El Ej¨¦rcito de Brasil se opone a la creaci¨®n de una Comisi¨®n de la Verdad
La presidenta brasile?a, Dilma Rousseff, una de las v¨ªctimas de la violencia durante la Dictadura, apoya la propuesta
Brasil tiene a¨²n una asignatura pendiente relacionada con el periodo de la dictadura militar de hace 30 a?os; es el ¨²nico pa¨ªs de Am¨¦rica Latina que no ha hecho las cuentas de esa ¨¦poca de tinieblas, muertes y torturas. La presidenta, Dilma Rousseff, una de las v¨ªctimas de aquellos tiempos de violencia fascista, torturada durante 20 d¨ªas y encarcelada casi dos a?os, ha dado su apoyo para que se apuren todos los hechos, y facilitar as¨ª que las familias de muchos desaparecidos puedan encontrar los restos mortales de sus allegados.
En nombre de la pacificaci¨®n nacional fue aprobada la Ley de Amnist¨ªa, que daba por perdonadas las atrocidades realizadas por ambos bandos en conflicto durante el Gobierno militar. Sin embargo, una parte de la izquierda del Partido de los Trabajadores llega a contestar esa ley en lo que se refiere al perd¨®n a los "torturadores", alegando que es un crimen que "no prescribe".
La Comisi¨®n de la Verdad apoyada por Rousseff no pretende dirimir esa espinosa cuesti¨®n, aunque s¨ª "esclarecer todos los hechos de aquel periodo" para""hacer justicia a la historia".
"Hechos superados"
Las Fuerzas Armadas, sin embargo, temen que dicha comisi¨®n pueda acabar pidiendo la revisi¨®n de la Ley de Amnist¨ªa, sancionada por el Tribunal Supremo Federal. Por ello, acaban de redactar un documento, enviado al ministro de Defensa, Nelson Jobim, en el que revelan su preocupaci¨®n. Seg¨²n el texto, adelantado en parte ayer por el diario O Globo, la comisi¨®n "provocar¨¢ tensiones y serias desaveniencias al traer a discusi¨®n hechos ya superados". Para los militares, la iniciativa de Rousseff "va a abrir una herida en la conciencia nacional" y "promover revanchas pol¨ªticas".
En caso de que no consigan parar la idea de la Comisi¨®n de la Verdad, las Fuerzas Armadas exigen que testigos y militares sean "invitados y no citados" a declarar; que se investiguen tambi¨¦n casos de terrorismo y ajusticiamientos realizados dentro de los grupos de izquierdas de aquel momento, y el fin del anonimato para quienes entreguen voluntariamente documentos secretos de aquel tiempo.
Hasta hoy no ha habido reacci¨®n oficial de la presidenta Rousseff al respecto, pero los analistas pol¨ªticos est¨¢n convencidos de que ning¨²n documento del Ej¨¦rcito ser¨¢ capaz de paralizar un proyecto al que ella se ha comprometido de forma especial.
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