Un bloguero en el nuevo Gobierno de T¨²nez
Slim Amamou es el primer miembro del Partido Pirata que consigue hacerse sitio en un Ejecutivo estatal
Ray Bradbury imagin¨® un pa¨ªs regido por la temperatura a la que arde el papel: Fahrenheit 451. Los libros eran perseguidos sistem¨¢ticamente por orden del Gobierno, que los convert¨ªa en pasto de las llamas para evitar que los ciudadanos leyesen y se convirtiesen en mentes cr¨ªticas. M¨¢s all¨¢ de la ficci¨®n literaria, los gobernantes del siglo XXI han encontrado en Internet algo m¨¢s peligroso que el papel. Un movimiento local apoyado por un movimiento global que ha movilizado a millones de usuarios que no s¨®lo miran, sino que participan.
La revoluci¨®n 2.0 est¨¢ en marcha y en T¨²nez tiene nombre propio. Slim Amamou es la prueba de que el futuro es de los internatutas. Este bloguero de 33 a?os -programador inform¨¢tico de profesi¨®n y cofundador de las empresas Alphaestudios (1999) y ALIXSYS (2008)- acaba de ser nombrado Secretario de Estado de Juventud y Deportes del nuevo Ejecutivo tunecino, despu¨¦s de que el presidente Ben Al¨ª abandonara el pa¨ªs el viernes pasado. Este cargo lo convierte en el primer miembro del Partido Pirata que consigue hacerse sitio en un gobierno estatal y es la constataci¨®n de que la llamada ha sido una de las impulsoras de la revoluci¨®n del jazm¨ªn.
T¨²nez tiene una de las estructuras digitales m¨¢s desarrolladas del Norte de ?frica, con total cobertura en el sistema educativo y bajo coste en banda ancha. Esto ha contribuido a que 3,6 millones de habitantes de los 10,3 que tiene el pa¨ªs utilicen la Red, lo que supone un movimiento de toneladas de informaci¨®n en c¨®digo binario.
Ben Al¨ª decidi¨® acotar el campo y para conseguirlo utiliz¨® sus propios cortafuegos, al estilo de los bomberos de la novela de Bradbury. La Agencia tunecina de Internet -dependiente del Ministerio de Tecnolog¨ªas de la Comunicaci¨®n- cuenta con m¨¢s 600 funcionarios y subcontratados que ejercen de ciberpolicia con la ayuda de Smart Filter, un potente software de filtrado fabricado por la compa?¨ªa estadounidense Secure Computing.
El Gobierno bloqueaba las p¨¢ginas de ONG como Amnist¨ªa Internacional o Periodistas Sin Fronteras, los sitios web de dirigentes de la oposici¨®n como Moncef Marzouki y a los peri¨®dicos en l¨ªnea que publicaran los art¨ªculos de periodistas tunecinos cr¨ªticos con el r¨¦gimen, como le sucedi¨® al tabloide franc¨¦s Lib¨¦ration por una colaboraci¨®n de Taoufik Ben Brik. Youtube y Dailymotion tampoco escaparon al "tijeretazo" de las autoridades, que pretend¨ªan impedir que los v¨ªdeos de los activistas pro Derechos Humanos se difundieran como la p¨®lvora a trav¨¦s de estos portales.
La Agencia de Internet no solo se encarg¨® de restringir los accesos, sino que adem¨¢s monitoreaba los 300 cibercaf¨¦s que tiene T¨²nez, donde los due?os del negocio son responsables del uso que se haga de sus ordenadores y los clientes deben mostrar su identificaci¨®n antes de utilizarlos.
Estos obst¨¢culos a la libertad de expresi¨®n en Internet han propiciado que los hackers tunecinos hayan aguzado su ingenio hasta el punto de protagonizar una de las guerrillas inform¨¢ticas m¨¢s innovadoras del mundo con los miembros de Anonymous a la cabeza. Estos activistas hicieron estallar la supernova reaccionaria el 17 de diciembre del pasado a?o, como una reacci¨®n espont¨¢nea a la inmolaci¨®n de un joven desempleado.
Miles de tunecinos salieron entonces a las calles para pedir un cambio econ¨®mico y social en su pa¨ªs, pero los medios de comunicaci¨®n tradicionales somet¨ªan sus protestas a una espiral de silencio dentro de T¨²nez y la batalla encontr¨® amparo y victoria en la Red. No se conformaron con distribuir sus proclamas anticensoras en las redes sociales sino que adem¨¢s asaltaron las web gubernamentales y las colapsaron.
El 6 de enero, en la v¨ªspera de una manifestaci¨®n que se hab¨ªa convocado frente al Ministerio de Informaci¨®n, Reporteros sin fronteras denunci¨® la desaparici¨®n de varios hackers en el pa¨ªs africanoentre los que se encontraban blogueros como el actual Secretario de Estado Slim Amamos, Hamadi Kaloutcha y Azyz Ammany, el l¨ªder estudiantil Slech Eddine Kchouk y el rapero Hamada Ben Aoun, apodado El General. Sus bit¨¢coras estaban inaccesibles y sus cuentas de Facebook, desactivadas.
Hab¨ªan sido detenidos e interrogados por la polic¨ªa, que los acusaba de ser los responsables de una estafa cibern¨¦tica (phishing) para conseguir informaci¨®n confidencial de forma fraudulenta, salt¨¢ndose la protecci¨®n de datos. Slim, que se hab¨ªa erigido como responsable de aquella movilizaci¨®n, fue obligado a firmar un documento donde cancelaba la protesta y ped¨ªa a los internautas que abandonaran su prop¨®sito. Esa misma noche, un comunicado firmado por su c¨ªrculo cercano alert¨® a la comunidad y convoc¨® a un plan B que las autoridades no pudieron evitar: una marea humana de internautas vestidos de blanco a las 15.00 por la Avenida Habib Bourguiba, en el centro de T¨²nez.
La lucha es imparable y el nuevo Gobierno lo sabe. Han liberado a los presos pol¨ªticos y los blogueros se liberan de su mordaza. Con Slim Amamou en el Ejecutivo soplan nuevos vientos.
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