Los gemelos Mohammad Usman y Muhammed Ruhman nacieron en un hospital militar, en medio de la devastaci¨®n por las lluvias. "Yo estaba tan feliz, lloraba de emoci¨®n cuando vi que eran dos ni?os", contaba en agosto de 2010 Parveen, de 25 a?os, y madre hasta el nacimiento de los gemelos de tres hijas. "Ha habido menos trabajo despu¨¦s de las inundaciones y ahora hay dos bocas m¨¢s que alimentar", se queja un a?o m¨¢s tarde su marido Javed en la localidad de Kot Adu.ADREES LATIF (REUTERS)Inamullah, con 4 a?os, permanece subido en una cama, entre los muebles rescatados en agosto de 2010 del interior de su casa de Nowshera, en el noroeste de Pakist¨¢n. "Recuerdo que el agua se llevo mis juguetes. Perd¨ª la mayor¨ªa de ellos", recuerda un a?o m¨¢s tarde el peque?o. "Es el m¨¢s seguro de sus hermanos, pero cuando empieza a llover, llora por miedo a unas nuevas inundaciones", dice su padre.ADREES LATIF (REUTERS)Kareen Bkhush, de unos 75 a?os, posa en la localidad de Khan Ghar, en el sur del Punjab, durante y un a?o despu¨¦s de las inundaciones. "No hab¨ªa visto tanta lluvia en toda mi vida. El agua lleg¨® y se llev¨® todo", dice este padre de diez hijos. "Tuve que vender las joyas de mis hijas para sobrevivir", se lamenta. Toda la familia de Bkhsush sobrevivi¨® a las peores lluvias que nunca antes hab¨ªa visto en Pakist¨¢n.ADREES LATIF (REUTERS)Ikramullah, de 37 a?os, posa en agosto de 2010 junto a una de sus reses ahogada durante las inundaciones en Nowshera. "Mirad mis manos callosas, me he visto obligado a trabajos [manuales]", dice un a?o despu¨¦s. "Las empresas han cerrado, ya no hay trabajo aqu¨ª", contin¨²a. Los 25 miembros de la familia de Ikramullah sobrevivieron gracias a que pudieron refugiarse en lo alto de una colina.ADREES LATIF (REUTERS)Los vecinos de Nowshera, al noroeste de Pakist¨¢n, vuelven a sus casas en agosto de 2010, cuando las aguas empiezan a retirarse; la carretera solo se adivina en la fotograf¨ªa tomada un a?o m¨¢s tarde. "Las donaciones no han llegado a Nowshera debida a la corrupci¨®n. Los funcionarios del Gobierno y las ONG de aqu¨ª son todas corrupta. Los paquistan¨ªes han dejado de quererse por el dinero", se queja Umar Durrani, un vendedor de 24 a?os.ADREES LATIF (REUTERS)Una familia mira el campo inundado cerca de la localidad de Nowshera, el 31 de julio de 2010; un a?o despu¨¦s, en el mismo lugar, a¨²n se puede ver alg¨²n resto de agua en el valle.ADREES LATIF (REUTERS)Los habitantes de Daya Chokha Gharbi levantan sus manos para hacerse con algo de comida lanzada desde un helic¨®ptero militar. Un a?o m¨¢s tarde, los vecinos de esta localidad situada en el sur del Punjab gritan "Dios es grande", en la misma elevaci¨®n donde esperaban la llegada de ayuda. "Nunca hab¨ªa imaginado una inundaci¨®n as¨ª. Yo llevaba 48 horas atrapado en el cementerio antes de que llegara el Ej¨¦rcito con la comida. Hab¨ªa caos y desorden, porque los aldeanos peleaban por las raciones. Los paquetes de arroz iban cayendo al suelo. Me qued¨¦ all¨ª, vi¨¦ndolo con incredulidad. No pod¨ªa imaginar que algo c¨®mo eso estuviera pasando", cuenta Nadir Khan, el pie agricultor de 34 a?os de edad, que en las dos im¨¢genes est¨¢ situado a la derecha, fuera del tumulto.ADREES LATIF (REUTERS)