Crisis entre Brasil e Italia tras la liberaci¨®n de Battisti
Roma llama a consultas a su embajador en el pa¨ªs sudamericano
La liberaci¨®n del italiano Cesare Battisti decretada por el Tribunal Supremo de Brasil ha ca¨ªdo como una aut¨¦ntica bomba en el Gobierno italiano. Un d¨ªa despu¨¦s de hacerse p¨²blica la controvertida decisi¨®n de la justicia brasile?a, el Ministerio de Asuntos Exteriores italiano llam¨® a consultas a su embajador en Brasilia, lo que da buena cuenta de la atm¨®sfera de crispaci¨®n que se respira en el Ejecutivo de Silvio Berlusconi. En l¨ªnea con la posici¨®n de Italia se situaron en los ¨²ltimos dos d¨ªas el Gobierno franc¨¦s y sectores nada desde?ables del Parlamento Europeo y del Senado brasile?o.
El titular de exteriores italiano, Franco Frattini, justific¨® ayer su decisi¨®n de llamar a consultas a su m¨¢ximo representante en Brasil declarando que ante "una decisi¨®n pol¨ªtica y no jur¨ªdica no hay diplomacia que se sustente". Italia tambi¨¦n anunci¨® que llevar¨¢ el caso ante el Tribunal Internacional de Justicia de la Haya.
Mientras el Ejecutivo brasile?o guarda un silencio sepulcral, varios ministros italianos continuaron ayer ech¨¢ndole le?a al fuego. "Boicoteemos el Mundial de F¨²tbol 2014", propuso el titular italiano de Simplificaci¨®n Normativa, Roberto Calderoli. "Es un acto indigno de una naci¨®n civilizada y democr¨¢tica", arremeti¨® la ministra de Juventud, Giorgia Meloni. Tampoco se quiso quedar corto el presidente Giorgio Napolitano, al afirmar que la decisi¨®n brasile?a "contrasta con las relaciones hist¨®ricas de consanguinidad y amistad entre los dos pa¨ªses".
El Tribunal Supremo de Brasil decidi¨® en la noche del pasado mi¨¦rcoles, por seis votos a favor y tres en contra, denegar la solicitud de extradici¨®n cursada por Italia tras la detenci¨®n de Battisti en territorio brasile?o en 2007. M¨¢s sangrante a¨²n para Italia resulta que la alta instancia judicial tambi¨¦n aprobara por aplastante mayor¨ªa la puesta en libertad inmediata del exactivista. Tras abandonar el presidio de Pampuda, en Brasilia, Battisti, de 56 a?os, solicit¨® el jueves un permiso de residencia que le dar¨¢ la posibilidad de hacer vida normal en Brasil: tendr¨¢ casi los mismos derechos y deberes que un brasile?o, e incluso podr¨¢ trabajar legalmente en el pa¨ªs sudamericano. Acosado por la prensa y refugiado en hoteles y despachos de abogados, a¨²n no sabe si vivir¨¢ en S?o Paulo o en R¨ªo de Janeiro, la ciudad donde fue detenido por primera vez en Brasil.
La decisi¨®n del Supremo no hace m¨¢s que hurgar en la herida abierta por el expresidente Luiz In¨¢cio Lula da Silva, que durante su Gobierno se opuso frontalmente a la extradici¨®n a Italia de Battisti con el argumento de que all¨ª le esperaba un juicio pol¨ªtico sin ninguna garant¨ªa jur¨ªdica. El d¨ªa antes de abandonar su cargo, el 31 de diciembre de 2010, Lula decidi¨® no extraditar a Battisti y pasarle la patata caliente a su sucesora, Dilma Rousseff.
En el Gobierno brasile?o siguen existiendo serias dudas de que los cr¨ªmenes que se le imputan a Battisti en su pa¨ªs natal hayan sido realmente perpetrados por ¨¦l. Tambi¨¦n se considera improcedente condenar a alguien por los delitos cometidos en los denominados a?os de plomo de la Italia de los setenta. En este sentido, la revisi¨®n de lo sucedido en la propia dictadura brasile?a sigue siendo un tab¨² para ciertos sectores de la sociedad, especialmente el castrense.
Battisti milit¨® durante los setenta en el grupo italiano de extrema izquierda Proletarios Armados por el Comunismo (PAC). Refugiado en Francia desde principios de los ochenta, en 1993 la justicia italiana lo juzg¨® en ausencia conden¨¢ndolo a cadena perpetua por cuatro asesinatos atribuidos al PAC y perpetrados entre 1978 y 1979. En 2007 y tras algunas fricciones con el Gobierno galo, Battisti decidi¨® trasladarse al otro lado del Atl¨¢ntico y se instal¨® en R¨ªo de Janeiro, donde fue detenido al poco tiempo de su llegada en una operaci¨®n conjunta entre las polic¨ªas brasile?a e italiana. Desde entonces se encontraba entre rejas y a la espera de una resoluci¨®n de la solicitud de extradici¨®n cursada por la justicia italiana.
En enero de 2009, el entonces ministro de Justicia, Tarso Genro, concedi¨® a Battisti el estatus de refugiado desencadenando el inicio de la crisis diplom¨¢tica entre Italia y Brasil. Dos a?os despu¨¦s, el expresidente Lula denegaba por primera vez la extradici¨®n. El exactivista admiti¨® recientemente que continuaba siendo "un comunista de verdad, pero no en el sentido partidista" y que "la lucha armada fue un error".
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