Chile pidi¨® ayuda al espionaje de EE UU frente a los mapuches
El Gobierno sospechaba de contactos entre los ind¨ªgenas y el terrorismo internacional .- La Embajada estadounidense no ve¨ªa al movimiento mapuche como una amenaza seria
Edmundo P¨¦rez Yoma, ministro del Interior del ¨²ltimo Gobierno de Michelle Bachelet, transmiti¨® a Estados Unidos su preocupaci¨®n por el "problema mapuche" y le pidi¨® apoyo "de inteligencia" para seguir de cerca su posible radicalizaci¨®n, sus eventuales contactos con grupos terroristas extranjeros, como las FARC colombianas o ETA, y para "seguir el dinero" que les pudiera llegar.
La conversaci¨®n se produjo en 2008, a poco de tomar posesi¨®n el ministro, y cuando ya se hab¨ªan registrado algunos incidentes entre grupos mapuches, fuerzas del orden, propietarios de tierras reclamadas por la comunidad ind¨ªgena y empresas espa?olas, como Endesa, implicadas en la construcci¨®n de presas hidroel¨¦ctricas en territorio mapuche. "El consejero legal le explica que el FBI ya est¨¢ coordinado con los Carabineros para ayudarles a localizar la llegada de esos posibles contactos", asegura un telegrama de la embajada.
"El candidato Pi?era ha declarado que la Araucaria arde en llamas", asegura uno de los cables
Los sucesivos despachos enviados a Washington, a lo largo de 2008 y 2009, indican, sin embargo, que todas las investigaciones les llevaron a la misma conclusi¨®n: la comunidad mapuche es abrumadoramente no violenta; "el problema ha sido magnificado por los medios"; quienes alegan que existen lazos entre los mapuches y organizaciones terroristas extranjeras "no han proporcionado pruebas de ello" y "los expertos del Gobierno califican esos contactos de mero 'turismo de guerrilla".
Aunque no es posible saber exactamente el n¨²mero de mapuches entre la poblaci¨®n chilena (el censo de 1992 hablaba de 932.000 y el de 2002, sorprendentemente, de solo 604.000), la mayor¨ªa de las ONG que trabajan en el pa¨ªs manejan cifras que oscilan en torno al mill¨®n de personas (entre el 5% y el 6% de la poblaci¨®n total).
Un detallado informe escrito en oto?o de 2009, tras un viaje de varios d¨ªas por el territorio en conflicto (que coincide con la muerte de un joven activista mapuche a manos de la polic¨ªa chilena), recoge la opini¨®n, bastante ir¨®nica, de los diplom¨¢ticos estadounidenses: "Un eventual observador de la cobertura informativa de la actualidad chilena podr¨ªa pensar que violentos activistas mapuches, relacionados con las FARC y ETA, matan cada semana a inocentes civiles", se mofan. "El candidato presidencial de la oposici¨®n, Sebasti¨¢n Pi?era, ha declarado que la Araucaria arde en llamas. Los principales peri¨®dicos chilenos, que son generalmente conservadores, publican muy a menudo en primera p¨¢gina reportajes sobre este conflicto". Los diplom¨¢ticos ocultan a duras penas su indignaci¨®n: "La destrucci¨®n de propiedades, que supone la inmensa mayor¨ªa de las acciones ilegales de los mapuches, se presenta frecuentemente a todo color con descarados titulares y a veces una cobertura muy superior a la que se da a cr¨ªmenes mucho m¨¢s graves cometidos por chilenos no ind¨ªgenas".
Reproches a todas las partes
"Hay mucho que reprochar a todas las partes en este conflicto", informa el embajador Paul E. Simons. "Las comunidades mapuches est¨¢n desorganizadas, son incoherentes y presentan demandas que van desde lo l¨®gico a lo fantasioso (...) Por el otro lado, los sucesivos Gobiernos de la Concertaci¨®n han desarrollado una pol¨ªtica ind¨ªgena chapucera, a la que se concede poca importancia y que es incapaz de establecer y alcanzar objetivos realistas", explica.
