El constitucional derecho a portar armas
Los defensores de la tenencia de armas de fuego se manifiestan el mismo d¨ªa del aniversario del atentado de Oklahoma, donde murieron 168 personas
Dice que "siempre existen amenazas"; que "uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde [en referencia a la segunda enmienda]"; y que "las armas no matan, matan las personas". Lo dice Sam Waterson y lo dicen otros cientos que como ¨¦l se concentran a estas horas en un parque de Alexandria (norte de Virginia, a tiro de rifle con mira telesc¨®pica del Capitolio de Washington). Los defensores de la tenencia de armas de fuego han elegido el d¨ªa de hoy para manifestarse y reclamar su derecho constitucional a tenerlas.
La fecha no podr¨ªa ser m¨¢s simb¨®lica -aunque ellos lo niegan y remitan la elecci¨®n de la jornada al aniversario de las batallas de Concord y Lexington que iniciaron la guerra de Independencia-. Hace 15 a?os, Timothy McVeigh detonaba una bomba frente a un edifico federal en la ciudad de Oklahoma. En el atentado murieron 168 personas y se convirti¨® por aquel entonces en el peor ataque terrorista cometido en Estados Unidos.
McVeigh est¨¢ muerto, fue declarado culpable y ejecutado en junio de 2001 por inyecci¨®n letal. Dos a?os antes de Oklahoma, el 19 de abril de 1993, agentes federales asaltaban el rancho de los Davidianos de Waco (Tejas) tras 51 d¨ªas de resistencia armada. El resultado fue 66 personas muertas y el peor esc¨¢ndalo en la historia del FBI.
Quienes ahora se manifiestan en Gravelly Point (Virginia, lugar desde donde se ve a la perfecci¨®n el despegue y aterrizaje de los aviones que salen y entran en el aeropuerto Reagan de Washington) creen que la presidencia de Barack Obama -primer presidente negro del pa¨ªs- amenaza su derecho reconocido en la Segunda Enmienda -derecho que tiene otras lecturas, seg¨²n algunos juristas, incluido el saliente juez del Supremo John Paul Stevens-. "Siendo una milicia bien preparada necesaria para la seguridad de un Estado libre, no se vulnerar¨¢ el derecho de los ciudadanos a poseer y portar armas"... Eso dice la Segunda Enmienda y los partidarios de cargar un arma al cinto lo consideran un derecho fundamental recogido en la Constituci¨®n americana.
La Marcha por la Segunda Enmienda concentra en Washington a ciudadanos enfadados con la pol¨ªtica de la Administraci¨®n dem¨®crata que a su pesar tuvieron que congregarse desarmados ya que las leyes del Distrito de Columbia no permiten la exhibici¨®n p¨²blica de armas de fuego. Diferente es lo que se observaba en el Parque Nacional de Fort Hunt, donde decenas de personas -mujeres y hombres- cargaban rifles o rev¨®lveres -enfundados y descargados, eso s¨ª, por seguridad- en su acto de protesta. Seg¨²n cifras oficiales, unos 60 millones de estadounidenses (poblaci¨®n total de m¨¢s de 305 millones) poseen m¨¢s de 200 millones de armas de fuego, lo que supone el mayor arsenal del mundo en manos privadas.
"No somos extremistas, s¨®lo queremos contar con el derecho a protegernos y proteger nuestro pa¨ªs", dice Waterson. Y lo dice cuando existe un resurgir de las milicias ciudadanas que pretenden atentar contra el Gobierno Federal y en un ambiente pol¨ªtico en el que crece el miedo a lo extranjero justificado en la grave crisis econ¨®mica que golpea a Estados Unidos.
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