Los tres perdedores
Junto a la posici¨®n de Israel y EE UU, la UE ha mostrado que no tiene pol¨ªtica exterior com¨²n
Israel y Estados Unidos no pudieron convencer a Mahmud Abbas -pese a disponer de medios de presi¨®n contundentes- de que no presentara en Naciones Unidas la petici¨®n formal del ingreso de Palestina en las fronteras de 1967 y con Jerusal¨¦n Este como capital. Estados Unidos a¨²n tiene la esperanza de que Palestina no consiga en el Consejo de Seguridad -y la negociaci¨®n puede durar meses- los nueve votos que evitar¨ªan el veto anunciado. Con raz¨®n lo percibe como de alto riesgo para su pol¨ªtica en un mundo tan fluido e incierto como es hoy el mundo ¨¢rabe: hasta Arabia Saud¨ª tendr¨ªa que reconsiderar sus relaciones con Estados Unidos. Obama se encuentra entre la espada -la conferencia de El Cairo de hace dos a?os- y la pared masiva del lobby jud¨ªo en las pr¨®ximas elecciones presidenciales.
Una vez que la comunidad internacional defiende como la ¨²nica forma de resolver el conflicto la existencia de los dos Estados, soluci¨®n que al menos con la boca chica apoya incluso Israel, la oposici¨®n a la entrada de Palestina en la ONU no cuenta con argumentos cre¨ªbles. El mismo Estado de Israel surgi¨® de la resoluci¨®n 181 de Naciones Unidas, de 29 de noviembre de 1947, que sin negociaci¨®n previa con los palestinos, dividi¨® el protectorado brit¨¢nico en dos Estados. Bas¨¢ndose en esta resoluci¨®n seis meses despu¨¦s Ben Guri¨®n proclam¨® el Estado de Israel, a lo que los ¨¢rabes contestaron con la guerra.
Empero, Israel y Estados Unidos sostienen que el Estado palestino solo puede nacer de la negociaci¨®n entre israel¨ªes y palestinos, pero se convoca la troika (Estados Unidos, Uni¨®n Europea y Rusia), que empieza por establecer una hoja de ruta para las negociaciones, poniendo de manifiesto lo evidente: que sin la presi¨®n internacional un acuerdo bilateral entre partes tan desiguales no tiene la menor posibilidad de ¨¦xito.
Netanyahu en Nueva York se muestra conciliador y propone negociaciones inmediatas, pero en cuanto regresa a Israel, contra la opini¨®n de amigos y aliados, autoriza de nuevo la construcci¨®n de viviendas en el Jerusal¨¦n ocupado. Negociaciones s¨ª, pero sin condiciones previas, como que cese la pol¨ªtica de asentamientos en los territorios ocupados. Desde el punto de vista israel¨ª las negociaciones podr¨ªan durar sin t¨¦rmino fijo, mientras aumentan los asentamientos jud¨ªos en territorio palestino, de modo que termine por ser inviable el Estado que se dice se est¨¢ negociando.
El segundo argumento en contra del reconocimiento del Estado palestino por la ONU es que se refuerza a los palestinos en la negociaci¨®n, lo que es cierto, como tal vez necesario, con el peligro, a?aden, de que el reconocimiento provoque una nueva Intifada, al comprobar que a mediado plazo nada cambia. Oded Eran, director del Instituto de Estudios de la Seguridad Nacional en Tel Aviv, se pregunta ¡°qu¨¦ podemos hacer si en el futuro 10.000 palestinos marchan en direcci¨®n Jerusal¨¦n Este bas¨¢ndose en una resoluci¨®n de la ONU que la haya reconocido como capital de Palestina¡±.
La Uni¨®n Europea ha sido la segunda perdedora, al poner de nuevo en evidencia que no tiene una pol¨ªtica exterior com¨²n. Espa?a, Francia, Portugal, Polonia, B¨¦lgica, Suecia, hubieran apoyado el reconocimiento de Palestina por la ONU, pero con la oposici¨®n total, al menos, de Alemania y Reino Unido. Desacuerdo interno que ha llevado a que Turqu¨ªa, sin cancelar su af¨¢n de entrar en la UE, trate de recuperar la influencia que en el pasado tuvo sobre los pa¨ªses ¨¢rabes. El modelo para los pa¨ªses ¨¢rabes en transici¨®n que m¨¢s favorece a Occidente es el turco de democracia isl¨¢mica moderada, aunque lleve consigo posibles enfrentamientos con Egipto, que no puede renunciar a ser el l¨ªder ¨¢rabe en la regi¨®n, y sobre todo con Ir¨¢n, tambi¨¦n un perdedor con el renacimiento ¨¢rabe sun¨ª.
Junto a la posici¨®n de Israel y EE UU, la UE ha mostrado que no tiene pol¨ªtica exterior com¨²n
Pero el gran perdedor puede ser Israel al haber desaprovechado la ocasi¨®n de resolver el conflicto con los palestinos antes de que se consolide el nuevo poder isl¨¢mico en la regi¨®n que cambiar¨¢ por completo las relaciones con las potencias occidentales. Todav¨ªa los indignados israel¨ªes no han ca¨ªdo en la cuenta de que sus reivindicaciones sociales solo podr¨¢n ser en parte satisfechas, cuando los ortodoxos no sigan so?ando con el gran Israel y un ej¨¦rcito omnipoderoso deje de estar convencido de que puede controlar indefinidamente los territorios ocupados.
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