Obama y Medv¨¦dev sustituyen el tel¨¦fono rojo por Twitter
El presidente ruso visita Silicon Valley y muestra su sinton¨ªa con Obama compartiendo almuerzo en Washington
Adi¨®s al tel¨¦fono rojo. Barack Obama y Dimitri Medv¨¦dev han decidido sustituirlo por Twitter. El viejo instrumento, mitad realidad mitad ficci¨®n, que conectaba directamente a la Casa Blanca y al Kremlin en los sombr¨ªos a?os de la Guerra Fr¨ªa para contener in extremis el estallido de un conflicto, ha dado paso al mucho m¨¢s festivo y transparente nuevo medio de comunicaci¨®n descubierto por el presidente ruso en su gira por el Silicon Valley.
Medv¨¦dev se interes¨® por los secretos del iPad, del iPhone 4 y otros instrumentos surgidos de la creatividad de Apple, se entrevist¨® con cerebros de la universidad de Stanford, conoci¨® las peculiaridades del modelo empresarial de Google en Cupertino y aprovech¨® su visita a Twitter para abrir su nueva cuenta @KremlinRussia. Obama, que tiene la suya desde hace tiempo, le invit¨® a utilizar a partir de ahora este sistema para profundizar su relaci¨®n.
Medv¨¦dev discuti¨®, por supuesto, con Obama y con sus principales asesores asuntos relevantes de la actualidad internacional. Pero el inter¨¦s despertado por su estreno en Twitter, adem¨¢s de una prueba de la influencia alcanzada por las redes sociales y los nuevos veh¨ªculos de comunicaci¨®n, es un indicador de que, en lo que respecta a la pol¨ªtica, las relaciones entre Estados Unidos y Rusia van como la seda. "Hemos hecho progresos que hubieran sido impensables hace solo 17 meses", cuando Obama asumi¨® el cargo, dijo el presidente estadounidense.
Desaparecido el escudo antimisiles europeo, firmado el nuevo START para la reducci¨®n de armas at¨®micas, aprobadas las sanciones a Ir¨¢n y coordinados los esfuerzos ante otras crisis, como la de Corea del Norte, Obama y Medv¨¦dev certificaron la amistad que les une -el ¨¦xito de la "reprogramaci¨®n", como se ha dado en llamar a este proceso- y su voluntad de extender esa colaboraci¨®n a las inminentes reuniones del G-8 y del G-20, que comienzan hoy en Toronto.
Tanta es la cordialidad y la simplicidad de su agenda, que los l¨ªderes tuvieron tiempo de salir de la Casa Blanca para ir a comer a la hamburgueser¨ªa preferida de Obama, un modesto local llamado Ray,s Hell que est¨¢ a rebosar desde que se supo la predilecci¨®n del presidente. Compartieron el paquete de patatas fritas. Pag¨® Obama.
A falta de discrepancias pol¨ªtica rese?ables, tanto Obama como Medv¨¦dev quisieron destacar las enormes posibilidades futuras que pueden tener las relaciones ruso-norteamericanas en otros campos. "Las relaciones entre nuestros dos pa¨ªses no pueden quedarse en los asuntos de la Guerra Fr¨ªa", dijo el presidente norteamericano, "no pueden reducirse al tema del control de armamentos, deben ampliarse al comercio, al intercambio, a la promoci¨®n de energ¨ªas limpias, a los asuntos que permitan m¨¢s prosperidad".
La visita de Medv¨¦dev a California no est¨¢ motivada solo por la curiosidad de conocer de cerca los nuevos artilugios que cautivan al mundo. El presidente ruso est¨¢ personalmente interesado en desarrollar la industria tecnol¨®gica en su pa¨ªs y est¨¢ impulsando una versi¨®n rusa del Silicon Valley, un proyecto en la ciudad de Skolkovo para el que busca asesoramiento y dinero de los grandes gigantes tecnol¨®gicos norteamericanos. En el consejo de asesores de Skolkovo se sientan, entre empresarios e investigadores rusos, el consejero delegado de Google, Eric Schmidt, y el presidente de Cisco Systems, John Chambers, quien ha aprovechado la visita de Medvedev para anunciar la inversi¨®n de mil millones de d¨®lares en Rusia.
Medv¨¦dev y Obama hablaron de estos y otros potenciales mercados con miembros de las c¨¢maras de comercio de ambos pa¨ªses. Las posibilidades, en efecto, son gigantescas, pero las dificultades tambi¨¦n. Los inversores norteamericanos saben que el Estado mantiene una fuerte conexi¨®n con los negocios en Rusia y que no siempre garantiza la seguridad jur¨ªdica y la libertad de movimientos que se requieren para el ¨¦xito empresarial. "Hay cosas que deben de cambiar en el ¨¢mbito de los negocios", reconoci¨® Medv¨¦dev.
Ese ser¨¢, con toda probabilidad, un tema de fricci¨®n en el futuro. Pero, pese a toda la cordialidad, hay otras discrepancias en estos momentos. Obama reconoci¨® que Georgia, el pa¨ªs que Rusia invadi¨® hace dos veranos, es uno de ellos. El comercio es otro. Estados Unidos se queja de los est¨¢ndares comerciales impuestos por el Gobierno ruso, que bloqueaban, por ejemplo, el acceso de pollos norteamericanos. Hoy hubo avances en ese terreno y Obama dijo que apoyar¨ªa la entrada de Rusia en la Organizaci¨®n Mundial de Comercio.
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