Fidel ante el triunfo de Ra¨²l

A mediados de diciembre de 1957 alcanc¨¦ un lugar de la Sierra Maestra donde me encontr¨¦ con Fidel Castro y sus guerrilleros. Estuve cuatro meses en Sierra Maestra y aguant¨¦, yo que ven¨ªa de El Cairo, las constantes subidas y bajadas de colinas. Asist¨ª a los combates de Pino del Agua y Estrada Palma durante mi estancia, hasta que vi c¨®mo ard¨ªa el aserradero del primero y la guarnici¨®n batistiana abandonaba la sierra.

El territorio estaba rodeado por 16.000 soldados batistianos bajo el mando del general Chaviano. La columna de Fidel estaba detenida en aquel lugar esperando la llegada de nuestro grupo. A la ma?ana siguiente la columna se puso en marcha como era rutina salvo cuando Fidel recib¨ªa gente de fuera de la sierra.

El movimiento creado por los Castro se diluy¨® dentro del PCC como un terr¨®n de az¨²car.

Ra¨²l siempre fue el administrador de la isla

El idealista Fidel se ha visto forzado, una vez m¨¢s, a seguir el rumbo marcado por un hermano peque?o

Fidel Castro era el fundador de un partido llamado Movimiento 26 de Julio en recuerdo del fracasado asalto de 1953 al Cuartel de Moncada en Santiago de Cuba, el d¨ªa de la fiesta patronal de la ciudad. Sab¨ªa que ten¨ªa pocas probabilidades de capturar el establecimiento militar pero, ganase o perdiese, su movimiento se presentaba en sociedad a lo grande, para todo el pa¨ªs y as¨ª fue cuando se produjo el juicio del Moncada del que se salv¨® de la pena de muerte gracias a Monse?or P¨¦rez Serante, arzobispo de Santiago que le hab¨ªa bautizado. "?La Historia me absolver¨¢ !" lanz¨® durante el proceso en el que el abogado Fidel Castro se defend¨ªa ¨¦l mismo.

Tras unos a?os encerrados en un penal de Isla de Pinos, todos los supervivientes de aquel fallido ataque, fueron indultados y salieron hacia M¨¦xico, camino del exilio. All¨ª se fragu¨® la invasi¨®n de la isla con un barco de recreo, el Granma, en el que se amontonaron 82 hombres que alcanzaron la playa de Belic, en la costa de Sierra Maestra donde les espera el ej¨¦rcito de Batista. Murieron 70 hombres de los que muchos hab¨ªan realizado la traves¨ªa mareados y vomitando. Se salvaron 12 rebeldes a los que brindar¨¢ apoyo incondicional el Patriarca Crescencio P¨¦rez, sexagenario casado con tres mujeres a la vez y cacique de colt en cinto de los 50.000 habitantes que habitaban los 2.400 km2 de Sierra Maestra.

Egipto como modelo

A Fidel le fascinaba Gamal Abdel Nasser y su revoluci¨®n. Yo intentaba convencerle de que la Reforma Agraria egipcia no pod¨ªa aplicarse a otros pa¨ªses que no dependiesen como ellos de las crecidas del Nilo. Cuando no est¨¢bamos hablando de pol¨ªtica o econom¨ªa Fidel recib¨ªa visitas del "llano". Nunca me dijo que abandonase el boh¨ªo mientras hablaba con sus visitantes. Esto me sirvi¨® para ver cu¨¢les eran los problemas que amenazaban el "M26-7" y cu¨¢l era la peculiar formaci¨®n pol¨ªtica de aquel abogado de 31 a?os que se hab¨ªa levantado en armas contra el dictador Fulgencio Batista que suspendi¨® la Constituci¨®n en 1952.