Las protestas de las comunidades mapuches, que reclaman desde hace d¨¦cadas las tierras de las que fueron expulsados a lo largo de la historia por sucesivos Gobiernos chilenos, para entregarlas o venderlas a agricultores individuales o empresas, obtuvieron alguna respuesta en los a?os sesenta y setenta, pero con la llegada de la dictadura de Pinochet fueron, de nuevo, aplastadas. El primer Gobierno democr¨¢tico de Patricio Alwyn, explica otro telegrama estadounidense, aprob¨® una nueva ley para devolver algunas tierras a las comunidades ind¨ªgenas, "pero la situaci¨®n progres¨® muy poco en los siguientes 16 a?os, contribuyendo a la visi¨®n mapuche de que el Estado chileno lleva 100 a?os rompiendo las promesas que les hacen".
Las quejas fueron aumentando en los ¨²ltimos a?os, especialmente cuando las autoridades chilenas, agobiadas por la carencia de energ¨ªa suficiente como para sustentar su creciente desarrollo econ¨®mico, decidieron poner en marcha un plan de producci¨®n de energ¨ªa hidroel¨¦ctrica y encargaron, entre otras a la empresa espa?ola Endesa, la construcci¨®n de nuevas presas, alguna de ellas en territorio ancestral mapuche. A partir de ese momento, se renovaron los incidentes, especialmente los casos de "vandalismo y destrucci¨®n de la propiedad", informa otro telegrama. "Aunque preocupantes e ilegales", asegura Simons, "esos ataques son espor¨¢dicos y claramente dirigidos contra propiedades y no contra personas". El telegrama recoge la queja de organizaciones humanitarias, escandalizadas por que se aplique a los mapuches una controvertida ley antiterrorista de le ¨¦poca de Pinochet.
Relaciones complejas
La embajada constata que las relaciones entre los mapuches y el Estado chileno son complejas y conflictivas, pero mayoritariamente "no violentas". "Aunque la mayor¨ªa de los chilenos asocia los mapuches a las ¨¢reas rurales de la Araucaria y regiones vecinas, la realidad es que el 70% de los mapuches vive en ¨¢reas urbanas. Santiago alberga m¨¢s mapuches que ninguna otra regi¨®n", explica Simons. Seg¨²n la informaci¨®n que asegura que le ha proporcionado el subsecretario del Interior, Patricio Rosende, 27 de las 2.100 comunidades mapuches del pa¨ªs est¨¢n realmente en conflicto con el Gobierno chileno o con los propietarios de la tierra, y de esos 27 casos, solo en ocho se han registrado acciones violentas. De hecho, recuerda el embajador norteamericano, en los ¨²ltimos 10 a?os de conflictos ha habido tres muertos, todos ellos j¨®venes activistas mapuches.
El embajador reproduce tambi¨¦n conversaciones mantenidas tanto con Rosende como con el jefe de la Unidad de Cooperaci¨®n Internacional de la Fiscal¨ªa Nacional chilena, Jorge Chocair, que minimizan las relaciones de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), grupo ind¨ªgena vinculado a algunos hechos violentos, con grupos terroristas internacionales como las FARC o ETA. "Es cierto que algunos miembros de la CAM han viajado a Colombia, a Espa?a y al sur de M¨¦xico y que pueden, incluso, haber participado en alg¨²n tipo de entrenamiento. Unos pocos representantes de Askapena, brazo pol¨ªtico de ETA, visitaron en agosto de 2009 algunas comunidades mapuches. Sin embargo, tanto Rosende como Chocair caracterizan esas relaciones con "informales e infrecuentes", asegura Simons. Chocair en concreto le dice al embajador que se trata de "turismo de guerrilla".
El ¨²ltimo telegrama disponible, de octubre de 2009, informa de tres nuevos ataques en la regi¨®n de la Araucania pero sigue calificando el tema de conflicto de "bajo nivel". La subsecretaria de Carabineros, Javiera Blanco, les asegura, adem¨¢s, que no cree necesario el env¨ªo de m¨¢s polic¨ªas a la regi¨®n. "El secretario general de la Presidencia, Jos¨¦ Viera-Gallo, tiene raz¨®n cuando afirma que el imperio de la ley en la regi¨®n est¨¢ perfectamente asegurado y que esos ataques, aunque preocupantes e ilegales, siguen siendo espor¨¢dicos y contra propiedades, no contra personas", insiste la embajada.
Puedes contactar en Eskup con la autora de esta informaci¨®n, Soledad Gallego-D¨ªaz | Comenta esta noticia en la red social de EL PA?S | La mayor filtraci¨®n de la historia | Preguntas y respuestas | Ir al especial
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