El caldo de la reconciliaci¨®n nacional
La sopa tunecina de siglas partidistas es hoy bastante m¨¢s espesa que la que se cocin¨® en el Pacto Nacional de 1988. Por aquel entonces acad¨¦micos y estadistas encontraron un sabor democr¨¢tico al caldo resultante, cuando todav¨ªa estaba humeante. En cuanto el guiso se templ¨®, all¨¢ por el a?o 1991, supo sin embargo a sopa fr¨ªa. La misma que han tenido que tragarse durante dos d¨¦cadas los ciudadanos de T¨²nez. Y castigado -no precisamente sin cenar- el que no lo hiciera.
Descabezado el r¨¦gimen benalista, el fin de semana pasado llegaba el momento de abrir la negociaci¨®n entre las ¨¦lites pol¨ªticas tunecinas para cocinar una nueva receta. La persistencia de la revoluci¨®n en la calle y la inestabilidad del reci¨¦n formado ejecutivo interino ponen hoy de manifiesto que el guiso de la reconciliaci¨®n puede convertirse en un desaguisado. El menaje que se est¨¢ empleando, los ingredientes seleccionados, la manera de tratarlos y la forma de servir el resultado no est¨¢n siendo, de hecho, los m¨¢s adecuados.
Menaje. El recipiente de cocci¨®n tiene el fondo ya requemado. Garantizar la posici¨®n de poder de la Asamblea Constitucional Democr¨¢tica (RCD) en el gobierno interino es una estrategia que parece primar sobre la de la promoci¨®n de un verdadero cambio democr¨¢tico. No debe extra?ar, por lo tanto, que los primeros vapores emanados de esta olla huelan ya a chamusquina.
Ingredientes. No se est¨¢n empleando todos los necesarios, y los que se emplean no se utilizan de forma oportuna. No tiene l¨®gica alguna que el partido del ex-Presidente hegemonice las negociaciones, mientras se quedan fuera de las mismas los partidos parlamentarios que hasta hace unos d¨ªas se sometieron disciplinariamente a mantener con ¨¦l un "di¨¢logo constructivo": Movimiento de Dem¨®cratas Socialistas (MDS), Partido de los Verdes por el Progreso (PVP), Uni¨®n Democr¨¢tica Unionista (UDU), Partido de la Uni¨®n Popular (PUP) y Partido Social Liberal (PSLD). S¨ª se ha llamado en cambio a formar gobierno a los partidos grises, cr¨ªticos con el r¨¦gimen aunque sometidos en el fondo a sus reglas de juego. ?stos son el partido parlamentario Ettajdid y los partidos legales pero extra-parlamentarios Foro Democr¨¢tico del Trabajo y las Libertades (FDTL) y Partido Democr¨¢tico del Progreso (PDP). El primero, de corte socialista anti-islamista. Los otros dos, tambi¨¦n del ala izquierda, han jugado intermitentemente desde 1999 unas veces a respaldar y otras a cuestionar tanto la l¨®gica pol¨ªtica excluyente y represiva anti-islamista como las reivindicaciones socio-pol¨ªticas de los defensores del islamismo pol¨ªtico. Y aqu¨ª la gran carencia. Para nada se ha contado con los partidos ilegales que han sido, precisamente, los m¨¢s tribunicios con el sistema de poder, los propiciatorios de los boicots a las elecciones presidenciales y parlamentarias de 1999, 2004 y 2009, y tambi¨¦n los m¨¢s severamente reprimidos por ello. Estas son las formaciones laicas Partido Comunista de los Obreros y el Trabajo (PCOT) y Conferencia por la Rep¨²blica (CPR), y la islamista moderada Ennhada. Incluirlos en esta receta es posiblemente la ¨²nica manera de conferir a la cocci¨®n un verdadero sabor reconciliador.
Tratamiento de los ingredientes. ?En solitario o en grupo? Los partidos pueden optar por tres tipos de estrategia. Una, defender sus intereses y visiones de forma aislada y de manera competitiva. Mala jugada, pero probable. Otra, procurar seguir reglas cooperativas, de forma que todos encuentren alguna ganancia en el resultado de la negociaci¨®n. Estrategia ideal, de momento no ensayada. A medio camino entre ambas aparece una tercera opci¨®n, a la que seguramente se recurrir¨¢ en fechas m¨¢s pr¨®ximas a los comicios. Esta es la articulaci¨®n de frentes colectivos de presi¨®n, generando bandos enfrentados basados en experiencias pasadas de cooperaci¨®n/confrontaci¨®n inter-partidista. As¨ª, en primer lugar aparecer¨ªa una f¨®rmula inspirada en la coalici¨®n Iniciativa Democr¨¢tica (ID) organizada entre Ettajdid, independientes y otros dos min¨²sculos partidos ilegales para enfrentarse al bloque PCOT/CPR/Ennahda en las elecciones presidenciales y parlamentarias de 2004. Otra alternativa ser¨ªa la reproducci¨®n de la distribuci¨®n de fuerzas cr¨ªticas fraguada en las elecciones presidenciales y parlamentarias de 2009. En ese caso encontrar¨ªamos, por una parte, la alineaci¨®n del boicot electoral PCOT/CPR/Ennahda/PDP, y por otra, la coalici¨®n Iniciativa Nacional para la Democracia y el Progreso (INDP), integrada por Ettajdid, el FDTL, el ilegal Partido Verde y otras dos peque?as formaciones de izquierda anti-islamista, muy similar al proyecto Alianza por la Ciudadan¨ªa y la Igualdad, liderado por Ettajdid y creado el pasado mes de junio. Tampoco ser¨ªa descartable que el FDTL se uniera al PCOT, al PDP y al CPR, dado que todos ellos son integrantes de la plataforma Conferencia Nacional por la Segunda Rep¨²blica, creada tambi¨¦n el verano pasado.
Emplatado. La presentaci¨®n actual de la f¨®rmula de transici¨®n est¨¢ plagada de grumos que disgustan al paladar de los que mantienen ansias revanchistas, de los que temen la revancha y de los que rezan porque las otras partes no se enzarcen en un conflicto en el que acabe tomando parte el ej¨¦rcito. Se recomienda por ello establecer las condiciones de seguridad jur¨ªdica necesaria para filtrar, diluir y asentar los miedos. Y s¨ªrvase caliente, cuanto antes, mejor.
Consejos adicionales: n¨²mero de comensales. Idealmente, el mayor n¨²mero posible. L¨¦ase, reconciliaci¨®n nacional para todos. Diez millones de tunecinos, en el pa¨ªs y en el exilio, tienen ya preparada la cuchara.
Guadalupe Mart¨ªnez Fuentes es profesora de las asignaturas Pol¨ªtica ?rabe y Sistemas Pol¨ªticos del Magreb en el Departamento de Ciencia Pol¨ªtica y de la Administraci¨®n de la Universidad de Granada.
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