Los episodios m¨¢s negros de la lucha contra el terrorismo de EE UU
Guant¨¢namo, las c¨¢rceles secretas en el este de Europa, los vuelos de la CIA o Abu Gharib han da?ado la imagen estadounidense en todo el mundo
Tras los atentados del 11-S, la lucha contra el terrorismo por parte de la Administraci¨®n de George W. Bush condujo a algunos de los episodios m¨¢s negros en la historia reciente de Estados Unidos. Su imagen y credibilidad mundiales se han visto da?adas desde entonces por la guerra sucia llevada a cabo por el Ej¨¦rcito estadounidense y la CIA con el fin de acabar con Bin Laden y Al Qaeda. Estos son los casos m¨¢s importantes:
Guant¨¢namo
La prisi¨®n estadounidense en la bah¨ªa de Cuba se convirti¨® a principios de 2002 en un escenario de pesadilla para centenares de individuos a los que la Administraci¨®n de Bush asociaba con Al Qaeda. Al penal iban todos los prisioneros sospechosos de nexos con la red terrorista de Bin Laden. Sin derechos ni futuro, cientos de reos han pasado por estos campos de detenci¨®n que Washington mantiene todav¨ªa al margen de la ley.
Guant¨¢namo cre¨® un sistema policial y penal sin garant¨ªas en el que solo importaban dos cuestiones: cu¨¢nta informaci¨®n se obtendr¨ªa de los presos, aunque fueran inocentes, y si pod¨ªan ser peligrosos en el futuro. Ancianos con demencia senil, adolescentes, enfermos psiqui¨¢tricos graves y maestros de escuela o granjeros sin ning¨²n v¨ªnculo con la yihad fueron conducidos al presidio y mezclados con verdaderos terroristas como los responsables del 11-S. EL PA?S ha tuvo acceso a las fichas militares secretas de 759 de los 779 presos que han pasado por la prisi¨®n, de los cuales unos 170 siguen recluidos. Obama prometi¨® cerrar Guant¨¢namo pero el democr¨¢ta hered¨® de Bush un laberinto imposible, cuya soluci¨®n est¨¢ muy lejos de lo que prometi¨® a los pocos d¨ªas de acceder al poder en 2009. Su promesa, transformada en una orden ejecutiva, ha resultado hasta el momento una empresa imposible.
C¨¢rceles secretas
La CIA estuvo ocultando e interrogando a algunos de sus m¨¢s importantes presos de la red terrorista de Al Qaeda en c¨¢rceles secretas del este de Europa, seg¨²n se filtr¨® a la prensa en 2005. La red de c¨¢rceles secretas, repartidas en ocho pa¨ªses, incluyendo Tailandia, Afganist¨¢n y varios de Europa oriental, formaba parte de la guerra contra el terrorismo lanzada por la Administraci¨®n de Bush tras los atentados del 11-S de 2001. M¨¢s de 100 sospechosos de terrorismo han pasado por esas prisiones.
La existencia y localizaci¨®n de estas instalaciones -llamados sitios negros en los documentos clasificados de la Casa Blanca, la CIA, el Departamento de Justicia y el Congreso- era conocida ¨²nicamente por un pu?ado de personas en EE UU, entre ellos el presidente Bush y sus m¨¢s estrechos colaboradores en materia de defensa como el vicepresidente Dick Cheney y el secretario de Estado Donald Rumsfeld, as¨ª como unos pocos altos cargos de los servicios secretos de los pa¨ªses anfitriones.
Vuelos de la CIA
Tras el 11-S, la CIA teji¨® una telara?a de centros de detenci¨®n secretos a los que traslad¨® a sospechosos de terrorismo con la complicidad de al menos 14 Gobiernos europeos, entre ellos Espa?a. Esa fue principal conclusi¨®n del primer informe difundido en 2006 por Dick Marty, el investigador suizo a quien el Consejo de Europa encarg¨® investigar las supuestas actividades il¨ªcitas del servicio secreto estadounidense.
Para llevar a cabo detenciones o trasladar presos sospechosos de terrorismo a pa¨ªses donde interrogarles y torturarles sin garant¨ªas judiciales, la CIA se sirvi¨® de vuelos y aeropuertos civiles en toda Europa, con la complicidad, activa o pasiva, de los pa¨ªses interesados. Las acusaciones de Marty desencadenaron el rechazo generalizado de los pa¨ªses implicados. En 2009, con Barack Obama en el poder, Estados Unidos anunci¨® que cerrar¨ªa todas estas c¨¢rceles secretas ubicadas fuera de su territorio.
Abu Gharib
En la c¨¢rcel iraqu¨ª de Abu Ghraib, un grupo de soldados convirti¨® a los presos en sus juguetes, algo que inmortaliz¨® en una serie de fotos de la verg¨¹enza que fueron filtradas al New Yorker en 2004. En ellas se ve a soldados sonrientes, atormentando a los detenidos con palos de hierro, armas de fuego y perros; a cad¨¢veres cubiertos en hielo; a hombres desnudos, amontonados como si fueran s¨®lo carne. Fue un esc¨¢ndalo mundial.
Torturas probadas
La CIA lleg¨® a aconsejar, en diversos memorandos desclasificados, c¨®mo se deb¨ªa torturar bien para no correr riesgos. Los m¨¦todos de interrogatorio en la era Bush como simulacros de muerte, amenazas e intimidaci¨®n psicol¨®gica quedaron al descubierto por el informe elaborado por el Inspector General de la agencia en 2004, en el que se daba detallada cuenta de una serie de m¨¦todos inhumanos para sacar informaci¨®n, desclasificado por un juzgado federal de Nueva York gracias a una demanda de la Asociaci¨®n de Libertades Civiles de Am¨¦rica y Amnist¨ªa Internacional.
En el informe se admit¨ªa que un psic¨®logo del Departamento de Defensa cre¨® un manual de uso interno titulado Reconocer y desarrollar medidas contra la resistencia de presos de Al Qaeda a las t¨¦cnicas de interrogatorio. Al Ej¨¦rcito, el trato a los prisioneros se le fue completamente de las manos. De la interrogaci¨®n se pas¨® a la tortura. Bush dijo en sus memorias que las torturas ayudaron a salvar vidas y prevenir ataques. El exviceprisedente Dick Cheney tambi¨¦n asegur¨® que m¨¦todos como el waterboarding, t¨¦cnica que simula el ahogamiento, permiti¨® prevenir m¨¢s ataques contra Estados Unidos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.