Un Barroso satisfecho con la evoluci¨®n de la UE alerta sobre los riesgos del racismo

Jos¨¦ Manuel Durao Barroso, presidente de la Comisi¨®n Europea, ha estrenado esta ma?ana el primer discurso sobre el estado de la Uni¨®n que se pronuncia ante el Parlamento Europeo con una intervenci¨®n autosatisfactoria en la que m¨¢s que abordar las cuestiones que han llevado a la UE a una desafecci¨®n popular de gran calado (m¨¢s de la mitad de los europeos no ven valor para sus pa¨ªses en la pertenencia al club) ha preferido hablar de lo que se va a hacer. Barroso ha subrayado que la situaci¨®n econ¨®mica es mejor que hace un a?o y que el crecimiento ser¨¢ superior a lo esperado. Al tiempo que reclamaba una mayor presencia de la UE en la escena intencional, incluida una pol¨ªtica de defensa com¨²n, Barroso ha subrayado en alusi¨®n a la crisis de los gitanos en Francia: "En Europa no hay lugar para el racismo y la xenofobia. Hago un serio llamamiento a no despertar los fantasmas del pasado".

La intervenci¨®n, presentada con ambiciosos ecos de la que el presidente de Estado Unidos realiza en el Capitolio, ha estado precedida de un pol¨¦mico plan de multar a los europarlamentarios que no acudieran a la ocasi¨®n en Estrasburgo. La idea ha sido finalmente repudiada antes de que comenzara el debate, seguido luego por una c¨¢mara pr¨¢cticamente al completo.

Barroso ha dividido su discurso en cinco grandes cap¨ªtulos, en los que ha incluido desde la situaci¨®n econ¨®mica (que mejora y que sigue reclamando mayor coordinaci¨®n e intervenci¨®n europeas) al papel de la UE en la escena internacional (que requiere m¨¢s trabajo al un¨ªsono en vez de estar presente con 27 diferentes voces) pasando por la necesidad de recuperar el empleo y la competitividad de la empresas, potenciar la Europa de los valores y de las libertades y aquilatar los presupuestos a tiempos de crisis (unir esfuerzos o crear un bonos europeos para financiar proyectos de infraestructura continental).

En cuestiones candentes, como la crisis de los gitanos, he recordado que "los Gobiernos deben respetar los derechos humanos, incluidos los de las minor¨ªas. En Europa no hay lugar para el racismo y la xenofobia". Inmediatamente ha alertado de los peligros: "Hago un serio llamamiento a no despertar los fantasmas del pasado".

En la r¨¦plica, los diferentes grupos, excepci¨®n hecho de sus correligionarios del Partido Popular Europeo, han criticado lo blando de su discurso tecnocr¨¢tico y en relaci¨®n con los gitanos le han reprochado que no haya aludido expresamente a Francia y Nicolas Sarkozy. ?l les ha respondido que ahora a todo el mundo se le llena la boca con los gitanos, pero que a principios de a?os (en C¨®rdoba, en abril) hubo una gran reuni¨®n sobre este grupo "y s¨®lo asistieron dos o tres ministros europeos".

Optimistamente ha apuntado Barroso que el servicio diplom¨¢tico europeo en ciernes har¨¢ que la Uni¨®n tenga mayor influencia en el mundo. "Pero no nos hagamos ilusiones: no tendremos el peso que necesitamos en el mundo sin una pol¨ªtica de defensa com¨²n. Ha llegado la hora de abordar esta cuesti¨®n", ha subrayado, sin ir m¨¢s all¨¢. En ese rengl¨®n, ha habido dolidas referencias desde distintos frentes al estruendoso fracaso de la UE en las negociaciones sobre el cambio clim¨¢tico de Copenhague o a su ausencia de las conversacines de paz sobre Oriente Pr¨®ximo, pese a ser el primer contribuyente financiero al sostenimiento de Palestina.