El Ej¨¦rcito tailand¨¦s declara "zona de fuego" el centro de Bangkok
La escalada de la violencia deja m¨¢s una veintena de muertos en tres d¨ªas.- EE UU evac¨²a a parte del personal de su embajada
Bangkok se ha convertido en un campo de batalla. El Ej¨¦rcito tailand¨¦s ha establecido este s¨¢bado una "zona de fuego" en un barrio del centro de la capital y ha vuelto a disparar contra los camisas rojas, que piden la dimisi¨®n del Gobierno. Los enfrentamientos, que han llevado el caos al centro de la capital , han dejado en los ¨²ltimos tres d¨ªas m¨¢s de una veintena de muertos, todos civiles, en el pa¨ªs asi¨¢tico, que vive bajo el fantasma de una guerra civil. El ¨²ltimo, este domingo por la ma?ana, cuando francotiradores del Ej¨¦rcito abatieron de un tiro a un manifestante en la avenida Rama IV. Horas antes, el primer ministro tailand¨¦s, Abhisit Vejjajiva, aseguraba que su Gobierno se est¨¢ planteando imponer el toque de queda en Bangkok, algo que podr¨ªa ser efectivo a partir de hoy en algunas zonas de la capital.
"Los tailandeses siempre han sonre¨ªdo". La frase del v¨ªdeo publicitario proyectado en el avi¨®n que se dirige a Bangkok resuena con iron¨ªa en la cabina medio vac¨ªa. Tailandia, sumida en la inestabilidad por una grave crisis pol¨ªtica desde marzo pasado, no sonr¨ªe desde hace semanas. Mientras, Estados Unidos ha evacuado a parte de su personal diplom¨¢tico en Bangkok.
El Ej¨¦rcito ha anunciado que se est¨¢ reforzando para lanzar una acci¨®n contundente con el objetivo de aplastar al frente antigubernamental. "No vamos a dar marcha atr¨¢s y permitir que aquellos que transgreden la ley y han creado una milicia armada intimiden al Gobierno", ha dicho el primer ministro, Abhisit Vejjajiva, en sus primeras declaraciones desde el jueves pasado, cuando el Ej¨¦rcito comenz¨® a aislar el campamento fortificado de los manifestantes, que se extiende a lo largo de varios kil¨®metros en el barrio m¨¢s comercial de la ciudad. Desde que comenzaron las protestas, el 12 de marzo, han muerto 51 personas y han resultado heridas cerca de 1.600. Un fot¨®grafo tailand¨¦s ha resultado alcanzado este s¨¢bado por un disparo en una pierna. Es el cuarto periodista herido en dos d¨ªas.
Durante el d¨ªa se han reproducido las batallas campales en las calles que conducen al campamento. Disparos y explosiones han sonado en diferentes lugares de la ciudad. Los rojos arrojan c¨®cteles molotov y piedras, disparan con tirachinas, atacan con cohetes de fuegos artificiales e incendian neum¨¢ticos. Los soldados responden con balas de goma y fuego real.
El Gobierno ha asegurado que soldados y polic¨ªas fueron atacados con granadas M-79 en numerosas ocasiones a lo largo de la noche del viernes. Sin embargo, algunos testigos han se?alado que el combate est¨¢ siendo muy desigual, ya que los soldados van armados con rifles autom¨¢ticos. Los militares est¨¢n autorizados a disparar si los rojos se acercan a menos de 36 metros, seg¨²n ha dicho un portavoz del Ej¨¦rcito. "La situaci¨®n es casi de guerra civil. No estoy seguro de c¨®mo acabar¨¢ todo", ha indicado Jatuporn Prompan, uno de los l¨ªderes de los manifestantes.
Para el primer ministro, cuya dimisi¨®n piden los camisas rojas porque aseguran que lleg¨® al poder de forma ileg¨ªtima, el fin est¨¢ claro: los manifestantes deben desalojar la zona en la que viven desde hace semanas. Son miles de personas, entre ellas mujeres y ni?os, gran parte de ellos habitantes pobres de las zonas rurales. El Ej¨¦rcito ha advertido que asaltar¨¢ el enclave si no es desalojado, pero no ha dado fecha.
En la ciudad hay miedo. Muchos taxistas no quieren llevar a los clientes a los hoteles situados en el distrito financiero de la calle Silom, que bordea la fortaleza roja. Otros lo hacen resignados porque no tienen negocio. Muchos residentes de la zona se han visto obligados a irse de sus viviendas. El Gobierno ha asegurado que restaurar¨¢ el orden "en los pr¨®ximos d¨ªas".
Los analistas dudan que la estrategia del Ej¨¦rcito, que puede acabar en un ba?o de sangre, vaya a ser muy efectiva. Mientras, la crisis pol¨ªtica ha paralizado Bangkok y supone una amenaza para la segunda econom¨ªa del sureste asi¨¢tico, que est¨¢ sufriendo una ca¨ªda en picado del n¨²mero de turistas . Las protestas tambi¨¦n est¨¢n espantando a muchos inversores, que llegaron con la promesa de ganar dinero en una atractiva econom¨ªa emergente.
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