Qaradawi dirige un serm¨®n conciliatorio y movilizador en la Plaza de la Liberaci¨®n

Yusuf Qaradawi no es solo unos de los egipcios m¨¢s reconocidos y reputados del mundo. Presidente del Consejo Mundial de Ulemas (doctores en teolog¨ªa musulmana), es adem¨¢s una figura medi¨¢tica: presenta desde hace a?os un programa en la televisi¨®n Al Yazira, con una audiencia de millones de personas.

El serm¨®n del viernes desde la plaza de la Liberaci¨®n ha trascendido a Egipto. En directo, como no pod¨ªa ser de otra manera, Al Yazira ha emitido su discurso, eminentemente pol¨ªtico. Despu¨¦s de 30 a?os en el exilio -vive en Qatar- Qaradawi ha vuelto sin aspavientos y con un discurso conciliatorio.

Las primeras palabras del te¨®logo han ido dirigidas hacia la juventud, a la que ha reconocido su papel de "protagonista" en la Revoluci¨®n. "Si los j¨®venes quieren, pueden, y su voluntad es la voluntad de Dios", ha dicho. "Me gustar¨ªa ir y besarles uno a uno sus manos", ha concluido, en un gesto de gratitud y respeto.

"El Ej¨¦rcito ha demostrado que es el brazo del pueblo y que no ha sido menos nacionalista que el tunecino", dice el te¨®logo egipcio

Qaradawi anim¨® a los j¨®venes activistas: "Si quieren, pueden, y su voluntad es la voluntad de Dios"

Qaradawi no ha sido nada sectario y ha llamado a la unidad de todos los egipcios. "La victoria de la revoluci¨®n es para todos los egipcios, y no solo para los musulmanes", ha asegurado ante miles de personas que se congregaban en la plaza de la Liberaci¨®n.

"Los musulmanes y cristianos se han unido en la Revoluci¨®n y han vencido al sectarismo reinante", ha insistido Qaradawi. Esta menci¨®n no es balad¨ª, ya que la comunidad cristiana copta de Egipto ha sufrido en los ¨²ltimos tiempos ataques y atentados, y que una autoridad religiosa musulmana ponga el acento en esa uni¨®n es m¨¢s que significativo.

"Me dijeron que no me fiara del Ej¨¦rcito"

Pero el momento m¨¢s esperado, el que m¨¢s expectaci¨®n ha suscitado, ha sido sus referencias al Ej¨¦rcito, la otra protagonista de la revoluci¨®n egpicia. Los ¨²ltimos 30 a?os de Qaradawi han estado marcados por su salida del pa¨ªs, por el exilio, motivado por la llegada de Mubarak y la postura del cl¨¦rigo, m¨¢s pr¨®xima a los Hermanos Musulmanes y m¨¢s que contestable hacia el r¨¦gimen del hoy depuesto presidente. "Me dijeron que no me fiara del Ej¨¦rcito, que me iba a decepcionar su papel", ha comenzado Qaradawi, "pero el Ej¨¦rcito ha demostrado que es el brazo del pueblo y que no ha sido menos nacionalista que el tunecino".

Su serm¨®n no ha estado exento de exigencias, unas exigencias acordes con la revoluci¨®n. "Pido al Ej¨¦rcito que nos libre del Gobierno actual que representa m¨¢s el pasado que el presente", ha comenzado Qaradawi dirigi¨¦ndose a la instituci¨®n, al Ej¨¦rcito, que representa ahora el poder, y al que ha instado a que "forme un gobierno civil compuesto por los hijos de Egipto".

Un hombre como Qaradawi, que ha sufrido en sus propias carnes 30 a?os de exilio, no ha dejado de acordarse de los detenidos por temas pol¨ªticos, y esa era otra de las exigencias a los militares: "Pido al Ej¨¦rcito que se libere a todos los presos pol¨ªticos. Cada hora que siguen encarcelados los presos pol¨ªticos se sigue cometiendo una injusticia, y el Ej¨¦rcito no deber¨ªa cargar con esa responsabilidad", ha espetado.

Y hay que insistir en que Qaradawi ha tocado todos los puntos sensibles, incluido el de la econom¨ªa, en un pa¨ªs donde a las protestas de la Revoluci¨®n se han sumado las huelgas que piden mejoras salariales: "La obligaci¨®n del pueblo egipcio es trabajar hoy m¨¢s que nunca para levantar la econom¨ªa del pa¨ªs. Los que hemos hecho y apoyado la revoluci¨®n no debemos ser responsables del deterio econ¨®mico del pa¨ªs".

No ha podido Qaradawi acabar de otra forma su serm¨®n que acord¨¢ndose de los palestinos, y del papel de Egipto. "Pido al Ej¨¦rcito que abra el paso de Rafah y que nos permita reanudar nuestros lazos y nuestro contacto con nuestros hermanos palestinos", ha concluido.

Tras el serm¨®n, Qaradawi ha dirigido la oraci¨®n del viernes (juntando las oraciones del dohor y del asar) y con la excepcionalidad final de la Oraci¨®n del Ausente, un plegaria hacia los "m¨¢rtires de la ¨¦poca de Mubarak y de la revoluci¨®n". Despu¨¦s de las oraciones, la plaza de la Liberaci¨®n irrumpi¨® con los gritos: "El pueblo quiere la limpieza del pa¨ªs, y no quiere ni a Husni ni a los que lo apoyaron, ni a su partido ni a sus ayudantes".