Sarkozy refuerza el perfil conservador de su Gobierno tras la reforma
El presidente mantiene a los pesos pesados a excepci¨®n de Exteriores y Defensa
Tras hacerle dimitir el s¨¢bado por la noche y nombrarle de nuevo este domingo por ma?ana, en una ceremonia protocolaria y un vaiv¨¦n palaciego nunca vistos en los ¨²ltimos a?os en Francia, Nicolas Sarkozy ha elegido como primer ministro al mismo Fran?ois Fillon que le ha acompa?ado desde 2007. No habr¨¢, pues, ning¨²n gui?o al centro aupando al ex ministro de Ecolog¨ªa, Jean-Louis Borloo, que tras ser descartado, no ha querido formar parte del nuevo Gobierno para, seg¨²n ha dicho, "recuperar la libertad de proposici¨®n y de palabra".
Sarkozy, por tanto, juega, de cara a las elecciones de 2012, para las que quedan 18 meses y para las que arranca lastrado con una tasa de popularidad muy baja, las bazas de la continuidad y la estabilidad al apoyarse (otra vez) en un pol¨ªtico popular, s¨®lido, de derechas, sin mucho carisma pero campe¨®n del rigor presupuestario y proclive a enjugar el d¨¦ficit a toda costa. El cambio de Gobierno, anunciado por Sarkozy con una antelaci¨®n inaudita hace cinco meses y producido este domingo horas despu¨¦s del nombramiento de Fillon, tampoco ha significado una revoluci¨®n en el Ejecutivo.
Hay puestos claves, como Econom¨ªa, Interior, Educaci¨®n o Cultura, que mantienen su titular. Eso s¨ª, no habr¨¢ concesiones a la izquierda. Por ejemplo: Bernard Kouchner, el anterior ministro de Asuntos Exteriores, ex presidente de M¨¦dicos de Fronteras y ex ministro socialista, deja su puesto a la que hasta ahora era ministra de Justicia, la neogaullista Mich¨¨lle Alliot-Marie. De la cartera de Justicia se encargar¨¢ el centrista Michel Mercier, nuevo en el Gobierno, y de la de Defensa lo har¨¢ Alain Jupp¨¦, ex primer ministro de Jacques Chirac.
"Tanta historia para esto", ha resumido, algo ir¨®nicamente, el presidente del grupo socialista en la Asamblea Nacional francesa, Jean-Marc Ayrault. "Esto quiere decir que va a continuar la misma pol¨ªtica", ha a?adido. "Tras cinco meses de suspense, Sarkozy elige a Sarkozy", ha agregado el senador socialista Pierre Assouline.
Tal vez Fillon no era la opci¨®n de Sarkozy en junio, pero el primer ministro, de 53 a?os, cuatro veces ministro, quien se define procedente del "gaullismo social", que arranc¨® en su puesto actual ninguneado por un presidente de la Rep¨²blica hiperactivo que le calific¨® como de simple "colaborador"; se ha convertido, tres a?os y medio despu¨¦s, en alguien indispensable, dada la autoridad que ejerce en los diputados de la Uni¨®n por un Movimiento Popular (UMP), su tir¨®n popular en la Francia de derechas que no vive en grandes ciudades y que desconf¨ªa de los excesos medi¨¢ticos y fren¨¦ticos de Sarkozy.
Los dos son muy distintos: Sarkozy es voluble, hiperactivo, aparentemente nervioso, amante de salir continuamente en los peri¨®dicos, algo dado al exhibicionismo; Fillon es m¨¢s serio, m¨¢s sobrio, m¨¢s soso, menos brillante, m¨¢s partidario de llevar la ortodoxia econ¨®mica del d¨¦ficit hasta el final. Solo se le ha visto emocionarse una vez en estos ¨²ltimos a?os: el d¨ªa en que rindi¨® un homenaje p¨²blico a su maestro pol¨ªtico, el ex ministro y ex presidente de la Asamblea Nacional, Philippe S¨¦guin, muerto el 7 de enero.
Durante estos tres a?os y medio se ha encargado de dar siempre las malas noticias, como los recortes presupuestarios y de acudir corriendo disfrazado de bombero a sacar al Gobierno (o a alg¨²n ministro) de alg¨²n agujero, como el controvertido y pol¨¦mico debate de la Identidad Nacional. Durante la deportaci¨®n de gitanos rumanos de este verano se mantuvo prudentemente al margen, lo que fue criticado por alg¨²n miembro del Gobierno.
Desde junio de 2008, comenz¨® a superar al propio Sarkozy en los sondeos. Su ausencia de la parrilla medi¨¢tica y su perfil de pol¨ªtico sobrio que apelaba al rigor y al ahorro encajaban m¨¢s en tiempos de crisis a ojos de los franceses que el omnipresente Sarkozy.
En septiembre de 2010, en una entrevista de televisi¨®n, por primera vez, se distanci¨® de Sarkozy al afirmar lo siguiente: "?l no es mi mentor. Colaboramos juntos". La frase son¨® demasiado a una peque?a venganza. Se dio por sentado que dejar¨ªa el Gobierno.
Finalmente, no ha sido as¨ª. En un comunicado, el reforzado Fillon ha asegurado que se compromete "con determinaci¨®n en esta nueva etapa que debe permitir a Francia reforzar su crecimiento econ¨®mico, promover el empleo y asegurar su seguridad".
Hace diez d¨ªas, el primer ministro dio un discurso que m¨¢s de uno juzg¨® ya premonitorio, que le devolvi¨® a las quinielas y que puede servir de gu¨ªa para el nuevo Gobierno nacido hoy: "Creo en la continuidad de nuestra pol¨ªtica reformista, y no ganamos nada cambiando de t¨¢ctica".
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