Jerusal¨¦n se ti?e de negro
Miles de ultraortodoxos protestan contra una decisi¨®n judicial que obliga a que alumnas jud¨ªas de origen europeo compartan clase con jud¨ªas de origen ¨¢rabe
Decenas de miles de jud¨ªos ultraortodoxos han tomado las calles de Jerusal¨¦n para protestar por una decisi¨®n judicial que obliga a decenas de padres a que sus hijas, jud¨ªas de origen europeo estudien junto las alumnas jud¨ªas de origen ¨¢rabe. Los haredim, como se conoce a los jud¨ªos ultraortodoxos consideran el dictamen una intromisi¨®n inaceptable en los asuntos educativos de su comunidad.
El Tribunal Superior de Justicia emiti¨® ayer ¨®rdenes para encarcelar durante dos semanas a los progenitores -seguidores de la secta has¨ªdica Slonim- que se niegan a que sus hijas compartan pupitre con las de otro origen en la escuela de Beit Yakov, en la colonia de Emanuel, en la Cisjordania ocupada, al considerar que su cumplimiento de las leyes de la Tor¨¢ (Pentateuco) no es suficientemente puro y estricto, informa Efe. Las alumnas de ambas comunidades estudiaban en la escuela de la colonia jud¨ªa en aulas separadas, jugaban en un patio dividido en dos por un muro y ten¨ªan horarios de recreo y puertas de entrada distintos.
D¨ªa libre en las escuelas talm¨²dicas
La marea negra de hombres vestidos con traje de chaqueta y sombrero comenz¨® a recorrer las calles de Jerusal¨¦n a primera hora de la tarde. En torno a las cinco, se concentraban a las puertas de la comisar¨ªa a la que deb¨ªan llegar los padres que se niegan a acatar la sentencia judicial. Unos manifestantes cantaban y bailaban, otros rezaban y los m¨¢s ¨¢giles observaban la multitud subidos a los ¨¢rboles.
Los rabinos les hab¨ªan dado el d¨ªa libre en las yeshivas (escuela talm¨²dica) y les hab¨ªan invitado a participar en este pulso al Estado. "Yo he venido para demostrar al mundo que [los haredim] estamos unidos, que somos fuertes y que no nos van a parar", sentencia Yoshua Yoel, alumno de una escuela de 25 a?os. Hasta 10.000 polic¨ªas repartidos por toda la ciudad vigilaban bajo un sol abrasador la marcha.
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