Las revoluciones ¨¢rabes y el nuevo Oriente Pr¨®ximo
Los monumentales cambios que se est¨¢n produciendo en varios Estados ¨¢rabes, especialmente en T¨²nez, Egipto, Jordania, Siria, Yemen y Libia, han anunciado el comienzo de una transici¨®n hacia un nuevo Oriente Pr¨®ximo que no se ha conocido hasta enero de 2011.
Pero ?se convertir¨¢ el nuevo Oriente Pr¨®ximo en un reflejo de la visi¨®n que la Administraci¨®n de Bush ten¨ªa para la regi¨®n, y que se promov¨ªa hace unos cuantos a?os? ?Se convertir¨¢, como pregonaba el entonces Gobierno estadounidense, en una regi¨®n m¨¢s democr¨¢tica, abierta a los valores occidentales, que fomente y desarrolle la econom¨ªa del libre mercado y que coexista pac¨ªficamente con Israel? Asimismo, ?conseguir¨¢n estos movimientos contra los reg¨ªmenes desp¨®ticos construir sociedades e instituciones democr¨¢ticas?
Al mismo tiempo que surgen esas preguntas y muchas otras, tanto Arabia Saud¨ª como Ir¨¢n hacen todo lo que pueden por mantener sus actuales formas de gobierno y su influencia en el proceso de transformaci¨®n que tiene lugar en la regi¨®n. Mientras los reg¨ªmenes que gobiernan estos dos pa¨ªses mantengan su actual influjo, bloquear¨¢n el desarrollo de los movimientos democr¨¢ticos. Han estado esforz¨¢ndose todo lo que han podido por imponer su propio programa.
Los cambios y acontecimientos que se est¨¢n produciendo actualmente nos llevan a pensar en varios modelos previsibles. El modelo turco, que se basa en el gobierno laico del Estado y la adherencia estricta del partido gobernante a los principios del laicismo, podr¨ªa ser uno de los modelos ideales que muchos aspiran a seguir. Sin embargo, aunque el modelo turco irradia salud gracias a la funci¨®n activa desempe?ada por su Gobierno en apoyo a los movimientos de cambio en la regi¨®n, parece poco convincente para muchos pa¨ªses que pertenecen a ella.
Los movimientos de cambio ¨¢rabes han estado pidiendo democracia. Pero carecen de un marco intelectual y de un liderazgo pol¨ªtico que allanen el camino para dicha opci¨®n. Desgraciadamente, el trasfondo intelectual de los movimientos tiene procedencias diferentes e incluso contradictorias. Los liberales, los islamistas, los nacionalistas ¨¢rabes y los socialistas no tienen un consenso en cuanto al tipo de Estado y su constituci¨®n, ni tampoco en cuanto a las pol¨ªticas interiores y exteriores, especialmente en lo relacionado con los acuerdos de Camp David con Israel.
Adem¨¢s, la oposici¨®n liberal en Egipto, tanto en su forma partidista como civil, todav¨ªa est¨¢ por desarrollarse. Sin embargo, existe un intento serio por parte de la comunidad liberal de Egipto de formar nuevos partidos. Sus esfuerzos necesitar¨¢n un tiempo considerable antes de que puedan convertirse en un poder pol¨ªtico estable. Es demasiado pronto para juzgar c¨®mo les ir¨¢ a esos partidos en las pr¨®ximas elecciones parlamentarias, previstas para septiembre, y en las elecciones presidenciales que se celebrar¨¢n acto seguido.
Como se ha afirmado, la Hermandad Musulmana es el poder pol¨ªtico mejor organizado de Egipto y probablemente influir¨¢ en las elecciones parlamentarias y presidenciales. La magnitud de esta influencia es dif¨ªcil de prever porque la composici¨®n y la predisposici¨®n del pensamiento social, econ¨®mico y religioso del futuro electorado todav¨ªa se est¨¢n desarrollando. Adem¨¢s, la actual estructura del grupo musulm¨¢n est¨¢ someti¨¦ndose a algunos cambios a fin de conseguir la aceptaci¨®n del exterior. El grupo, no obstante, sigue defendiendo sus declaraciones del pasado y probablemente se mostrar¨¢ favorable a una mayor influencia isl¨¢mica en el futuro civil y pol¨ªtico de Egipto.
Traducci¨®n de News Clips.
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