Obama: "Ya ha llegado la hora de que suceda algo en Cuba"
El presidente de EE UU ha contestado en directo desde la Casa Blanca preguntas de la comunidad hispana sobre inmigraci¨®n, empleo y ha defendido la legalizaci¨®n de los latinos indocumentados
Barack Obama prometi¨® este mi¨¦rcoles un cambio de la pol¨ªtica de Estados Unidos con Cuba, incluido el levantamiento del embargo, si se aprecian signos de evoluci¨®n del r¨¦gimen de la isla hacia la libertad y la democracia. "Ya ha llegado la hora de que suceda algo en Cuba", ha declarado el presidente norteamericano en una entrevista en la Casa Blanca dedicada a analizar los problemas de la comunidad hispana, cuyo voto puede decidir la suerte de las pr¨®ximas elecciones presidenciales. Obama ha manifestado que est¨¢ a favor de crear "una v¨ªa para la legalizaci¨®n" de los m¨¢s de 11 millones de inmigrantes indocumentados que se calculan en este pa¨ªs, pero ha advertido que eso depende de la aprobaci¨®n de una nueva ley migratoria para la que actualmente no existe consenso suficiente en el Congreso.
El presidente ha recordado que no est¨¢ en su mano imponer esa ley y ha acusado a la oposici¨®n republicana de impedirlo. "La ley tiene que pasar la C¨¢mara de Representantes, que controlan los republicanos, y obtener 60 votos en el Senado. Esa mayor¨ªa no existe en este momento y tampoco existe un liderazgo republicano que pueda conseguirlo", ha dicho. Por su parte, ha a?adido, est¨¢ dispuesto a seguir abogando por "una reforma justa" que combine la necesidad de seguridad fronteriza con la concesi¨®n de derechos de ciudadan¨ªa a las personas que trabajan y crean riqueza en EE UU.
Para los cerca de 50 millones de hispanos que residen en EE UU, los asuntos migratorios y sus problemas cotidianos de supervivencia -el desempleo, la educaci¨®n, la atenci¨®n sanitaria- son las principales preocupaciones y las razones que deciden su voto. Pero tambi¨¦n est¨¢n interesados en la pol¨ªtica norteamericana respecto a los pa¨ªses de los proceden. En ese contexto ha hablado Obama en esta sesi¨®n, en la que ha respondido a preguntas enviadas por los ciudadanos, sobre la necesidad de combatir de forma coordinada a los carteles de las drogas que siembran el terror en M¨¦xico y de ayudar a la econom¨ªa de ese pa¨ªs a adquirir la vitalidad necesaria para contener la salida de su poblaci¨®n. Y ha hablado tambi¨¦n, por primera vez desde hace bastante tiempo, de Cuba, donde tiene su origen uno de los mayores y m¨¢s influyentes grupos de estadounidenses hispanohablantes.
El presidente ha afirmado que, actualmente, no se vislumbra en Cuba "un verdadero esp¨ªritu de transformaci¨®n que nos anime a levantar el embargo". Pero ha a?adido: "Si vemos signos positivos, responderemos de forma positiva". "Estoy dispuesto a cambiar la pol¨ªtica con Cuba si veo que el Gobierno est¨¢ dispuesto a otorgar la libertad a su pueblo", ha asegurado. Fuera de esa descripci¨®n general, Obama no ha mencionado condiciones espec¨ªficas, como elecciones democr¨¢ticas o libertad de partidos, que el r¨¦gimen cubano tenga que cumplir para el levantamiento del embargo. Se refiri¨® en todo momento a "signos" o "se?ales", aunque s¨ª ha mencionado concretamente la necesidad de que sean puestos en libertad todos los presos pol¨ªticos.
Importancia del voto hispano para la reelecci¨®n
Al comienzo de su presidencia, Obama present¨® similares ofertas a La Habana y las acompa?¨® con medidas para liberalizar los contactos entre los cubanos de la isla y los m¨¢s de un mill¨®n que viven en EE UU. Hoy los cubanos pueden viajar a su tierra de origen o enviar dinero y ayuda a sus familiares pr¨¢cticamente sin restricciones. Pero nada de eso sirvi¨® para modificar el tono hostil de las relaciones bilaterales, y el asunto cubano qued¨® durante dos a?os archivado en los cajones de la Administraci¨®n.
Nada hace pensar que el Gobierno cubano pueda responder de forma diferente a esta nueva oferta de acercamiento, pese a que en el tiempo transcurrido los problemas internos en Cuba se han agudizado y el presidente, Ra¨²l Castro, ha tenido que tomar algunas medidas para liberalizaci¨®n econ¨®mica del sistema. Tampoco en el asunto prioritario para la mayor¨ªa de los hispanos norteamericanos, el de la inmigraci¨®n, se esperan grandes novedades. S¨®lo un milagro podr¨ªa conseguir, en el actual clima de enfrentamiento pol¨ªtico en Washington, un acuerdo antes de las elecciones de 2012 para la legalizaci¨®n de los indocumentados. En este asunto, para mayor dificultad, tambi¨¦n algunos dem¨®cratas se oponen a las intenciones del presidente.
Pero Obama tiene la obligaci¨®n de seguir intent¨¢ndolo hasta el ¨²ltimo minuto, al menos para que los hispanos crean en la sinceridad de sus prop¨®sitos y le den una segunda oportunidad. Las elecciones se ganan Estado por Estado, y la decisi¨®n que tomen los hispanos puede ser determinante en lugares clave como Colorado, Florida, Nevada, California, incluso en New Jersey o Pensilvania. Hoy por hoy, est¨¢ lejos de tener asegurados esos votos. La ca¨ªda de popularidad de Obama entre los hispanos es tan notable como entre el resto de la poblaci¨®n. Seg¨²n Gallup, su aprobaci¨®n en esa comunidad es del 48%, cuando lleg¨® a ser superior al 80%. En 2009, el hecho de que consiguiera el doble de votos latinos que John McCain fue uno de los factores que explicaron su victoria electoral.
Adem¨¢s de las recriminaciones comunes sobre la marcha de la econom¨ªa, los hispanos le reprochan a Obama su falta de energ¨ªa en la defensa de la reforma migratoria y el aumento de las deportaciones, que han alcanzado un ritmo de 400.000 al a?o. El presidente explic¨® ayer que la gran mayor¨ªa de esas deportaciones son de personas devueltas a su pa¨ªs desde la misma frontera, no desde sus lugares de trabajo.
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