La guerra vuelve a las calles de Mogadiscio
La Uni¨®n Africana combate a los islamistas en plena oleada de desplazados
El mapa de batalla con el que patean Mogadiscio los pocos que viajan hasta all¨ª dibuja un granito de arena azul rodeado por un desierto verdoso inabarcable. El azul est¨¢ bajo control de las fuerzas de la Uni¨®n Africana (m¨¢s de 9.000 militares de Uganda y Burundi). El verde lo pinta la milicia islamista de Al Shabab. Las dos fuerzas se han batido a tiros desde el alba hasta el mediod¨ªa en el l¨ªmite que les separa por el norte. Apoyados por soldados progubernamentales, los tanques de la Uni¨®n Africana (UA) atacaron la zona que rodea el vasto mercado de Bakara, y avanzaron hasta tomar, seg¨²n una nota difundida por la misi¨®n militar, los enclaves de Florenza, Sinai y Monopoli. Varias fuentes cifraron los muertos en al menos media docena y los heridos, en una veintena.
El objetivo de la ofensiva, dice el comunicado, es "contener y neutralizar la amenaza de ataque de Al Shabab a lo largo de la l¨ªnea del frente". Esto es, evitar la tradicional campa?a que los radicales que la CIA vincula con Al Qaeda lanzan antes del mes del ramad¨¢n. Y, en segundo lugar, despejar el paso a la ayuda humanitaria que llega desde los puertos a¨¦reo y mar¨ªtimo del sur de la capital somal¨ª hacia el ¨¢rea del frente de batalla.
"Nos preocupan los ataques temerarios de los extremistas", ha declarado el teniente coronel del operativo de la UA Paddy Ankunda, "a tenor sobre todo de las actividades humanitarias que se est¨¢n llevando a cabo". Este portavoz de la UA calcula que unos 300 milicianos m¨¢s han llegado recientemente a Mogadiscio. Y tienen a¨²n a tiro de mortero a los desplazados por la sequ¨ªa y el hambre desde el sur del pa¨ªs (casi 400.000 alrededor de la ciudad). El personal de los campos de refugiados desplazado a la capital somal¨ª, siempre con escolta, trabaja en el m¨¢ximo nivel de seguridad impuesto por el protocolo de la ONU.
Mogadiscio est¨¢ partida en dos. Una mitad es para los milicianos. La otra, en la que se encuentran el palacio presidencial, el puerto y el aer¨®dromo -a siete kil¨®metros del basti¨®n de Al Shabab- donde cae la ayuda humanitaria, est¨¢ en manos de la UA y los soldados que tratan de proteger al Gobierno de transici¨®n de Sharif Cheik Ahmed.
La guerra se libra en el norte de la ciudad; los refugiados est¨¢n en el sur, en campos situados, algunos de ellos, incluso a 50 kil¨®metros de distancia. Pero el ruido de las balas ha puesto en alerta ya al puente a¨¦reo abierto este martes por el Programa Mundial de Alimentos (PMA). Challiss McDonough, portavoz desde Nairobi (Kenia) de este organismo de Naciones Unidas, ha reconocido en conversaci¨®n telef¨®nica que "debido a los enfrentamientos" entre fuerzas progubernamentales y milicianos no pod¨ªan ofrecer, por el riesgo que supone, m¨¢s informaci¨®n sobre el vuelo diario de los Boeing 737 cargados con ayuda alimenticia para los ni?os.
Si se ampl¨ªa la lupa del mapa de nuevo, ese verde que rodea a la capital somal¨ª se extiende por el centro-sur del pa¨ªs, controlado sin oposici¨®n por Al Shabab. Un informe de la ONU que ha difundido Reuters denuncia la campa?a de violencia a la que la milicia islamista somete a las organizaciones humanitarias.
El reporte, firmado por un grupo de monitoreo que ha trabajado en Somalia y Eritrea, informa del asesinato de cooperantes humanitarios, de la quema de comida y material m¨¦dico, y de la extorsi¨®n a ONG y agencias de la ONU para permitirles trabajar en el ¨¢rea rebelde. Este grupo localiza tambi¨¦n dos focos de financiaci¨®n: Kenia y Eritrea. Desde all¨ª llega el dinero -se calcula que Al Shabab maneja m¨¢s 70 millones de euros al a?o-, y los milicianos. Un trabajador de una ONG que lleva m¨¢s de 20 a?os en el Cuerno de ?frica reconoc¨ªa ayer que muchos de los j¨®venes radicales crecieron en sus campos.
Para seguir este trabajo en el Cuerno de ?frica, el PMA ha afirmado que necesita otros 195 millones de euros en los pr¨®ximos seis meses. El Gobierno espa?ol aprobar¨¢ ma?ana en Consejo de Ministros una nueva de partida de 66 millones.
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