Dilma apuesta en su Gobierno por mujeres fuertes y gestoras

Tras el terremoto pol¨ªtico causado por la salida del ministro de la Casa Civil, Antonio Palocci, quien llevaba a cabo la dif¨ªcil tarea de construir la compleja articulaci¨®n pol¨ªtica entre Gobierno, Congreso y partidos aliados, sustituido por la joven senadora Gleisi Hoffmann, hoy la Presidenta Dilma Rousseff ha vuelto a sorprender al mundo pol¨ªtico cambiando al importante ministro de Relaciones Institucionales, Luiz Sergio, por otra mujer: Ideli Salvatti, actual ministra de Pesca, considerada una de las l¨ªderes m¨¢s duras y pol¨¦micas del Partido de los Trabajadores.

F¨ªsica de profesi¨®n, Salvati hab¨ªa sido la l¨ªder del Gobierno en el Senado y era temida no s¨®lo por la oposici¨®n sino tambi¨¦n por los partidos aliados. Ella misma hoy, al conocer su nombramiento, en sus primeras afirmaciones ha dicho con claras letras que en su nueva tarea de articulaci¨®n pol¨ªtica "Tratara de escuchar mucho", pero que "no siempre ser¨¢ paz y amor".

Con el nuevo e importante ministerio entregado a una mujer y a una mujer de car¨¢cter fuerte, poco diplom¨¢tica, la Presidenta Rousseff vuelve a mandar un mensaje de que quiere, para gobernar el pa¨ªs, rodearse de mujeres y sobretodo de mujeres con pulso, gestoras y realizadoras.

Hasta el expresidente Lula da Silva se sorprende viendo como el Gobierno del pa¨ªs est¨¢ cayendo cada d¨ªa con mayor fuerza en manos de mujeres y de mujeres duras, con car¨¢cter, poco diplom¨¢ticas. Lula dijo ayer,: "Las dos figuras m¨¢s importantes del ejecutivo, dijo, ya son mujeres", refiri¨¦ndose a la Presidenta Dilma Rousseff y a la nueva ministra de la Casa Civil, Gleisi Hoffman, apellidada de "tractor" en el Senado y que ha sucedido al sutil y diplom¨¢tico, Antonio Palocci. Lula a¨²n no conoc¨ªa el nombramiento de hace horas de la nueva ministra de Relaciones Institucionales, un puesto clave del Ejecutivo.

Dilma encontr¨® gran oposici¨®n hasta el ¨²ltimo momento incluso dentro del Partido de los Trabajadores, el partido de la nueva ministra. Prefer¨ªan a alguien con mayor capacidad de di¨¢logo con los aliados y con la oposici¨®n. Pero Dilma ha sido tajante. De la ministra Salvatti habia dicho ayer que la apreciaba porque "era capaz siempre de defender al gobierno con u?as y dientes". Y lo es.

Dilma est¨¢ apostando claramente por este tipo de mujeres para crear su nuevo gobierno, casi lo opuesto de lo que era el de Lula, donde ¨¦l consigui¨® que los ministros acabaran dialogando entre s¨ª, incluso con la oposici¨®n a la que acab¨® casi eliminando con la fuerza de su carisma y simpat¨ªa personal.

Cuando un amigo suyo pregunt¨® a Lula, durante la campa?a presidencial por qu¨¦ hab¨ªa apostado para sucederle en una mujer y si no hubiese dado mayor seguridad un hombre, le respondi¨®: "Es que t¨² no sabes que Dilma es m¨¢s hombre que nosotros dos juntos". Lula llevaba raz¨®n. Las mujeres por ella escogidas para el primer plano del Gobierno (son ya once) son m¨¢s duras como car¨¢cter y como pol¨ªticas, que muchos de los ministros hombres y que ella misma.

Existe mucha expectaci¨®n- al parecer en el mismo Lula- por ver los resultados concretos, en un futuro pr¨®ximo de esta decisi¨®n de Dilma de querer que el Estado y el Gobierno sea conducido m¨¢s que con malabarismos pol¨ªticos o con interminables juegos diplom¨¢ticos entre el partido del Gobierno y los otros diez partidos aliados para asegurar una cierta armon¨ªa entre ellos, con una pol¨ªtica m¨¢s directa, llevada a cabo por gestoras exigentes y duras capaces de presentar resultados concretos al pa¨ªs. Hace s¨®lo unos d¨ªas cuando el mayor partido aliado del gobierno, el PMDB, al que pertenece el vicepresidente Michel Temer, se dispon¨ªa a desobedecer al gobierno y votar el C¨®digo Forestal que prev¨¦ la amnist¨ªa a los desforestasdores de la Amazonia, calificada por Dilma de "vergonzosa", la Presidenta pidi¨® a Paolocci, entonces a¨²n ministro de la Casa Civil, que llamara al vicepresidente Temer y le amenazara con echar a los cinco ministros del partido si votaban contra el Gobierno. Lo hicieron.

Es una apuesta de riesgo, la de un gobierno duro en la dif¨ªcil partida de p¨®ker que la primera Presidenta mujer de Brasil est¨¢ dispuesta a jugar, cada vez con mayor independencia de su mismo tutor Lula en un pa¨ªs donde la pol¨ªtica siempre se ha caracterizado en el arte de los compromisos.