M¨¦xico clama contra la violencia y la corrupci¨®n
Una multitudinaria manifestaci¨®n llena las calles del Distrito Federal
Siguiendo los pasos de un poeta que perdi¨® a su hijo, de una madre que busca justicia para su beb¨¦ abrasado hace dos a?os entre las llamas de una guarder¨ªa o de un abuelo que no entiende por qu¨¦ los militares ametrallaron la semana pasada a su nieto en un cruce de carreteras, M¨¦xico clam¨® este domingo en silencio contra la guerra, contra la impunidad y contra la corrupci¨®n pol¨ªtica. Desde que, a finales de 2006, Felipe Calder¨®n lleg¨® a la presidencia de la Rep¨²blica, m¨¢s de 40.000 personas han muerto v¨ªctimas de la violencia, pero no ha sido hasta ahora que las calles del pa¨ªs se han llenado de gente que, al modo mexicano, han expresado su hartazgo: "No m¨¢s sangre. Estamos hasta la madre".
Ha sido el poeta Javier Sicilia quien ha logrado canalizar todo ese dolor acumulado. Hace 40 d¨ªas, en la hasta ahora pac¨ªfica ciudad de Cuernavaca y en circunstancias todav¨ªa por aclarar, unos criminales mataron a un hijo de Sicilia y a seis de sus amigos. El poeta, que se encontraba de viaje en Filipinas, escribi¨® un poema dedicado a su hijo en el avi¨®n de regreso y, al llegar a M¨¦xico, anunci¨®: "Es mi ¨²ltimo poema. No puedo escribir m¨¢s poes¨ªa. La poes¨ªa ya no existe para m¨ª". Al tiempo, emplaz¨® a las autoridades a que el crimen m¨²ltiple no quedara impune -como m¨¢s del 90% de los delitos que ocurren en M¨¦xico- ni que fueran detenidos falsos culpables. De paso, Sicilia quiso aprovechar la repercusi¨®n medi¨¢tica de su p¨¦rdida para ponerle rostro a todas las v¨ªctimas sin nombre. Desde el jueves hasta el domingo, una marcha silenciosa recorri¨® los 80 kil¨®metros que separan Cuernavaca del Distrito Federal y, ya en el Z¨®calo de la capital de M¨¦xico, fueron miles y miles de personas -muchas de ellas v¨ªctimas directas de la violencia- las que clamaron por el fin de la violencia. "Nos ha rebasado la corrupci¨®n", denunci¨® Sicilia alto y claro, "las instituciones est¨¢n podridas, desde los partidos hasta el Gobierno Federal. Por eso el crimen est¨¢ campeando, por eso nos est¨¢ envileciendo. No es este el M¨¦xico que queremos. No es esta nuestra guerra. Pero estos s¨ª son nuestros muertos".
No era una frase ret¨®rica. Junto a Sicilia han marchado madres y padres a los que la violencia ha arrebatado a sus hijos y que se esfuerzan por mantenerlos presentes en pancartas y camisetas. Despu¨¦s de escuchar sus historias, cada vez queda m¨¢s claro que la versi¨®n oficial de que son sicarios los que se matan entre s¨ª en las calles de M¨¦xico es cada vez menos exacta. Las llamadas "v¨ªctimas colaterales" son cada vez m¨¢s frecuentes y, gracias al movimiento que acaba de surgir, cada vez m¨¢s visibles. Eso s¨ª, la protesta de Sicilia, en contra de lo que pudiera parecer, no solo critica la pol¨ªtica -que considera equivocada- del presidente Calder¨®n, sino a toda la clase pol¨ªtica. De hecho, los l¨ªderes de la oposici¨®n que han intentado sacar r¨¦dito pol¨ªtico, adular a los manifestantes, han salido trasquilados. El mejor ejemplo es el de Manlio Fabio Beltrones. El jefe de los senadores del PRI pidi¨® a Calder¨®n que escuchara a los manifestantes, pero Sicilia lo anim¨® a que no se confundiera: "No, senador Beltrones, no solo pedimos que salga Calder¨®n a escucharnos y a recibirnos, tambi¨¦n se lo pedimos a las bancadas de los partidos, a las presidencias de los partidos, ellos tambi¨¦n han sido omisos. Calder¨®n tiene 40.000 muertos, una mala estrategia de guerra, pero la mierda la crearon ellos, la destrucci¨®n de las instituciones la empezaron ellos y siguen haciendo omisiones, siguen comport¨¢ndose como delincuentes. Esto va para todos los partidos, no se equivoque".
La marcha que desemboc¨® en el Z¨®calo del Distrito Federal tuvo sus r¨¦plicas en varias ciudades de M¨¦xico y aun del extranjero. Tambi¨¦n movimientos sociales de todo tipo. Desde asociaciones de migrantes hasta los zapatistas del subcomandante Marcos. Todos han querido adherirse al clamor contra una guerra que, sin ir m¨¢s lejos, el s¨¢bado se cobr¨® m¨¢s de 40 v¨ªctimas en distintas ciudades del pa¨ªs. "M¨¦xico", concluy¨® Sicilia expresando lo que muchos mexicanos sienten, "siempre fue el amor y la solidaridad, nunca el crimen y la guerra. No es este el M¨¦xico que queremos".
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