El machismo acosa a Dilma Rousseff
La presidenta de Brasil lucha por desactivar una casta pol¨ªtica masculina heredada de Lula que cuestiona sus m¨¦todos
El Gobierno de Dilma Rousseff, la primera mujer al mando de Brasil y tambi¨¦n la primera mujer en ofrecer el discurso inaugural en una Asamblea General de la ONU, entra en su d¨¦cimo mes, con un reto bien preciso: hacer frente a una pol¨ªtica que en el gigante americano ha sido masiva y agresivamente masculina y cuyos pol¨ªticos varones aparecen cada d¨ªa m¨¢s insatisfechos y sorprendidos con ella. La firmeza de Rousseff est¨¢ sorprendiendo a esta casta pol¨ªtica. Como confi¨® el expresidente Lula da Silva a un pol¨ªtico amigo suyo: ¡°Es m¨¢s hombre que nosotros dos juntos¡±.
Dilma no ha negado ni un solo momento que quiera ser fiel al legado que le dej¨® su antecesor y tutor Lula. ¡°Nos entendemos con solo mirarnos¡±, es su mantra. Los economistas afirman que ella es igual o m¨¢s neoliberal que Lula, a pesar de su pasado mucho m¨¢s a la izquierda que ¨¦l. ?Por qu¨¦ entonces los pol¨ªticos que apoyaron a Lula, que son los mismos que hoy apoyan su Gobierno, est¨¢n pidiendo que vuelva el ex sindicalista, malabarista de los acuerdos pol¨ªticos, encantador de serpientes, con qui¨¦n todos se sent¨ªan a gusto?
Sin duda porque de alguna forma la ven diferente. Lloran porque ¡°no les recibe¡±, dicen; lloran porque ¡°escucha demasiado a la prensa¡±; lloran porque ha echado a cinco ministros (cuatro de ellos por corrupci¨®n), todos ellos heredados del Gobierno anterior. Lula insiste en que conoce a Dilma mejor que nadie y por ello est¨¢ seguro que ¡°no detendr¨¢ su escoba¡±, y ¡°ser¨¢ exigente en no permitir ilegalidades¡±, aunque la ha alertado para que ¡°no criminalice la pol¨ªtica¡±.
¡°Es m¨¢s hombre que nosotros dos juntos¡±, confes¨® Lula a un amigo
Temeroso de que la actitud firme y decidida de su elegida le acabe creando problemas de gobernabilidad y seguramente para halagar a sus viejos amigos, Lula les acaba de decir a ministros y pol¨ªticos aliados que tienen que demostrar ¡°m¨¢s caparaz¨®n¡± y no ¡°temblar¡± ante las denuncias que puedan hacerles los medios. ¡°Cuando la derecha no tiene qu¨¦ hacer, se entretiene con la corrupci¨®n¡±, les ha confiado, aunque ¨¦l no especifica a qu¨¦ derecha se refiere ya que el 90% de la derecha apoya al Gobierno.
No se trata, sin embargo, de un juego de esgrima entre dos personalidades con mucho car¨¢cter. El problema entre el ex sindicalista y la ex guerrillera es m¨¢s grave de lo que parece, porque el actual sistema de alianzas pol¨ªticas en Brasil, un pa¨ªs presidencialista, es capaz de atar las manos a la presidenta boicoteando sus proyectos en el Congreso. Es el miedo que tiene Lula. Adem¨¢s, como quiere volver, desear¨ªa preservar los equilibrios pol¨ªticos que ¨¦l cre¨® y que le permitieron gobernar con un 80% de consenso, al mismo tiempo que le permiti¨® frenar los ¨ªmpetus de la parte m¨¢s izquierdista de su partido. Por eso ha tomado ¨¦l mismo la iniciativa de discutir la gran reforma pol¨ªtica que sin duda necesita este pa¨ªs, y que ¨¦l, en ocho a?os de Gobierno no consigui¨® llevar adelante. Porque los pol¨ªticos no quieren reformarse, est¨¢n a gusto as¨ª.
Dilma ha echado a cinco ministros heredados del Gobierno anterior
No le ser¨¢ f¨¢cil a Dilma llevar a cabo su pol¨ªtica, m¨¢s pragm¨¢tica, m¨¢s de resultados concretos e inmediatos, menos expuesta ¨¦ticamente al despilfarro del dinero p¨²blico, sin enfrentarse con ese poder masculino, el de los grandes caciques de la pol¨ªtica, acostumbrados a actuar con mucha mayor libertad con Lula que con ella y a ser considerados intocables.
Cuando Jos¨¦ Sarney, presidente del Senado, que navega por la pol¨ªtica desde hace 50 a?os y fue presidente de la Rep¨²blica, fue acusado de una presunta irregularidad, Lula sali¨® en su defensa enseguida. ¡°Sarney no es una persona com¨²n¡±, sentenci¨®, recordando lo que ¨¦l signific¨® y sigue significando en la pol¨ªtica de este pa¨ªs, considerado el m¨¢s poderoso de todos los tiempos.
Dilma prepara para inicios del 2012 una reestructuraci¨®n ministerial. Tendr¨¢ que ir construyendo su Gobierno. Esta es su hora. Quienes la conocen de cerca no tienen duda que acabar¨¢ imponi¨¦ndose. Lula ha recordado en m¨¢s de una ocasi¨®n que una mujer que ¡°no tembl¨®¡± ante las torturas a las que le sometieron los militares durante 20 d¨ªas, tampoco temblar¨¢ ahora ante los pol¨ªticos varones que intentan ponerle palos en las ruedas.
Su desaf¨ªo es doble, porque adem¨¢s Lula goz¨® de una situaci¨®n econ¨®mica internacional y nacional privilegiada, con el ¨²nico bache de la crisis del 2008, que poco afect¨® a Am¨¦rica Latina y que ¨¦l consigui¨® superar sin excesivos desgastes. Sin embargo, hoy Dilma se enfrenta a una posible nueva crisis internacional que esta vez puede afectar al crecimiento de pa¨ªses emergentes como Brasil y que ella no minimiza.
Formada en econom¨ªa, ve mejor que otros pol¨ªticos las posibles amenazas de la nueva crisis. Se enfrenta a una inflaci¨®n que con un 7% ya ha superado los l¨ªmites oficiales y amenaza con devolver al reino de la pobreza a los millones que de ella salieron para situarse en la clase media. En pocos d¨ªas se ha valorizado un 5%, y ha desvalorizado al real brasile?o. Los expertos preconizan a Brasil para este a?o un crecimiento discreto. La gran inc¨®gnita es si la ayudar¨¢n los varones de la pol¨ªtica a afrontar la posible nueva crisis o la dejar¨¢n desamparada. Le ha llegado la hora de demostrar que lleg¨® a la Presidencia de la Rep¨²blica para ejercer su poder y no para ser sustituta de nadie.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.