¢ llegar aqu¨ª el helic¨®ptero que adem¨¢s tendr¨¢ que sortear las mort¨ªferas cenizas del volc¨¢n.
Pero ?sorpresa? consigue llegar hasta las coordenadas que les damos, y hacemos marcas con las mochilas en la nieve y encendemos las linternas frontales para que nos vean. El helic¨®ptero tiene que hacer unas peligrosas maniobras, pero consigue aterrizar en mitad del glaciar. Son las 21.15 h cuando lo hace.
El despegue es complicado y el aparato se mueve como una coctelera, pero el piloto sabe que, o nos sacan hoy, o no ser¨¢ posible en los pr¨®ximos d¨ªas por la fuerza de la borrasca... y es casi seguro que no sobrevivir¨ªamos en la posici¨®n en la que nos encontramos si el viento cambia y se mantiene la virulencia del volc¨¢n... Fue una suerte contar con la pericia de este piloto que se "moj¨®" de lo lindo para sacarnos.
Desde el helic¨®ptero vemos claramente las brutales columnas de humo y cenizas que ponen los pelos de punta. Tenemos la sensaci¨®n de que la Tierra se est¨¢ destruyendo, es devastador y a la vez, cautivador. Es la fuerza bruta de la naturaleza en su m¨¢xima expresi¨®n, y estamos ah¨ª, en el meollo del asunto... ?como espectadores de excepci¨®n!
Ahora estamos a salvo, en una base de helic¨®pteros, haciendo entrevistas, pues somos los ¨²nicos monta?eros en la zona rescatados por la cara sur, por la zona de los grandes glaciares donde se presupone que no hay nadie. ?Incluso nuestro caso ha salido en la CNN americana! En fin, que hemos sido noticia por este rescate al l¨ªmite.
Ahora estamos pensando en c¨®mo gestionar el estar metidos en el medio de esta erupci¨®n tan violenta, ya que no hay corresponsales, pues casi nadie se puede acercar hasta aqu¨ª. Las carreteras est¨¢n cortadas, destruidas y los pueblos evacuados, las granjas y campos anegados por los lodos que ha producido la fundici¨®n de parte del glaciar en pocas horas, y las alertas se suceden por todos lados.
Con este panorama, nos pensamos quedar una semana m¨¢s para filmar todo lo que est¨¢ sucediendo en torno a este fen¨®meno que hac¨ªa mucho tiempo que no se produc¨ªa y del que somos testigos excepcionales en primera l¨ªnea.
Queremos llegar de nuevo al volc¨¢n por la cara norte, a salvo de los gases y cenizas para filmar qu¨¦ ocurre. Tambi¨¦n llegar a la zona de las inundaciones por el derretimiento del glaciar, e intentar alcanzar, en la medida de lo posible, el cr¨¢ter, por la parte m¨¢s segura. Adem¨¢s contamos con el alquiler de un helic¨®ptero para ma?ana poder acercarnos al m¨¢ximo a la erupci¨®n.
En fin, vamos a contaros al detalle todo lo que est¨¢ ocurriendo y lo haremos con todo lujo de detalles, y ya sab¨¦is que "nos mojamos de verdad"! Adem¨¢s, est¨¢n cortados todos los vuelos y aqu¨ª nos quedaremos hasta que podamos salir, pero haremos lo imposible mi c¨¢mara y amigo Emilio Vald¨¦s, Ram¨®n Larramendi y yo, por filmar lo extremo de este acontecimiento.
Amigos, os seguiremos informando desde aqu¨ª, a pocos kil¨®metros de este gigante volc¨¢nico que ha despertado y del que, si hay suerte, llegaremos a estar a s¨®lo metros de distancia de su cr¨¢ter desde el helic¨®ptero, si conseguimos volar en estas dram¨¢ticas condiciones...
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