De todos los rebeldes de la Sierra - entonces unos 120 aproximadamente- Ra¨²l Castro alardeaba de su visita a Praga invitado por el Congreso Mundial de las Juventudes organizado por la URSS. Se hab¨ªa convertido en un ferviente comunista. Adem¨¢s de ¨¦l, media docena m¨¢s de rebeldes compart¨ªan la obediencia al comunismo internacional aunque, Ernesto "Che" Guevara era comunista pro-Pek¨ªn y ten¨ªa largas discusiones con el hermano peque?o de Ra¨²l que no compart¨ªa la querencia del argentino. Declar¨® en mi presencia, en cierta ocasi¨®n: "No quiero salir de un Imperialismo para meterme en otro". Acababa de despedir a los enviados comunistas de Blas Roca, Secretario General del PCC, que hab¨ªan acudido a negociar su apoyo a la revoluci¨®n. Fidel les pidi¨® que ayudasen sin condiciones previas. Cuando Batista presum¨ªa de haber alcanzado una zafra de az¨²car de seis millones de toneladas, Fidel orden¨® quemar los ca?averales para impedir la recolecci¨®n. El hermano mayor de Fidel le rog¨® que no tocase al ca?averal de la finca materna de Mayar¨ª. "Ha sido lo primero que he ordenado quemar". Otra visita notoria fue la de altos cargos de Bacard¨ª cuya materia prima es la ca?a de az¨²car para fabricar su ron.

Fidel so?ador, Ra¨²l pragm¨¢tico

Cuando Batista huye de Cuba el 31 de diciembre de 1959, Fidel tarda una semana en alcanzar la capital, d¨¢ndose un ba?o de popularidad a lo largo de los mil kil¨®metros que separan Santiago de La Habana. Muchos besos de mujeres y ni?os pero, en el Palacio presidencial, los comunistas se hab¨ªan instalado desde las primeras horas del 1 de enero de 1959. "If you cannot fight them, join them" (si no puedes combatirlos, ¨²nete a ellos). Fidel no confiesa ser comunista hasta 1961 cuando rompe relaciones con EE UU y nacionaliza sus bienes en la isla.

No todo el M26-7 estaba de acuerdo con la penetraci¨®n comunista en los ¨®rganos decisivos del partido creado por Fidel. Hubert Matos se rebela y pasar¨¢ 20 a?os en la c¨¢rcel, el legendario Camilo Cienfuegos muere en accidente de avi¨®n cuando le cita Ra¨²l para un encuentro en La Habana. Se habl¨® de sabotaje.

El movimiento creado por los Castro se diluy¨® dentro del PCC como un terr¨®n de az¨²car. Fidel, el so?ador, cede ante su hermano Ra¨²l, el pragm¨¢tico, y el Imperialismo que dec¨ªa querer evitar cuando estaba en la Sierra, maneja la isla sin oposici¨®n. Che Guevara, opuesto a la URSS por beneficiarse del trueque con sus territorios anexionados en Europa, tiene fuertes enfrentamientos con los sovi¨¦ticos por vender a Cuba armamento obsoleto a cambio de la zafra azucarera, abandona el pa¨ªs para hacer sus propias aventuras revolucionarias.

Ra¨²l siempre fue el administrador de la isla. Cuando cay¨® el tel¨®n de acero y se disolvi¨® la URSS, ¨¦l fue quien obtuvo las divisas necesarias para sobrevivir utilizando el oro y diamantes de algunos pa¨ªses donde el ej¨¦rcito cubano hab¨ªa ayudado a implantar gobiernos comunistas, como Angola. El d¨¦bil desarrollo econ¨®mico se ha hecho gracias a Ra¨²l que, por tener "solo" 80 a?os y mejor estado de salud, se ha hecho cargo de la operaci¨®n de desmantelamiento del r¨¦gimen. Para eso se han tenido que echar en brazos de Hugo Ch¨¢vez cuyos recursos en petrod¨®lares permite a Cuba respirar. El idealista se ha visto forzado, una vez m¨¢s, a seguir el rumbo marcado por un hermano peque?o que, en tiempos de la Sierra, se achicaba siempre ante las broncas de Fidel. La lentitud de la transici¨®n emprendida por Ra¨²l, corre el riesgo de no resistir la lentitud del proceso mientras tenga como apoyo los d¨®lares de la Rep¨²blica Bolivariana.